La agricultura, una oportunidad desaprovechada en África
El dulce aroma de los naranjos vuela por los aires mientras una figura con pelo blanco se mueve lentamente por un camino totalmente verde.
Ayudado por una vara, Sam Motsuenyane, de 85 años, camina a través de su huerto de cítricos en el sur de África, deteniéndose ocasionalmente para revisar las exuberantes frutas que cuelgan de los árboles.
La escena es contrastante con lo que encontró el veterano agricultor al regresar al área a principios del año 2000 para retirarse después de una exitosa carrera como diplomático y banquero.
Hiedras y arbustos se habían apoderado del terreno abandonado, pues la mayor parte de las tierras estaban desaprovechadas debido a la falta de recursos y las penurias de los granjeros locales.
"Decidí que algo tendría que hacer con mi experiencia agrícola, pensé que probablemente podría comenzar algo que pudiera ayudar a las personas", dijo Motsenyane.
Como resultado, el pionero agrícola, cuyo primer negocio fue un invernadero en 1963, se embarcó en una misión para enseñarle a los pequeños terratenientes cómo levantarse a sí mismos y salir de la pobreza cultivando naranjos a una escala comercial.
Él consiguió la compra de árboles de naranja con el apoyo del sector financiero privado y en el 2002 lanzó el Winterveldt Citrus Project, una iniciativa comunitaria que permite que los pequeños propietarios sean independientes y autosuficientes enseñándoles cómo trabajar sus tierras.
Hasta ahora, el proyecto ha ayudado a establecer unas 100 granjas.
"Él nos ayudó mucho, no sabíamos nada acerca de las naranjas", explicó Pauline Lueba, una pequeña propietaria que hoy tiene un ingreso estable de dinero por las naranjas cosechadas de sus 800 árboles, que vende a grandes cadenas minoristas por todo el sur de África.
"Hay suficientes ganancias, puedo pagarle a mis ayudantes, hasta comemos ahí y compramos fertilizantes con ese dinero", añadió.
La actividad agrícola comercial es una gran industria en el sur de África, ésta distribuye la producción por todo el mundo, mientras que el mercado de fruta de Johannesburgo vende aproximadamente un millón de toneladas cada año.
Pero la imagen es muy diferente en otras partes del continente, más de dos tercios de los pueblos africanos importan totalmente sus productos agrícolas, y el continente importa 50,000 millones de dólares en comida cada año, de acuerdo con cifras de la ONU.
Geoffrey Livingston, economista regional de la división africana del este y del sur en la Fundación Internacional para el Desarrollo de la Agricultura, detalló que estas importaciones masivas representan una oportunidad terriblemente desperdiciada para los productores africanos.
También dijo que "esto también se relaciona con el bajo rendimiento económico en varios pueblos africanos, lo que provoca que éstos tengan que pasar mas allá de sus fronteras e ir fuera del continente para proveer a su gente con sus requerimientos alimenticios".
Hay puntos de vista que lo apoyan, como el del director de Microsoft, Bill Gates, quien escribió que "dado el papel central que la comida juega en el bienestar humano y la estabilidad nacional, es alarmante, sin mencionar con poca visión a futuro y potencialmente peligroso, el poco dinero que se utiliza para le investigación agrícola".
De acuerdo con la ONU, apenas un 3.5% de la tierra de África cultivable es irrigada, y solo un 9% del fertilizante mundial es utilizado en el continente.
Livingston señaló que, desde hace dos décadas, los bajos niveles de productividad africana se deben a la falta de inversión agrícola por los gobiernos africanos y las organizaciones donantes.
Sin embargo, Livingston nota que un cambio está teniendo lugar.
Dice que "desde hace tres o cuatro años ha habido un creciente interés de parte de los gobiernos africanos y donadores de acuerdo con el rol crítico que la agricultura juega en el desarrollo económico."
"Estamos observando que el gobierna africano está invirtiendo más para la investigación básica, la investigación aplicada, servicios extendidos y esperamos resultados a medio plazo por esta creciente inversión".
Livingston también hizo un llamado a los gobiernos a centrar sus esfuerzos en mejorar la infraestructura del transporte para así impulsar la productividad.
"El 34% de los africanos de la región del sur del Sahara viven a más de cinco horas del pueblo comercial de 5,000 personas más cercano", dijo. "Aumentando el acceso al mercado para mejorar particularmente los caminos y mejorar el acceso a la electricidad, es absolutamente fundamental para el desarrollo de la productividad agrícola, incrementando así la economía en estos pueblos".
De regreso en el terreno de Wintervekdt, Motsuenyane también pidió a los líderes del sur de África tomar un mayor papel para animar a la gente a que trabaje en las tierras.
"El gobierno tiene que hacer muchas cosas para reavivar el entusiasmo que la gente tenía en la agricultura", señaló Motsuenyane, quien manejó el primer banco dirigido por una persona de color en África después del Apartheid.
Este apasionado de la agricultura cree que aunque sus aportaciones son pequeñas, tienen el potencial de revitalizar las comunidades y de ayudar a sanar la curva ascendente del desempleo en África.
"Si nosotros no creamos oportunidades suficientes de empleo en nuestro país, seguramente vamos a terminar en una terrible situación", añadió. "Tenemos que equipar a las personas de color para que puedan utilizar esas tierras de manera que se conviertan en proveedores de empleos, así como en contribuidores del desarrollo del país".