La experiencia de perder un testículo tiene fuertes implicaciones en la autoestima, lo que ocasiona que quienes lo han vivido prefieran no hablar del tema. Se considera que sólo en el DF hay más de diez mil hombres que han perdido un testículo por cáncer, ya sea de próstata o testicular.
Éste aparece en jóvenes entre los 15 y 35 años y es la segunda o tercera causa de hospitalización por cáncer en el Hospital General.
Es curable si se diagnostica en sus primeras etapas.
El riesgo de padecerlo aumenta si uno o ambos testículos no logran descender al escroto antes de nacer, si hay desarrollo testicular anormal o historia familiar o personal del mismo tipo de cáncer.
Ojo con los síntomas
Puede haber inflamación, cambios, molestia o dolor en el testículo, pesadez en el escroto, dolor sordo en la espalda o en la parte baja del abdomen, o desarrollo excesivo de tejido mamario.
Es vital realizar un auto-examen cada mes.
El 95 % de los casos son curables y no en todos se pierde la fertilidad, pero los pacientes pueden congelar su esperma antes de recibir tratamiento.
Se puede utilizar radioterapia, quimioterapia y/o una cirugía para extirpar el testículo. En este caso, se puede reconstruir con implantes.