Londres busca disminuir alta contaminación durante los Juegos Olímpicos
Londres podría verse obligada a replantear su estrategia medioambiental para los Juegos Olímpicos de 2012 y a reducir la circulación de vehículos por sus calles durante las celebraciones, como hizo Pekín en 2008, para evitar enormes excesos de polución con motivo del acontecimiento.
Algunas asociaciones y grupos de ciudadanos han pedido al Ayuntamiento que se prohíba la entrada de algunos vehículos. El portavoz de la Campaña por el Aire Limpio de Londres, Simon Birkett, reclama mayores medidas para evitar la contaminación.
"El alcalde debería prohibir todos los vehículos contaminantes en la zona con más polución de Londres durante los Juegos Olímpicos y después de ellos. Haciendo eso, se aseguraría que la ciudad pueda ofrecer los Juegos más verdes que han habido nunca", detalla en diario Evening Standard.
Expertos en medio ambiente aseguran que "medidas drásticas", como prohibir el acceso al centro de la capital a viejos vehículos de diesel, sería necesario para evitar atascos y exceso de humos durante los Juegos.
De no aplicarse esas restricciones, Londres podría acumular en los diecisiete días que durarán los Juegos Olímpicos así como en las vísperas al gran acontecimiento unos elevados niveles de contaminación que podrían suponer un costo de 175 millones de libras (197 millones de euros) en multas.
Además, se teme que el tráfico ponga en peligro competiciones como la maratón, que se realizará en el centro de la ciudad.
El informe de evaluación de la estrategia medioambiental de la Olympic Delivery Authority (ODA), encargada de las obras, revela que se esperan importantes incumplimientos de las normas europeas en Londres debido al intenso tráfico de vehículos.
Los niveles de partículas contaminantes en estos momentos en Londres superan el límite legal en dicha ciudad, la capital se enfrentaría a una posible multa de 300 millones de libras (337 millones de euros) a finales de este año si no descienden.
Pekín prohibió la circulación a más de un millón de vehículos en la ciudad durante la celebración de los Juegos de 2008 e incluso cerró algunas fábricas durante esos días ante la preocupación que existía por la salud de los atletas.
Por el momento, Transport for London y el Ministerio de Transporte británico han descartado tomar medidas dirigidas a la reducción de los niveles de contaminación.