Qué tan viable es el proyecto del 'rascasuelos' en la Ciudad de México
Un grupo de arquitectos mexicanos ha diseñado una pirámide de unos 65 pisos en el icónico Zócalo, la plaza ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Pero los curiosos no encontrarán este desarrollo a primera vista.
Esto es debido a que el proyecto sería el primer 'rascasuelos', una pirámide invertida con 300 metros de profundidad que servirá como un innovador espacio público que le dará un nuevo sentido a la expresión 'arquitectura de altura'.
"Debido a la poca disponibilidad en la Ciudad de México para construir nuevos edificios y a las restricciones de características arquitectónicas de la zona, nuestra mejor solución era construir hacia abajo", explica Esteban Suárez, cofundador del despacho encargado del proyecto, BNKR Arquitectura. "Esta será una manera práctica de conservar el paisaje arquitectónico mientras creamos los muy necesitados espacios para más comercios y vivienda".
¿Pero en verdad es esta una solución práctica? Su costo está estimado en 10,000 millones de dólares y la base de la pirámide invertida será un domo que permitirá aprovechar la luz natural y regular la temperatura.
Suárez explica que los primeros 10 pisos serán un museo dedicado a la historia de la ciudad. "Estamos seguros que encontraremos toda clase de reliquias durante la excavación, debido a que los aztecas aquí mismo habían construido su ciudad".
Los siguientes 10 pisos serán destinados a viviendas, mientras que los restantes 35 tendrán un fin comercial, incluidas oficinas.
Suárez acepta que la iluminación y la ventilación serán un problema para este edificio subterráneo, por lo que se encuentra investigando sobre un "producto de fibra óptica" que puede colocarse en el domo.
El diseño también incluye una serie de "jardines" donde plantas y árboles pueden dar aire fresco a las instalaciones, necesario para una estructura subterránea.
Suárez añade que una turbina impulsada con el agua subterránea podría generar la electricidad necesaria para el alumbrado del edificio, ¿pero generará la necesaria para que las lámparas funcionen las 24 horas del día?. "No podría estar seguro de ello", responde el arquitecto.
Aunque a primera vista parece una fortaleza consumidora de combustibles fósiles, su creador asegura que tiene otras bondades ecológicas. "En muchos sentidos este proyecto apoya al medio ambiente. No sólo por preservar el paisaje arquitectónico, sino contribuimos a reducir el caos urbano de la ciudad".
De acuerdo con el arquitecto de 32 años, el Zócalo de la Ciudad de México es una de las plazas centrales más grandes del mundo. "Es un espacio masivo que se encuentra vacío, lo que lo hace ideal para nuestro proyecto", dijo.
Para mantener las actividades que se realizan durante el año en este cuadro central de 17,500 metros cuadrados, como conciertos masivos, protestas, exhibiciones y desfiles militares, el domo de vidrio permitirá que la vida del Zócalo se mezcle de manera natural con el 'rascasuelos'.
Ahora Suárez y su equipo trabajan para presentarle el proyecto a las autoridades locales.
Si estuvieras en el lugar de estos arquitectos, ¿cuál sería tu opinión del proyecto? ¿Es algo innovador y estético, pero inviable? Déjanos tus comentarios.