Peña Nieto desecha ‘el Día del presidente’ y abre ‘el Día del presidente 2.0’

Aunque el presidente cambió el tradicional mensaje ante la clase política por un ‘town hall’ con jóvenes, igualmente aprovechó para lucir sus reformas y presumir los logros en sus 4 años de gobierno.
Cambio de formato Además de las preguntas de los jóvenes que estaban presentes, para este Cuarto Informe de Gobierno se recibieron preguntas por Facebook, que fueron las más críticas a la administración de Peña Nieto. (Foto: Facebook/ Presidencia de la República)

El presidente Enrique Peña Nieto revolucionó el tradicional Informe de Gobierno —en el que rendía cuentas ante el Congreso de la Unión— en una versión interactiva de mensaje en el cual comunicó los orgullos de su administración.

El mandatario sostuvo este jueves por la noche un

“jóvenes talentosos de entre 15 y 29 años de edad, de todas las regiones del país, protagonistas del desarrollo de sus comunidades” —según un comunicado de la Presidencia— en el que además respondió preguntas de usuarios de redes sociales —que tocaron los temas polémicos de la administración federal.

“Hace menos de 20 años, el primero de septiembre era conocido como el ‘Día del presidente’. Por extraño que nos parezca ahora, ese día no se trabajaba y los niños no iban a la escuela. En todos los canales de televisión y estaciones de radio, durante largas horas, se escuchaba una sola voz: la del presidente hablándole a los diputados y a los senadores.

"Esa realidad ya no existe, y qué bueno que así sea. Hoy en nuestro país se escuchan todas las voces”, dijo Peña Nieto en un video previo a la dinámica, inédita en los informes presidenciales del país, y que fue transmitido por diversos canales de televisión abierta y cadenas de radio.

Para su cuarto año de gobierno, Peña Nieto decidió sustituir el mensaje que los presidentes mexicanos emiten ante la clase política en esta fecha —tradicionalmente ante el Congreso pero que, ante los conflictos partidistas, se ha trasladado a Palacio Nacional, la residencia oficial de Los Pinos e incluso el Auditorio Nacional— por una reunión tipo town hall (comparecencia ciudadana).

Los asistentes tuvieron la posibilidad de plantear sus inquietudes al presidente si su nombre era seleccionado en una tómbola por el moderador, el periodista Ezra Shabot, quien las turnaba con las preguntas más votadas —de entre un total de 3,800 planteadas por los usuarios—

. Fue una veintena de preguntas, respondidas en más de hora y media que duró el acto.

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Las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho

Con un auditorio lleno de millennials, el presidente reconoció que en la sociedad hay “insatisfacción y descontento” por conflictos y deficiencias en los ámbitos de la educación, pobreza, seguridad, corrupción, impunidad y crecimiento económico, pero esto no generó un ‘rosario’ de críticas ni reproches, como el que minutos antes se escuchó de parte de diputados y senadores de oposición en la

Peña Nieto escuchó de pie las preguntas. Al igual cuando algunos jóvenes pusieron sobre la mesa peticiones particulares que cuando se tocaron los temas ‘espinosos’ del sexenio: el conflicto magisterial, la crisis de derechos humanos, la “humillación” de Donald Trump, los escándalos de corrupción, la popularidad presidencial en mínimos históricos, los ‘gasolinazos’, las fallas al canalizar recursos al deporte, los constantes viajes al extranjero acompañado por extensas comitivas y hasta la falta de metodología para la elaboración de su tesis —que rechaza que se trata de plagio.

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Ninguno de éstos cuestionamientos perturbaron al presidente, quien tuvo a la mano cifras para documentar el optimismo y convencer sobre la eficacia de las reformas estructurales: la educativa, la energética, la financiera, la anticorrupción, la político-electoral y hasta la penal (aprobada en 2008). También resalta los programas de las Zonas Económicas Especiales, apoyos a emprendedores, ampliación de servicios de salud y otras obras emprendidas.

"Las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho”, expresó Peña Nieto ante el comentario de uno de los jóvenes. Es el lema de la campaña para este informe y con el cual se busca contrarrestar que los medios —en su visión— sólo destacan información negativa. Pero, el presidente aclara, no se obsesiona con contar con altos niveles de aprobación ciudadana, pues en su responsabilidad asume los costos políticos de tomar decisiones “que no necesariamente son las más populares”.

“Como presidente de México me ocupa servir a los mexicanos, dar lo mejor de mí y con toda mi pasión para lograr que México tenga mayor desarrollo y mayores oportunidades para su sociedad (...) No habré de reparar en la popularidad porque gobierno para ella”, señaló.

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Optimismo en el corazón

El Ejecutivo promete que éste no será el último encuentro con jóvenes. Tampoco es el primero. En la campaña presidencial, Peña Nieto asistió a un

, quienes reclamaron al priista casos como el desalojo de Atenco, los feminicidios cuando gobernó el Estado de México (2005-2011) o sus lazos con personajes políticos como el expresidente Carlos Salinas de Gortari o la maestra Elba Esther Gordillo. El priista tuvo problemas para abandonar el recinto, desbordado en protestas de los estudiantes, quienes posteriormente formarían el movimiento #YoSoy132, que se opuso a su candidatura.

Hoy, esto es sólo un mal recuerdo. En el town hall de Palacio Nacional las cifras no son lo único alegre: los asistentes agradecen a Peña Nieto, se ríen de sus bromas y le piden becas.

“Antes que nada, quiero darle las gracias porque gracias a usted tenemos prácticamente todo”, le dice Juan Luis López Alcocer, de Campeche.

“Es un orgullo para mí estar frente a una persona tan importante”, lo halaga Luis Edrián Paul Garza Rodríguez, de Tamaulipas.

Amor, con amor se paga, y Peña Nieto resalta que “los jóvenes escriben la historia de este país”, por los que los alienta a mantener un espíritu crítico, sin perder el optimismo.

“Todos hacemos patria todos los días, todos vamos construyendo a México (…) Yo sé que hoy la sociedad y ustedes los jóvenes deben alentar el espíritu crítico. Es justamente lo que alienta que se den los grandes cambios y transformaciones que el país necesita. Den espacio justamente a la crítica, pero nunca pierdan realmente el optimismo que debe caber siempre en su corazón porque entre todos estamos construyendo una mejor nación”, expresa Peña Nieto, luego de hora y media del ejercicio.

Así está mecánica novedosa terminó abordando los mismos temas que Peña Nieto usualmente recoge en sus discursos: los logros de los programas emprendidos su administración y las reformas aprobadas en lo que va de su sexenio.

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