El Polo Norte: escenario ideal para estudiar el calentamiento global
Un grupo de científicos se dirigen hacia uno de los lugares más fríos del planeta para realizar una investigación sobre el calentamiento global .
El círculo Ártico que rodea el Polo Norte es conocido como la ‘zona cero’ del cambio climático. También es una zona de clima extremo que constantemente enfrentarán estos investigadores.
Tendrán que lidiar con temperaturas por debajo de los cero grados, severas tormentas y la amenaza de encontrarse con osos polares.
“Tener la oportunidad de vivir en el ambiente que estamos estudiando es una situación ideal para casi cualquier expedición científica”, dijo Kristina Brown, una científica enla base polar Ice Base.
“[Esta expedición] requiere que nuestros cuerpos, acostumbrados a un cierto clima, soporten una de las temporadas más incómodas del inicio de la primavera en el Ártico.
Los científicos son miembros del Catalin Artic Survey, que opera la base Ice Base, ubicada a unos 1,250 kilómetros del área del Polo Norte.
Este grupo es único en el sentido de que los científicos deberán vivir en tiendas de campaña sobre la extensa capa de hielo que lentamente se derrite.
“Todo el trabajo de investigación busca encontrar cómo está cambiando el oceano Ártico… esta información nos ayudará a entender de mejor manera los efectos globales y locales del calentamiento de esta región, desde la pérdida de del icónico hábitat de los osos polares a cambios en el clima global”, dijo la científica Victoria Hill.
Este equipo recolectará muestras y datos para explorar cómo es que el derretimiento de la capa da de hielo impacta las corrientes marinas, la vida en el mar y el clima alrededor del mundo.
Junto con ellos estará un equipo de tres personas de CNN, dirigido por el corresponsal especial y ambientalista Philippe Cousteau y acompañado por el productor Matt Vigil . Puedes mantenerte informado a través de las cuentas de Twitter de Cousteau (@pcousteau) y Vigil (@mattvigilcnn).
Para todos los involucrados, hay dos factores cruciales que deben enfrentar: prepararse mental y físicamente para las condiciones del clima y diseñar el modo de trabajar pese al brutal clima.
“Siempre habrá un poco de incertidumbre, al principio de una investigación de campo en el Ártico, en un lugar tan aislado, viviendo y trabajando sobre una capa flotante de hielo y temperaturas muy por debajo de lo que muchos soportan en su vida diaria”, explica Brown.
Un vehículo para la nieve, 1,000 huevos, 15 sacos de dormir, forros polares y unos 3,200 litros de combustible, son sólo una fracción del cargo que debe ser trasladado a la Ice Base.
También llevarán 800 kilogramos de equipo científico en alrededor de 50 cajas.
Chip Cunliffe, jefe de operaciones, y Simon Garrod, administrador del Ice Base, han estado avanzando en el proyecto y se encuentran Resolute, una de las localidades más al norte de Canadá. Ellos están encargados de decidir dónde estará localizada la base.
“No puedes hacer ciencia si tienes los dedos helados. El mayor reto para ellos será vivir en el ambiente real”, dice Garrod que ha estado trabajando en ambientes polares durante 20 años.
Cunliffe, Garrod y el piloto del avión DC-3, recolectan datos aéreos para encontrar el mejor lugar para la base.
El color del hielo en las imágenes les permite distinguir entre capas nuevas y viejas. Las nuevas capas son las mejores por su superficie más suave y mayor estabilidad. También deben encontrar un punto cercano a las aguas profundas, que son mejores para la investigación, pero lo suficientemente retirado como para que sea seguro.
El pasado 8 de marzo se decidieron por un punto, que al parecer tiene 1.5 metros de grosor.
El grupo de 10 personas llegó a Ice Base el 12 de marzo, y ahí permanecerán hasta el 29 de abril.
La científica Helen Findlay, que hace este viaje por segunda vez, dice que es un placer salir abrigada para tomar algo de aire fresco.
“Supongo que por eso estoy de regreso. Sólo estar viendo por la ventana por un minuto me hace darme cuenta que estoy en un lugar realmente especial”.