Ambientalistas y gobiernos difieren en sus modelos de crecimiento verde
El medio ambiente acaparó las discusiones del Foro Mundial Social, que se celebra en la ciudad brasileña de Porto Alegre, en donde los gobiernos de izquierda de América Latina y sus simpatizantes han enfrentado lascríticas de las organizaciones de la sociedad civil que defienden el medio ambiente.
Las principales críticas de los ecologistas fueron sobre la hidroeléctrica de Belo Monte, un gigante de concreto que el gobierno de Brasil construye en el corazón del Amazonas y que desplazará a unos 50,000 campesinos e inundará un área de 506 kilómetros cuadrados.
La organización SOS Florestas, que ya protestó contra Belo Monte este martes, durante la marcha inaugural del Foro Social, que se extenderá hasta el 29 de enero, volvió a tomar las calles para exigirle a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que paralice el proyecto.
"Dilma, apaga la sierra eléctrica", decían las pancartas exhibidas por los activistas, que encontraron respaldo en otros de los grupos del Foro Social que preparan la Cumbre de los Pueblos, convocada en paralelo a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sustentable Río+20, que se realizará en Río de Janeiro en junio próximo.
Eron Bezerra del Partido Comunista, que integra la coalición en el poder en Brasil, criticó a los grupos sociales que defienden la creación de "santuarios ecológicos", en los que los recursos naturales no sean aprovechados, y aseguró que la clave es su "uso responsable".
Afirmó que esta tesis es defendida por los países más ricos desde la década de 1970 como una "herramienta" para impedir el desarrollo de naciones más pobres. Alertó también sobre el "apetito" que el Amazonas despierta en las naciones y empresas del mundo desarrollado porque allí se atesora un 12% de las reservas de agua dulce del mundo, un recurso que la ONU admite que escaseará durante este siglo.
Ana Elisa Osorio, diputada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), defendió a Bezerra y la "explotación sustentable" de recursos naturales. Aseguró que América Latina tiene "una capacidad única en el mundo para las energías renovables" y debe aprovecharla.
El portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de los más respetados intelectuales del movimiento contra la globalización, denunció que los "grandes capitales" tienen tanta influencia en el gobierno que pueden modificar leyes para sacar provecho comercial y practicar lo que llamó el “capitalismo verde”.
También afirmó que el "debate real" sobre ecología y los riesgos que entraña el calentamiento global está dado en América Latina y en África, ya que "no queda nada por cuidar" en los países más ricos.