Etiopía gana poder con un controversial proyecto de una gran presa
Las aguas del Nilo Azul han corrido por milenios hacia las tierras altas de Etiopía.
Las rocas que forman el piso del río han sido erosionadas por el pasado de Etiopía y ahora que la construcción de la presa hidroeléctrica más grande de África ha comenzado, estas mismas rocas ayudan a construir el futuro del país.
El proyecto de The Grand Reinassance Dam fue anunciado el año pasado por el gobierno de Etiopía, en un movimiento unilateral que no le está cayendo muy bien a sus vecinos río arriba. Egipto y Sudán dicen que Etiopía amenaza su recurso natural más grande.
Lo que es indiscutible es que está muy cerca de la frontera de Etiopía con Sudán.
"No es muy fácil construir un proyecto de esta magnitud en un área remota", explica Francesco Verdi, quien supervisa este proyecto para Salini, la firma constructora italiana que han contratado los etíopes para construir la presa.
De acuerdo con Verdi, el 10% de la presa ya está acabada y los equipos trabajan día y noche para ir a tiempo.
"Esta es una de las presas más grandes del mundo", dice Verdi. "El esfuerzo de este país es verdaderamente impresionante. Ellos van a producir energía limpia utilizando recursos naturales".
Si la construcción sigue cumpliendo con su calendario, la presa estará terminada en seis años. Etiopía dice que la presa generará 6,000 mega watts de electricidad y venderá una parte de eso a sus vecinos y utilizará el resto para alimentar su propio crecimiento.
Semegnew Bekele es el ingeniero etíope a cargo de supervisar este inmenso proyecto. Él ha trabajado en otras tres plantas en Etiopía, pero tanto para él como para su país, este será su primer intento por hacer del Nilo Azul una presa.
"Este río Nilo se origina en nuestro país y fluye sin darnos ningún beneficio a. Nosotros, entonces ahora nosotros podemos usar este río", explica.
Al conocer a Bekele, es claro que este proyecto es una fuente de orgullo personal y nacional, y al menos en Etiopía, se ha convertido en algo así como una celebridad, muchas veces lo paran en la calle para felicitarlo por la presa y para preguntarle cómo va avanzando.
Será una fuente de orgullo para Bekele y para Etiopía, pero para Egipto y Sudán, este proyecto es profundamente contencioso.
Egipto con su población como bomba de tiempo, está particularmente preocupado, ya que cerca del 85% de su agua se origina en Etiopía. Los egipcios dicen que no serán secuestrados por el agua, explica Yarcob Arsarno, experto en hidro-política en la Universidad de Addis Ababa.
"Sudán y Egipto tienen sus preocupaciones. Construir un gran proyecto en el agua que va hacia Sudán, ellos pensarían que el agua estará controlada por Etiopía, y Etiopía sería mucho más poderosa en términos de influencia en la cuenca del Nilo".
Egipto y Sudán están particularmente preocupados de que esta presa le permita a Etiopía controlar el flujo de agua. Etiopía lo niega y dice que usará máquinas para monitorear y asegurar que el flujo permanezca estable.
Meles Zenawi, primer ministro de Etiopía, ha descartado estas preocupaciones y los ha prevenido de algo a lo que llamó "extremistas de la presa".
Zenawi y su gobierno enfatizan que este proyecto de presa podría transformar potencialmente la economía etíope. Es una visión compartida por la comunidad diplomática en Addis Ababa, capital de Etiopía. Un diplomático le dijo al Marketplace Africa que esta presa será "como un cajero de dinero en efectivo para Etiopía". Muchos economistas también están de acuerdo en el potencial económico de la presa.
"El hidro poder es la energía más barata que puedes generar en cualquier lado, entonces Etiopía exportará la energía suficiente para hacer una diferencia en la economía", dice Henock Assefa, economista y socio administrativo de Precise Consult International con base en Addis Ababa.
"Esta es una señal de autodependencia. Esta es una señal de que Etiopía está avanzando de una economía dependiente de ayuda a una que puede hacerlo todo. Haremos esto con o sin ustedes. El gobierno etíope está emitiendo bonos y la población, todos los 85 millones de nosotros, estamos comprando bonos para poder ayudarle a este proyecto del Nilo".
¿Pero podrá Etiopía recaudar el dinero suficiente para continuar construyendo esta presa? Algunos economistas piensan que solo han reunido el 10% del costo total del proyecto. También hay reportes que dicen que a algunos funcionarios públicos los han obligado a donar un mes de su salario para el proyecto. Estas son acusaciones que niega el gobierno.
International Rivers, una organización que trabaja en contra de los proyectos destructivos a los lados del río dice que el gobierno etíope no ha permitido una discusión abierta acerca del financiamiento y los méritos de esta presa. International Rivers señala el caso de Reeyot Alemu, periodista etíope que ha sido encarcelado por criticar el proyecto clave del gobierno. Las autoridades etíopes dicen que Alemu es juzgado por cargos terroristas.
Lo que no está a discusión es cuán determinada está Etiopía para llenar su aspiración de ser "la batería de África del Este".
Por todo Addis Ababa se elevan nuevos edificios. De acuerdo con el Banco de Desarrollo Africano, la economía etíope creció, el año pasado, un 7.5% y aunque la inflación también aumentó al 31.5%, el país ha aumentado su promedio de ganancias en un 50% desde la década pasada.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional, está sonando las campanas de alarma. Dada la reciente historia de sequía de la región, el FMI recomienda que los gobiernos no dependan del hidropoder como una máquina de crecimiento.
Mientras cavan piedras antiguas para su presa futurista, parece que los etíopes creen que éste es un riesgo que vale la pena tomar.