De cisne blanco a ¿especie invasora?, para los neoyorquinos así parece
Para Nueva York, la emotiva historia del patito feo que se convirtió en un bello cisne blanco más bien es un dolor de cabeza por tratarse de una descontrolada especie invasora.
A finales del 2013, el Departamento de Conservación Ambiental neoyorquino (DEC, por sus siglas en inglés) formalmente declaró la guerra en contra del cisne blanco al emitir un primer borrador del plan para erradicar por completo a este animal —considerado un ejemplar "no nativo" del lugar— para 2025 y que será modificado en febrero de este año.
De acuerdo con el plan publicado por el DEC en su sitio web, el animal fue introducido desde la región entre Europa y Asia a América del Norte en la década de 1800 con un propósito meramente ornamental. Entre los problemas ocasionados por el cisne destacan: agresividad contra los humanos, destrucción de la vegetación submarina, desplazamiento de especies nativas, degradación de la calidad del agua y un posible peligro para la aviación.
Actualmente estiman que la población del cisne blanco es de 2,200 ejemplares que se distribuyen en Long Island y el valle de Hudson, además de existir un grupo en rápido desarrollo en la zona del Lago Ontario, según señala el documento del Dec.
"El plan sustenta las acciones del Departamento de Conservación para eliminar la población de cisne blanco que habita en Nueva York para 2025, al mismo tiempo permitirá la tenencia responsable de estas aves en cautiverio. Recientemente el DEC propuso incluir a este animal dentro de la lista de 'especies prohibidas' bajo la nueva regulación de especies invasoras, que restringe la venta, importación, transportación e introducción de este ejemplar en el estado", señala el comunicado publicado por el DEC .
Algunas de las acciones planteadas por las autoridades neoyorquinas para erradicar al animal incluyen la supresión de nidos y huevos, la aplicación de eutanasia, así como el traslado de algunos a lugares autorizados para su conservación, pero que no tendrán permitido la reproducción de estos ejemplares para evitar su propagación.
Por su parte, la organización ambientalista Goose Watch NYC desaprueba la medida y argumenta que es innecesario destruir a una especie que ha vivido en el planeta mucho antes que los humanos, según una información publicada en su sitio oficial.
"Los cisnes pueden ser culpados por la degradación de la vegetación acuática, pero el mayor problema es la contaminación. Hasta que este problema no sea controlado, la matanza de cualquier especie no será la solución o devolverá la salud a las plantas submarinas", comentó Sheila Bolin, CEO de la fundación Regal Swan Inc., en un comunicado del Goose Watch NYC.
En lugar de eliminar a un animal que ha vivido en el imaginario del hombre desde el principio de la civilización, el Estado de Nueva York debería dedicarse a la recuperación de espacios vitales para que así las especies no nativas puedan cohabitar con las que sí lo son, puntualizaron los conservacionistas en el comunicado.