Los jóvenes dan un paso al frente para luchar en defensa de los océanos
La tarea de preservar la diversidad biológica marina y costera, de la que dependen unas 3,000 millones de personas, será la meta que la ONU apoyará en la próxima reunión sobre sustentabilidad Río+20, de la mano de los jóvenes del mundo.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, pidió acelerar las acciones para preservar estos ecosistemas y catalogó esta tarea como uno de los principales objetivos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20).
Además, para la conmemoración de este año, los jóvenes del mundo tendrán un papel protagónico, ya que a este sector se le da la tarea de crear un cambio en nuestra relación con los océanos.
“Debemos hacer más por los océanos de nuestro planeta, que sufren la amenaza de la contaminación, el agotamiento de los recursos pesqueros, los efectos del cambio climático y el deterioro del medio marino”, dijo Ban Ki-moon en un comunicado.
En 2010 había unos 1,200 millones de jóvenes con una edad de entre 14 y 24 años de edad, de acuerdo con datos de la ONU. En América Latina y el Caribe, este sector se compone de 106 millones. En total, son casi el 18% de la población mundial.
Al ser el sustento de millones de personas, se considera que hasta un 40% de los océanos del mundo se ven sumamente afectados por las actividades humanas.
En la pasada Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, se propuso el concepto del Día Mundial de los Océanos para subrayar el papel que desempeñan los océanos en nuestras vidas y las distintas maneras en que las personas pueden ayudar a protegerlos. En 2008, la Asamblea General de la ONU aprobó que el 8 de junio de cada año se conmemorara este día.
Un reto más para los jóvenes
La tarea que se le ha encomendado a la juventud no es menor. Los océanos nos proporcionan una buena parte del oxígeno que respiramos y son una fuente importante de alimentos.
Además, absorben aproximadamente un 26% de las emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera, lo que ha incrementado su acidificación.
Un estudio reciente elaborado por la Pontificia Universidad Católica de Chile encontró que la respiración de los organismos marinos se ve comprometida por los altos niveles de CO2 entre los 200 y los 400 metros de profundidad, de acuerdo con la agencia Efe.
La investigación, realizada en un sector de la corriente de Humboldt a lo largo de la costa chilena, ha revelado cómo los niveles elevados de dióxido de carbono (CO2) y la escasez de oxígeno agravan el estrés de la vida marina.
La pesca marina, directa o indirectamente, emplea a más de 200 millones de personas, lo que dio como resultado que el 60% de los ecosistemas marinos estén deteriorados o se usen de manera poco sustentable.
En México este sector produjo 18,000 millones de pesos en 2009 y empleó a 177,000 personas, reportó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Metas 'a la deriva'
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló recientemente el lento avance en la protección de los ecosistemas marinos, de cara a la próxima reunión de Río+20, la conferencia sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar en Río de Janeiro, Brasil, del 20 al 22 de junio.
"El mundo prosigue, a pasos largos, por un camino insostenible pese a la existencia de más de 500 metas y objetivos acordados internacionalmente de apoyo a la gestión sustentable del medio ambiente y de promoción del bienestar humano", asegura el organismo.
Pocos o ningún avance fueron verificados en metas como la protección de las reservas pesqueras y el freno a la desertificación, mientras que se registraron malos resultados en objetivos como la conservación de los arrecifes coralinos, señala el reporte.
Actualmente, las zonas marinas protegidas representan el 1.6% de su superficie, lejos de la meta del 10% establecidas para 2020.
“El número de zonas costeras muertas ha aumentado drásticamente en los últimos años. Solo 13 de las 169 zonas costeras muertas del mundo se están recuperando, y 415 zonas costeras sufren eutrofización”, advierte el PNUMA.
Sin embargo, el informe señala que a mediados de siglo se podrán alcanzar una serie de objetivos ambiciosos en términos de sostenibilidad si se adoptan nuevas políticas y estrategias más firmes.
“Río+20 marca el momento en el que el desarrollo sostenible debe dejar de ser una aspiración hacia la que se avanza de modo irregular para convertirse en un auténtico camino hacia el progreso y la prosperidad tanto para esta generación como para las venideras”.
