El ecoparque Punta Santiago, en Puerto Rico, conjuga historia y naturaleza
Los amantes de las actividades al aire libre ahora tienen un lugar donde pasar todo un día con la naturaleza. Y es que en el sureste de Puerto Rico, una Reserva Natural se ha convertido en una atracción turística, con mucha historia y, sobre todo, ecoamigable.
La Reserva Natural de Punta Santiago, en el municipio de Humacao, se expande por unos 6.6 kilómetros cuadrados, y está compuesta por pantanos, ciénegas, manglares, áreas de bosque, playas, canales y tres lagunas.
Los visitantes podrán disfrutar de la belleza del lugar mientras lo recorren a pie, en kayak o en bicicleta, todas son actividades que no generan un impacto negativo en el sistema ecológico.
La entrada a la reserva es gratis, aunque el alquiler de kayaks y bicicletas está autorizado a microempresarios de la comunidad que son supervisados por el Programa de Educación Comunal y Crecimiento Sistemático y por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.
“Este control no solo permite la preservación del lugar sino que también ayuda al desarrollo económico en la región y promueve los empresarios locales que son quienes realmente conocen la reserva, se criaron aquí, y quién mejor que ellos para hablar de la historia del lugar”, explica Daniel Galán Kercadó, secretario de dicha entidad.
El clima de la reserva permite además la reproducción de innumerables especies animales y flora y fauna nativas de Puerto Rico. Aquí viven más de 90 especies de aves silvestres, algunas son únicas y oriundas del lugar como la chiriría, un raro pato que se encuentra exclusivamente en la Punta Santiago.
También es hogar para cientos de especies de peces y vida marina por las mezclas de aguas dulces y saladas. La zona costanera de Humacao, donde se ubica la reserva, es una de alto índice de lluvia.
Punta Santiago ofrece además una amplia historia, ya que por más de cuatro décadas fue utilizado para sembrar caña de azúcar. “A finales de los años 20 instalaron unas bombas de agua para secar los pantanos y poder sembrar caña. Pero a finales de la década de 1970 el área se inundó, se dejo de sembrar la caña y los mismos residentes de las comunidades aledañas pidieron que ya no se secara mas. Ellos mismos solicitaron que lo convirtieran en una reserva,” dijo Galán Kercadó.
Es por esa razón que en 1984 esa agencia se hizo cargo de la preservación y conservación de la reserva. Hoy, residentes y turistas por igual conviven en armonía con la belleza y la paz de la naturaleza de Punta Santiago.