Un argentino levantó una ciudad con materiales de edificios viejos
En una localidad argentina ubicada a 30 kilómetros de Buenos Aires, se localiza Campanópolis, una aldea que combina el estilo medieval con la arquitectura surrealista diseñada por Antonio Campana, un empresario argentino que dedicó los últimos 10 años de su vida a edificar este parque urbano.
La ciudad, ubicada en el municipio de González Catán, fue construida con materiales reciclados y partes reutilizadas de viejos edificios derrumbados o subastados.
No existen planos del lugar, porque los diseños de Campana pasaban directamente de su cabeza al sitio de construcción. Sólo hay un boceto general, hecho a mano, el que se señala la ubicación de cada edificio. Así, lo que inició en 1985 como un conjunto de piezas y materiales diversos, se transformó en una aldea que ahora cuenta con casas, una iglesia, parques, un molino y hasta un castillo.
“De pronto una construcción quedaba abandonada, iba a un remate y conseguía una escalera o una ventana y construía una casa a base de esa ventana”, dice Óscar Campana, hijo del fundador de la ciudad y encargado de su administración.
En conjunto, las edificaciones ocupan 20 de las 220 hectáreas de la propiedad de la familia (un predio con un valor estimado de 43 millones de dólares a precios actuales). El resto del terreno está destinado a la conservación del entorno natural.
En 1995 Campana falleció dejando su obra inconclusa. Es por ello que hasta la fecha se observan en la Aldea Nueva los esqueletos de hormigón de edificios multiformes sin paredes, y algunas fachadas sin edificios.
Ahora, el hijo menor de Campana considera la posibilidad de documentar las piezas rescatadas y determinar el valor histórico, artístico y cultural del lugar, y si bien reconoce que “hacerlo será una tarea titánica”, dice que esto permitirá que cada pieza contenga su información respectiva.
Como referencia, se puede mencionar que el valor comercial del metro cuadrado en los barrios de mayor precio en la capital argentina como Recoleta, Palermo y Belgrano, oscila entre 2,000 y 2,600 dólares, de acuerdo con datos del levantamiento de precios realizados por el Instituto de Economía (FACE-UADE).
Con su labor, el empresario argentino rescató, de forma inconsciente, una parte del patrimonio arquitectónico de la Argentina de finales del siglo XIX y principios del XX, y por esta razón Campanópolis ha sido declarado como sitio de interés cultural para la nación.
Aunque Campanópolis no está abierto a todo el público, ahí se realizan eventos sociales y empresariales, con un costo promedio de 112 dólares por persona y visitas educativas gratuitas.
Sin embargo, viendo a largo plazo, Campana hijo considera la posibilidad de construir en este lugar un hotel, un centro de convenciones y un fraccionamiento.
Asimismo comenta que la realización de estos proyectos depende de que se termine la construcción de un camino que facilite el acceso desde el aeropuerto internacional de Ezeiza —a tres kilómetros de la aldea— hasta Campanópolis.