Los ecoturistas son una fuente de estrés para los orangutanes
Los gorilas rechazan su comida y los orangutanes se estresan. ¿Puede ser malo para la salud de los animales el ecoturismo?
Los recientes análisis realizados al excremento de orangutanes para ver si encontraban hormonas de stress, sugieren esa idea.
Investigadores de la Universidad de Indiana y Red Ape Encounters , un grupo de ecoturistas, estudiaron a dos simios en Sabah, Malasia, durante 14 años, que estaban acostumbrados a ver humanos.
“En cuanto a los orangutanes salvajes de los que tomamos muestras, encontramos niveles hormonales de estrés más altos en número, mas no estadísticamente, después de que tuvieron contacto con los investigadores, a diferencia de los que ya estaban acostumbrados a ver humanos”, dijo Michael Muehlenbein, de la Universidad de Indiana y uno de los autores del reporte.
Muehlenbein hizo énfasis en que no hubo ninguna indicación en el estudio de que tuviese lugar algún cambio en el comportamiento de los orangutanes en el largo plazo, ya que Red Ape Encounters limita el número de personas de sus visitas a solo siete y duran solo una hora.
Aunque Muehlenbien cree que efectos patológicos en la cognición, crecimiento y reproducción dañada pueden ser una consecuencia de viajes menos sensibles.
Sin embargo, el estudio de los efectos prolongados del turismo en los primates ha sido más difícil en los simios por su respuesta de “pelea o huye”, dice Marc Ancrenaz, otro de los autores del reporte. Es más fácil y seguro estudiar a los orangutanes que a los chimpancés o a los gorilas, dice, porque no tienen la respuesta potencialmente agresiva hacia los humanos intrusos.
Conforme va creciendo el valor del ecoturismo, también crecen las oportunidades de que el dinero sea más importante que el bienestar de la vida salvaje. Sin embargo, Liz Macfie, coordinadora de la Sociedad Conservadora de la Vida Salvaje y coautora del reporte Best Practice Guidelines for Great Ape Tourism de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), piensa que la mayoría de las compañías de ecoturismo están tratando de hacer lo correcto.
“Más y más lugares están tratando de minimizar el impacto en los animales”, dijo, poniendo como ejemplo el éxito de los proyectos de turismo y conservación con los gorilas de montaña en el centro de África.
“La población de los gorilas de montaña continúa floreciendo gracias al ecoturismo. Son la única subespecie de gorilas cuyo número está, de hecho, en aumento y son visitados diario los turistas".
“Gracias al ecoturismo los gorilas tienen un mayor valor para Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo. No solo por el valor del viaje sino también por el dinero que los turistas dan a la economía local. Entonces ellos tienen un valor monetario”.
El ecoturismo genera billones de dólares anualmente. En el sur de África genera las mismas ganancias que la agricultura, la silvicultura y la pesca combinados y, según la Organización Mundial del Turismo, desde 1998 la observación de ballenas y delfines generaron más de 1,000 millones de dólares.
Aún así, Macfie es consciente de que solo un número limitado de lugares pueden tener el éxito observado con los gorilas de montaña.
Mientras que los viajantes estén conscientes del impacto ambiental de los recorridos que toman y que los operadores se apeguen a los principios de los lineamientos de la IUCN, Macfie cree que el crecimiento del ecoturismo es, en general, favorecedor.
“Pero si me preocupan los lugares en donde tienen monos que estuvieron en cautiverio. A veces puede haber cientos de personas arremolinadas alrededor de las estaciones de comida observando a dos o tres orangutanes que acaban de llegar. En esa situación hay grandes posibilidades de transmisiones de enfermedades y de interacción entre los humanos y los orangutanes”.