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China, ¿podrá disipar su capa de esmog y controlar la contaminación?

El gobierno de Beijing quiere implementar un plan para combatir los altos niveles tóxicos, pero solo durante los días más peligrosos
mié 23 octubre 2013 03:00 PM
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Beijing ha sido obligada a tomar medidas más extremas ya que sus cielos regularmente están cubiertos con una capa sucia de esmog color gris, lo que provoca caos en la red de transportes y obliga a millones de personas a refugiarse tras máscaras quirúrgicas.

Las autoridades de la capital de China anunciaron esta semana una serie de medidas de emergencia en un intento por abordar el problema; entre ellas están el cierre obligatorio de fábricas y prohibiciones a la circulación de los autos en la ciudad durante los días en los que los niveles de contaminación sean particularmente elevados .

Aunque Beijing no es la única cuando se trata de cielos llenos de humo, esta ciudad de más de 20 millones de habitantes ha llegado a ser el símbolo del costo ambiental del crecimiento económico abrumador de China.

Alerta roja

El Plan de Contingencia para la Alta Contaminación del Aire de la ciudad ha estipulado que cuando haya "una contaminación grave durante tres días consecutivos", será activado un sistema de advertencia que comprende alertas azul, amarilla, naranja y roja (la más grave).

Los jardines de niños, las primarias y secundarias tendrán que suspender labores, mientras que el 80% de los autos propiedad del gobierno deberán abandonar las calles. Solo se permitirá que los autos privados entren a la ciudad en días salteados, de acuerdo con un sistema de selección de números de placas.

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Cuando sea emitida la alerta roja, no podrán circular todos los vehículos de carga y los que transporten material a los sitios de construcción, mientras que los carros de riego y los camiones rociadores saldrán a las calles, reportó el diario estatal China Daily.

Las fábricas de la ciudad que emitan contaminantes estarán obligadas a reducir sus emisiones o cesarán su operaciones completamente cuando haya alerta naranja, mientras que en los sitios de construcción deberán detener las excavaciones y las operaciones de demolición. Entre las medidas se encuentran la prohibición a las parrilladas y al uso de fuegos artificiales en días de contaminación grave.

Nocivo para la salud

Según el plan, estas medidas de emergencia entrarán en vigor cuando el índice de calidad del aire relativo a las partículas finas, PM2.5 —partículas suspendidas consideradas las más dañinas para la salud—, supere los 300 microgramos por metro cúbico durante tres días consecutivos. El límite "seguro" es de 25 microgramos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque en general el anuncio fue bien recibido y parece un paso en la dirección correcta, persiste la duda sobre su efectividad a largo plazo.

"Las nuevas medidas de emergencia demuestran que el gobierno está decidido a atacar la contaminación en Beijing, especialmente esas medidas que limitan el uso del automóvil y el cierre de escuelas y jardines de niños en los días contaminados. Eso demuestra que la autoridad realmente ha puesto atención a esos grupos vulnerables", dijo a CNN, Huang Wei, vocero de Greenpeace East Asia.

"El problema es que esas medidas de emergencia solo se aplicarán en esos días contaminados. Son más un paliativo que una medida preventiva y el solo reparar no servirá para resolver el problema a largo plazo".

"La contaminación del aire en Beijing principalmente se transmite desde otras ciudades y lo que Beijing puede hacer es muy limitado. Lo que las autoridades deberían hacer es establecer un mecanismo de enlace que combine medidas preventivas con controles de emergencia", señaló. 

"Por ejemplo, en las fábricas de las zonas circundantes como Mongolia Interior y la provincia de Shandong podrían cerrar las fábricas antes de que emitan contaminantes graves . Debería haber una colaboración entre las ciudades; el que solo Beijing lo haga no es suficiente", añadió. 

La opinión del pueblo

Esta opinión tiene el respaldo de muchos chinos comunes en Weibo, el popular servicio de microblogging de China.

"Deberían pensar a largo plazo y no esperar a que ocurra la crisis", publicó un usuario con el nombre de Shijinmilu.

Otro, llamado Qinghualiuqingyu, preguntó: "¿Qué pasa con esa gente que no puede pagar una casa costosa en la ciudad y que tiene que conducir su auto al trabajo todos los días?".

"Los autos no son los principales contaminantes, las fábricas de los alrededores lo son. A veces la contaminación sube de forma descontrolada aunque sean las dos o tres de la mañana. La medida en sí es buena, pero es más importante la forma en la que la implementen", dijo el usuario de nombre TangyuanAllesGute.

Acciones positivas

En septiembre, el gobierno central de China anunció un plan para empezar a emitir cada mes una lista de las diez ciudades con mayor contaminación del aire, con la esperanza de que la humillación nacional impulse acciones ambientales positivas.

"Debemos establecer el control de la calidad del aire como el límite ecológico a la gestión económica y el desarrollo social", dijo Zhang Gao Li, viceprimer ministro de China, durante el discurso en el que anunció la nueva medida durante la 18ª Conferencia de Control de la Contaminación del Aire, celebrada en Beijing.

Las autoridades chinas no mencionaron cuándo será anunciada la primera lista, pero las megaciudades del norte —Beijing y Tianjin— así como las provincias circundantes de Hebei, Shanxi, Mongolia Interior y Shandong se han unido a un plan oficial para acelerar la implementación de las medidas de control de la contaminación del aire .

Mientras tanto, la vida regresaba a algo parecido a la normalidad en el noreste de China, luego de que una ciudad quedara paralizada tras varios días de cielos llenos de esmog.

La nube contaminante provocó el cierre del aeropuerto internacional de Harbin, afectó cientos de vuelos y provocó el cierre de escuelas y negocios, ya que la visibilidad se redujo a menos de 20 metros. Algunos edificios apenas se veían desde el otro lado de la calle y los conductores que fueron los suficientemente valientes como para salir a las calles se vieron obligados a encender sus luces intermitentes, a manera de advertencia.

Los habitantes culparon al sistema de calefacción de la ciudad, que funciona con carbón, y a los campesinos que queman paja para calentarse conforme desciende la temperatura en la región. 

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