En Perú convierten la humedad del ambiente en una fuente de agua
En las áridas tierras en las afueras de Lima, capital de Perú, se libra una guerra contra la sequía con una inusual arma. Donde por años lo único que podía verse era tierra seca, pequeñas áreas verdes y rosales han comenzado a aparecer, dando un nuevo panorama al terreno espinoso.
Ahí es donde encontramos a Alejandro Peña, un agricultor de 66 años que tiene cultivos donde todos pensaban que era inútil sembrar. “Nuestra meta es reverdecer estas 74 hectáreas. Queremos que todo sea verde”, dijo Peña.
Los habitantes de su comunidad dicen que tienen un nuevo método para ‘conquistar’ el desierto.
Se trata de una solución que empezó a utilizarse hace apenas unos años: una red rectangular de unos seis por cuatro metros que por las mañanas, cuando la niebla escala las montañas desde el océano, la ‘atrapa’, condensa y produce agua al instante. Las llaman “trampas de niebla”.
Debido a su cercanía del mar, esta región permanece cubierta por una densa niebla por al menos ocho meses al año; regularmente, la niebla desaparece con la brisa, sin lograr producir ni una llovizna, pero con las ‘trampas’ es posible condensar la humedad.
Jimmy Sánchez, un ingeniero que ha instalado las redes en varios puntos, asegura que este sistema es una importante fuente de agua para la gente que vive en las desérticas montañas en las afueras de Lima. “Estas redes producen entre tres y cinco litros de agua al día. Es lo suficiente para regar unos cuatro o cinco árboles”, explica Sánchez.
En Villa María del Triunfo, las nuevas trampas de humedad han sido una ‘refrescante’ noticia para habitantes como Noé Neira, uno de los líderes comunitarios. “Durante el verano usamos agua de la reserva para mantener a las plantas con vida. Nuestra meta es lograr en un punto plantar árboles que podamos posteriormente vender y exportar”, dice Neira.
Las trampas también han sido instaladas en un área conocida como Costa Verde. Las montañas que miran hacia el Pacífico solían ser un lugar desolado donde nada crecía, pero gracias al agua recolectada con este método, algunos pequeños árboles que fueron plantados parecen estar creciendo favorablemente. Ahora el nombre de Costa Verde sí es apropiado para el lugar.
La organización Peruanos sin agua, que ha estado trabajando con residentes para instalar más trampas de humedad, busca instalar por lo menos 100 de estas trampas en la región, lo que traería un beneficio para unas 15,000 familias.
Abel Cruz, presidente del organismo, dice que las redes son un primer paso para resolver la escasez en estas comunidades. “Creemos que es una alternativa. Las compañías de agua no traen su servicio hasta acá. No pueden construir un pozo o una reserva porque el costo sería muy alto. Pero con estas trampas eventualmente podremos construir nuestras propias reservas”, asegura Cruz.
Aunque es efectivo, este sistema no es la solución para todos los problemas de las comunidades periféricas de Lima. Hay cuatro meses sin niebla en los que los residentes dependen del servicio de pipas de agua.
Lina Zapata, de 23 años y quien vive con su familia de cuatro integrantes en una de las colinas, dice que dependen de las pipas para sus necesidades básicas. “Tratamos de que el agua que compramos rinda al máximo. El agua que empleamos para lavar los trastes luego la usamos para regar las plantas. También la usamos para el baño”.
Mientras, en la granja de Alejandro Peña, la temporada de sequía llegó antes de tiempo. La buena noticia es que sus plantas de aloe están casi listas para ser cosechadas. Ahora dependerá de nuevo de las pipas para abastecerse de agua. “Las trampas solo nos ayudan en Navidad, cuando tenemos niebla”.
La periodista María Elena Belaunde contribuyó con este reporte