Investigadores encuentran una rara enfermedad en osos polares
Los síntomas de una misteriosa enfermedad que causó la muerte a decenas de focas e infectó a las morsas de Alaska se están viendo ahora en los osos polares, dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés).
Nueve osos polares de la región del mar de Beaufort cercana a punta Barrow fueron encontrados con partes de la piel sin pelo y llenas de úlceras rezumantes, unos síntomas similares a los detectados en las focas y morsas, afirmó la agencia en un comunicado.
Pero al contrario que las focas y morsas enfermas, los osos afectados parecían por lo demás sanos, dijo Tony DeGange, jefe del departamento de biología en el Centro Científico del USGS en Alaska. También informó que no ha habido muertes entre los osos polares.
Los nueve osos afectados estaban entre los 33 que los biólogos han capturado y examinado durante sus investigaciones de rutina en la costa ártica, según DeGange.
Las pérdidas de pelaje ya se han visto antes en los osos polares, pero la prevalencia en los osos examinados y los problemas similares en focas y morsas han disparado las alarmas, afirmó.
El USGS está en contacto con agencias que estudian los otros animales para investigar si hay una conexión, según dijo.
"Hay mucho que no sabemos, si nos enfrentamos a algo que es lo mismo o a algo diferente", afirmó.
La aparición de la enfermedad fue constatada el verano boreal pasado. Se encontraron unas 60 focas muertas y otras 75 enfermas, según la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglés).
También se hallaron varias morsas enfermas en el noroeste de Alaska, y algunas muertas, según el Servicio de Pesca y Vida salvaje de Estados Unidos.
Las focas y morsas enfermas, muchas de ellas ejemplares jóvenes, presentaban dificultades respiratorias y aletargamiento, así como las úlceras sangrantes, según los expertos. Las agencias iniciaron una investigación para descubrir la causa de la enfermedad, también detectada en zonas periféricas de Canadá y Rusia.
Los estudios preliminares demostraron que no se trataba de un envenenamiento por radiación, desechando por el momento la teoría de que los animales enfermaban por la contaminación filtrada por la central nuclear de Fukushima , destruida por un tsunami en Japón.
La enfermedad sigue extendiéndose entre la población de focas. Un ejemplar enfermo y casi sin pelaje fue encontrado hace un mes cerca de Yakutat, en la costa del golfo de Alaska, según la agencia. El animal estaba tan enfermo que tuvo que ser sacrificado.
Todas las especies afectadas dependen del mar helado del Ártico y se las considera vulnerables a la pérdida estacional de hielo.