'Cosechas' de agua de lluvia: una opción ante la escasez de agua potable
Cosechar el agua de lluvia desde el techo de tu casa para beberla o usarla en labores domésticas puede ser una alternativa ante la escasez de agua en México.
Y como muestra, 'dos gotas de agua': Casa del Agua, un establecimiento ubicado en la colonia Roma norte en la Ciudad de México recolecta el agua de lluvia, la purifica y vende en botellas para el consumo humano, mientras que Isla Urbana se encarga del diseño de sistemas para aprovechar la precipitación pluvial en los hogares.
"El proyecto surge de la convicción que tenemos de la importancia que tiene el agua como el elemento central del ecosistema, de la importancia que tiene recuperarla, llevarla a su máxima expresión de pureza y aprovecharla para el consumo humano", dice Bosco Quinzaños, fundador de Casa del Agua.
Leer: la reseña de la revista Chilango sobre la Casa del Agua
Más del 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua, pero solo el 2.5% es agua dulce. De ella, el 70% no puede ser usada porque se encuentran en glaciares, el 1% está accesible de forma inmediata y el resto está presente en el subsuelo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que conmemora este sábado el Día Mundial del Agua.
La falta de otras fuentes de agua apta para el consumo humano aunado con el aumento de la población han ocasionado que los acuíferos en casi todas partes del mundo sean sobreexplotados .
Tan solo en México, el 58% del agua extraída del subsuelo se hace de acuíferos sobreexplotados, según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
"Toda el agua que no se extraiga del subsuelo, ya sea agua de lluvia o no, es un beneficio. El agua subterránea se extrae con electricidad e implica esfuerzos y gasto de energía de diferente magnitud. Hay lugares en donde el agua se encuentra a decenas de metros y otros donde está a cientos de metros. Mantener operando las bombas para extraer el agua representa un gasto importante de energía", dice la doctora Ana Cecilia Espionosa, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Muchos de los usos que le damos al agua de red se pueden desplazar con el agua de lluvia. Recordando que cada litro de agua de lluvia que usemos es un litro de agua del subsuelo que no vas a extraer. Y al hacerlo de manera masiva ayudamos a evitar también la deterioración masiva del subsuelo", dijo Hiram García, encargado de la Dirección de Ingeniería de Isla Urbana.
Música, filtros y destiladoras para purificar el agua
A la entrada de Casa del Agua se ve una especie de gotero gigante colgado del techo en el que se almacena el agua antes de ser embotellada y la música clásica no deja de sonar.
"Estimulamos el agua con música", dice Arturo Torres, administrador del establecimiento, quien también explica que uno de los pasos del proceso incluye hacer pasar el líquido por un tanque en el que hay piedras de río con mensajes como "gratitud y amor".
Convertir el agua de lluvia en agua bebible en Casa del Agua toma unas 60 horas y el proceso inicia con la captación de lluvia en una terraza del establecimiento, cuya tarima está diseñada para filtrar el agua de objetos grandes como hojas de árbol. Después, el agua es recolectada a través de tubos y llevada a una cisterna con capacidad de 2,500 litros y con bombas de agua se impulsa a un filtro de partículas de hasta 130 micras —más delgado que un cabello—.
A continuación, un filtro de carbón le quita los sabores, olores y colores, y pasa el agua de lluvia al proceso de destilación. Ahí dos máquinas parecidas a refrigeradores pequeños hierven el agua, la evaporan y condensan. En este proceso, el agua perdió contaminantes pero también propiedades buenas como los minerales, que se le regresan con un filtro de carbón activado “que al pasar por un campo magnético se ionizan y le dan un toque de alcalinidad”, explica Torres.
Las botellas de 300 mililitros tienen un precio de 40 pesos y pueden ser llenadas nuevamente por 10 pesos. Sus estándares se rigen bajo la Norma Oficial Mexicana para la purificación de agua (NOM-127-SSA1-1994) y tienen autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para comercializar el agua.
Recolectar y usar agua de lluvia en tu propia casa
Casa del Agua fue asesorada por el proyecto Isla Urbana, perteneciente a la ONG Instituto Internacional de Recursos Renovables, y creado por un grupo de jóvenes que diseñaron un sistema de captación y trata de agua para su uso en labores domésticas y, en algunos casos, también para el consumo humano.
El primer sistema fue instalado en 2009 en una comunidad de escasos recursos en el Ajusco (al sur de la Ciudad de México) y hasta ahora han sido instalados más de 1,000 de ellos en el Distrito Federal y en una comunidad huichol en Jalisco.
“Esta es la propuesta básica: que el agua de nuestro sistema la puedas usar para bañarte, para lavar trastes, ropa, para lo que normalmente usas el agua de la red, incluso lavarte los dientes. Eso es el sistema básico. Si quieres beber agua, se le pone un aditamento que solo va a purificar el agua que tomarás”, explica Hiram García, encargado de la Dirección de Ingeniería de Isla Urbana.
Los integrantes de Isla Urbana venden el equipo necesario y también lo instalan en lugares de escasos recursos o donde existe desabasto de agua . En promedio, un sistema tiene un costo de entre 6,000 y 8,000 pesos y puede instalarse en hogares que tengan ciertas características, como un techo de cemento, lámina y plástico con una buena pendiente para que el agua corra hacia la cisterna. Una vez ahí, se usa cloro y filtros para que el agua tenga la misma calidad que la abastecida por la red pública.
La captación de agua de lluvia reduce el costo del bombeo de agua del subsuelo y "ayuda a realimentar los mantos acuíferos y mitiga los efectos de las inundaciones", explica un documento elaborado por la UNAM.
"Estamos extrayendo más agua de la que permitimos que se recargue en los acuíferos y el desgaste de estas cuencas causa inundaciones, menor calidad en el agua extraída y además nos estamos quedando sin agua”, explica la doctora Espinosa.
Se estima que cada día una persona necesita entre 20 y 50 litros de agua potable para satisfacer sus necesidades diarias. Y si se mantienen los niveles actuales de consumo, para el año 2025 dos de cada tres personas en el mundo vivirán con escasez moderada o severa, según la ONU.