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Un acercamiento a los amenazados gorilas de montaña en Ruanda

Los esfuerzos de la zoóloga Dian Foosey por proteger esta especie siguen vigentes, con una población estimada de 800 ejemplares
mié 02 mayo 2012 11:26 AM
Según un reporte, los gorilas de la cuenca del congo podrían desaparecer
Según un reporte, los gorilas de la cuenca del congo podrían Según un reporte, los gorilas de la cuenca del congo podrían desaparecer

(CNN) — Escondidos en lo alto de los bosques que hay alrededor de los volcanes del centro de África, los gorilas de montaña eran prácticamente desconocidos para la ciencia hasta 1902, cuando un explorador alemán encontró a los primeros dos, y no dudó en matarlos.

Esto dio la pauta para el tipo de relación que tendrían. Desde entonces, debido a la deforestación y a la caza ilegal, parecía que el gorila de montaña estaba destinado a desaparecer rápidamente del mundo otra vez. No fue mucho tiempo después de la muerte de Dian Fossey, zoóloga estadounidense y la más grande protectora de la especie que fue asesinada en 1985, que se contabilizó que había menos de 300 de estos grandes primates en libertad.

Sin embargo, en estos días, aunque las especies siguen en peligro de extinción, sus números han crecido hasta llegar casi a los 800. Esto se debe a los esfuerzos de conservacionistas como los que trabajan en el Parque Nacional de Volcanes, al noroeste de Ruanda, en donde Fossey estableció un centro de investigación que todavía funciona, en su nombre.

Esfuerzos para cambiar las actitudes hacia los poderosos animales han servido para convertirlos en importantes fuentes de ingresos para la economía local por los turistas que atraen, y los cazadores ilegales se convirtieron en personas que abogan por su conservación.

La población más grande de gorilas de montaña, que se cree que son menos de 500 ejemplares, se encuentra en una región montañosa conocida como los Virungas, junto a los volcanes, en el Parque Nacional del Gorila Mgahinga de Uganda, y en el Parque Nacional de Virunga de la República Democrática del Congo. Una segunda población más pequeña puede ser encontrada en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, en otra región de Uganda.

El Centro de Investigación de Karisoke, operado por el Fondo Internacional de Gorilas Dian Fossey, que está ubicado en el Parque Nacional de los Volcanes, es la instalación más importante del mundo para el estudio del gorila de montaña.

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Verónica Vecellio, la coordinadora del programa de gorilas, dijo que desarrolló el deseo para trabajar en este campo después de que vió la película Gorilas en la niebla, que popularizó la historia de Fossey en 1988.

“Cuando pensamos en el caso de Dian Fossey, es realmente claro cómo una persona puede hacer la diferencia”, dijo Vecellio. “Es lo que me inspiró”.

El equipo en Karioske, que ha observado a los animales por más de 40 años, estudia el comportamiento de 10 grupos de gorilas, incluyendo a los que inicialmente nombró y estudió Fossey, y a su descendencia.

Vecellio dijo que el centro se enfocaba en temas de nuevas investigaciones cada año, por ejemplo, había podido aprender que la esperanza de vida de un gorila de montaña era de 35 años, porque los animales habían estado en observación durante toda su vida.

Fossey creía en conservar el aislamiento de los gorilas manteniendo alejados a los turistas. Pero hoy en día el turismo generado por los gorilas es esencial para la economía local, y la organización que lleva el nombre de Fossey está a favor de los visitantes.

“Es gracias al turismo de gorilas, que los gorilas están tan bien protegidos aquí en Ruanda”, dijo Vecellio. “Estoy segura de que si ella siguiera aquí, simplemente agradecería el hecho de que los gorilas siguen vivos gracias a los turistas. Antes era ella la que los mantenía con vida, ahora es el turismo”.

En 1985 Fossey fue encontrada sin vida en su cabaña en las Montañas Virunga, y está enterrada en el parque. Nunca encontraron a su asesino.

Casi no matan a los gorilas de montaña por su carne, pero los cazadores ilegales pueden maltratarlos o matarlos por las trampas que dejan para otros animales. También los han llegado a matar para vender partes de su cuerpo a los coleccionistas.

Francois Ndungutse creció en el área y solía cazar en el parque. El excazador dice que hace ocho años cazó a su último animal, y ahora motiva a la gente a proteger los animales del parque porque son parte de su vida.

“Solíamos vivir cerca de este parque volcánico, dependíamos de él”, dijo. “Éramos  muy pobres en esa época… dependíamos del parque para conseguir carne”.

Dijo que los programas educativos de agencias gubernamentales los convencieron a él y sus compañeros cazadores para cambiar sus hábitos.

“Para parar todo esto de la caza ilegal, la deforestación y otras actividades ilegales, se combinaron esfuerzos de la desaparecida Oficina de Parques y Turismo Nacional de Ruanda y del actual Consejo de Desarrollo de Ruanda (RDB, por sus siglas en inglés)”, dijo. “El RDB se reunió con nosotros, nos dio un plan de acción y nos enseñó cómo podríamos vivir sin cazar ilegalmente en los parques”.

Vecellio dijo que una de las cosas maravillosas de estudiar a los gorilas de montaña es lo cerca que los primates permitían que estuvieran los observadores, comparado con otras especies que ella había estudiado.

“Empecé estudiando a gorilas de la llanura del oeste, pero teníamos que estar a 50 metros para que ellos pudieran hacer sus actividades” dijo. “Pero aquí puedes estar muy cerca de un gorila, y ellos ignoran tu presencia … puedes estar ahí y ser una parte natural del bosque y recopilar tu información”.

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