Edificios, los nuevos 'centinelas' de la construcción sustentable

Los procesos de edificación y ciclo de vida de las grandes construcciones son una fuente de contaminación que se contrapone a la tendencia de reducir las emisiones de CO2.
En ese contexto, el interés por las certificaciones de sustentabilidad se ha incrementado en el mundo, y México no es la excepción.
A nivel global, las construcciones contribuyen con 30% de gases de efecto invernadero y hasta con 50% de los desechos sólidos, de acuerdo con el Consejo Mundial de Edificación Verde (WGBC).
En promedio, la edificación sustentable reduce 30% el uso de energía; 35% las emisiones de carbono y de 30 a 50% el consumo de agua, además de generar ahorros de 50 a 90% en el costo del manejo de desechos, aseguró César Ulises Treviño, presidente del México Green Building Council, que otorga una de las certificaciones más reconocidas del mundo: la LEED (Leadership in Energy and Environmental Design).
Los edificios clasificados como sustentables poseen mejor ventilación, resultan ser espacios limpios y son menores generadores de contaminantes e importantes ahorradores energéticos que se calculan entre 50 y 80%, dijo Jorge Vélez, analista del área de ingeniería de proyectos en el Centro Mario Molina.
Desde que el proyecto de edificación de la torre HSBC en la Ciudad de México fue el primero en obtener la certificación LEED, en 2006, poco a poco el mercado comenzó a buscar validar las nuevas construcciones como edificios verdes o sustentables.
A la fecha, existen unos 155 proyectos en proceso de certificación en todo el país, entre naves industriales, oficinas corporativas, hoteles, escuelas, y edificios públicos, y 17 proyectos que ya están certificados, según datos del propio Green Building Council.
De acuerdo con el Consejo Mundial de Edificación Verde, actualmente existen 5,000 edificios y 700 millones de metros cuadrados ‘verdes’ construidos en 16 países.
Sin embargo, el incremento de los costos en los edificios certificados no siempre tienen una valoración justa, destacaron los especialistas.
En busca del camino vede
La construcción del Centro Centrex L’Oréal, que estará ubicado en San Luis Potosí, pretende sustituir la planta de producción que la empresa tiene en Estados Unidos y será construida bajo las más altas exigencias de sustentabilidad buscando la certificación LEED Plata.
La planta contará con iluminación natural, motores eléctricos de alto rendimiento, calefacción solar para aguas industriales y sanitarias, recuperación de calorías de la chimenea y del afluente, y aislamiento térmico reforzado de las redes de vapor y agua caliente.
Las instalaciones contarán con electricidad producida por molinos eólicos y con calderas de gas con posibilidad de combustible verde. En el proceso de construcción, desde el inicio de la obra se implementaron estrategias para minimizar el impacto ambiental del proceso, tales como selección y reciclaje de más de 50% de los desechos generados por la construcción.
Diversificar las certificaciones
En México el desarrollo de edificios ‘verdes’ todavía se limita a escasas iniciativas de promoción pública y a sectores muy concientizados –y con recursos económicos suficientes– de la iniciativa privada.
Para el premio Nobel de Química mexicano, Mario Molina, las certificaciones internacionales como LEED pueden ofrecer ventajas y una posibilidad de medir los avances de México, pero a la par que se crean certificaciones propias.
Molina, presidente del centro de investigación que lleva su nombre, señala que en esta institución se están desarrollando normas más eficientes para medir el grado de sustentabilidad de una construcción considerando la totalidad de su ciclo de vida, a fin de impactar en políticas públicas encaminadas a garantizar la sustentabilidad.
No sólo el Centro Mario Molina está a favor de establecer una certificación nacional que se ajuste a las características particulares de nuestro país. “Justo ahora estamos en una etapa que se presta a una serie de confusiones y las autoridades están tratando de poner un orden”, comenta Odón de Buen, director general de ENTE, firma asesora en el desarrollo de proyectos energéticos sustentables.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Edificio Sustentable (IMES) pondrá en marcha este febrero un programa piloto de certificación denominado MESS, (Método de Evaluación del Medio Ambiente) basado en la normatividad mexicana, el cual será de aplicación voluntaria y estará basado en puntajes para obtener la certificación de sustentabilidad de una edificación nueva.
A la fecha, ya son 37 edificios los que han buscado esta certificación y pretenden que el año entrante sumen 50, advierte Milton Arnauda, presidente del IMES.
Adicionalmente, el Instituto Nacional de Ecología (INE) trabaja otro tipo de certificación que tiene que ver con la Energy Star que se aplica en Estados Unidos.
Este texto es un fragmento del reportaje México necesita certificado, que fue publicado en la revista Obras de enero de 2012.