'Beirutopía': ¿Podría la capital del Líbano convertirse en un gran jardín?
Los legendarios Jardines Colgantes de Babilonia son la inspiración de un plan ambicioso para hacer un bosque en las azoteas, arriba de las congestionadas calles de Beirut.
Actualmente, los altos edificios de concreto opacan la vista de la ciudad y de acuerdo con un estudio de la Universidad Americana de Beirut, los parques solo ocupan el 3% de la capital libanesa.
La falta de zonas verdes ha contribuido, entre otros problemas ambientales, a la mala calidad del aire y a la acumulación de calor, aseguró el arquitecto Wassim Melki. Esto le dió la idea de enverdecer las azoteas de la ciudad.
“Queremos cubrir de árboles casi todas las azoteas de la ciudad”, dijo Melki.
Aunque parezca un reto, la propuesta de Melki no involucra una gran infraestructura o la ingeniería de un sistema de drenaje complicado.
“Solo estamos hablando de plantar árboles pequeños o medianos en unas macetas más o menos grandes y asegurarlas a los techos”, añadió.
El arquitecto de 28 años asegura que existen 15,000 azoteas que pueden funcionar, que es como el 80% de las que hay en la ciudad. “Aunque plantemos solo uno en cada azotea, el resultado sería la misma cantidad de árboles a los que los que hay en el Central Park de Nueva York”, dijo.
Junto con sus colegas de su despacho Studio Invisible, Melki pretende terminar plantando 60,000 árboles. Ellos dicen que además de bajar notablemente los niveles de dióxido de carbono en el aire, los árboles también crearían un toldo en las azoteas, creando sombras en las calles, lo que ayudaría a enfriar la ciudad.
Sin embargo, si se realiza lo que ellos llaman Bosque Maravilla, no se podría comparar con un parque público. “Plantar árboles en la tierra siempre es preferible y nada puede remplazar un gran espacio para caminar a través de él”, dijo Melki.
Melki calcula que el costo total del proyecto será de 3.5 a 4 millones y actualmente está gestionando Bosque Maravilla por medio de la organización ReAct y una página en Facebook.
Sin embargo, a final de cuentas, el éxito de la idea está en las manos de los residentes de Beirut, puesto que son ellos los que tendrán que cuidar los jardines, especialmente en los calurosos meses de verano.
“Aunque el gobierno dé los fondos para comprar árboles e instalarlos, si no se involucran los residentes, entonces el plan fallará”, dijo Melki.
También podría haber beneficios para los amantes de la jardinería, añade Melki, porque se podría ganar dinero al plantar, cosechar y después vender aceitunas y frutas cítricas, que se darían bien por el clima mediterráneo de Beirut.
“Aparte de grandes beneficios ambientales y sociales, también sería increíblemente icónico”, detalló. “Solo imagina: La primera ciudad del mundo con jardín en las azoteas”.