Despierta durante la cirugía: ‘Estoy en el infierno’

Cuando le extrajeron el ojo derecho a Carol Weiher durante una cirugía realizada en 1998, lo hizo con música disco de fondo. Lo siguiente que escuchó fue: “corta más profundo, jala con más fuerza”.
Quiso gritar desesperadamente o mover un dedo para hacerles saber que estaba despierta, pero el relajante muscular que había recibido, le impidió controlar sus movimientos.
“Estaba en una especie de combinación entre oración y plegaria, maldiciones y gritos, trataba de hacer cualquier cosa, pero sabía que nada de lo que hiciera tendría efecto”, dijo Weiher, de Reston, Virginia.
Weiher es una de las pocas personas que ha experimentado conciencia durante la anestesia.
Aunque normalmente un paciente no recuerda nada sobre la cirugía que se realiza bajo anestesia general, una o dos personas entre 1,000 pueden despertar, de acuerdo con información de Mayo Clinic.
En la mayor parte de estos casos, la persona se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, pero sólo algunas experimentan dolor agudo y llegan a tener problemas psicológicos.
Los instrumentos quirúrgicos no causaron el dolor de Weiher - sólo presión -pero las inyecciones de un medicamento paralizante durante la operación, "las sentía como gasolina quemándome”, dijo.
"Pensé, pues tal vez me equivoqué en la vida, y estoy en el infierno", añadió. La cirugía duró cinco horas y media. En algún momento se desmayó o quedó inconsciente por la anestesia. Cuando despertó, comenzó a gritar.
"Todo lo que podía decir, ¡estaba despierta! ¡Estaba despierta!'", dijo.
El uso de anestesia general es normalmente seguro y produce un estado de sedación que no se interrumpe en medio de una intervención, dicen los doctores.
El paciente y el anestesiólogo reúnen la mayor cantidad de historia clínica posible antes de la intervención, que incluye los hábitos de consumo de alcohol y drogas, para ayudar a determinar el tipo más apropiado de anestesia que se debe usar.
Se puede pensar que “se duerme”, pero en términos de lo que le sucede al cuerpo, la anestesia general tiene muy poco que ver con dormitar.
Durante el sueño, el cerebro se encuentra en su estado de mayor actividad, por otro lado, durante la anestesia, la actividad del sistema nervioso central se deprime. En la mesa de cirugía, el cerebro está menos activo y consume menos oxígeno, un estado inconsciente que no se parece a un sueño normal.
Los doctores no saben exactamente cómo se produce este efecto. Es claro que los anestésicos interfieren en la transmisión de químicos en el cerebro a través de las membranas o paredes de las células.
Pero el mecanismo es el tema de la investigación del doctor Alexander Hannenberg, anestesiólogo en Newton, Massachusetts, y presidente de la American Society of Anesthesiologists.
Los pacientes que recuerdan haber quedado inconscientes bajo la anestesia, generalmente tienen una experiencia agradable, indicó Hannenberg, y el periodo de “volver en sí mismos” también es relajante, indicó.
La conciencia durante la anestesia puede relacionarse con errores humanos o fallas del equipo, indicó Hannenberg.
Hay pacientes a los que los médicos les tienen que administrar una dosis más baja por su condición física, dijo Hannenberg.
Alguien que está muy herido y ha perdido mucha sangre, un paciente con complicaciones en su funcionamiento coronario, o una mujer que requiere de una cesárea de emergencia, estarían en riesgo de sufrir alguna consecuencia si se le administra una dosis alta de anestesia.
Problemas del corazón o de los pulmones, el consumo diario de alcohol, el uso prolongado de opio y otras drogas pueden poner en un mayor riesgo al paciente sometido a anestesia, de acuerdo a la Mayo Clinic.
Weiher inició una campaña a la que llamó la Anesthesia Awareness Campaign , cuyo fin es educar a la gente sobre los peligros de despertar durante la cirugía. Ella ha hablado con cerca de 4,000 personas en el mundo entero que han tenido experiencias semejantes a la suya.
La Sociedad Americana de Anestesiólogos está comprometida con el Registro de Conocimiento de la Anestesia, un proyecto de investigación que realiza la Universidad de Washington para examinar casos de este fenómeno.
Uno de los objetivos de la Anesthesia Awareness Campaign es que se debe de contar, como estándar, con el monitoreo continuo de la actividad cerebral durante la intervenciones.
Ha habido controversia sobre los monitores de función cerebral durante la anestesia general. Abogados como el Doctor Barry Friedberg, el anestesista y fundador de la Goldilocks Anesthesia Foundation, dice que monitorear el cerebro es esencial para asegurar que el paciente recibe la sedación apropiada para no despertarse.
Los monitores usan una escala de 0 a 100 para reflejar lo que ocurre en el cerebro: 0 es una total falta de actividad cerebral, 98 o 100 es completamente despierto, y entre 45 y 60, es en donde la anestesia general pone al paciente, dijo Friedberg.
Pero un estudio de 2008, publicado en el New England Journal of Medicine no encontraron ningún beneficio en usar el monitoreo para prevenir cuidados anestésicos.
La Sociedad Americana de Anestesiología ha mencionado que la supervisión rutinaria no es indicada para la anestesia general, pero puede tener algún valor y ser apropiada para pacientes específicos. Los inconvenientes son que su uso es caro, y no deberían de utilizarse en lugar de monitoreo cardiaco o de función pulmonar para regular la anestesia.
Las investigaciones no demuestran constantes benéficos en el uso de monitores de función cerebral, y la decisión de utilizarlos debería de ser tomada individualmente, indicó el especialista.
El anestesiólogo monitorea cuidadosamente al paciente en cuanto a su presión arterial y función pulmonar, que puede elevarse o caer, mientras que la persona está bajo el efecto de la anestesia, indicó Hannenberg.
El tratamiento es personalizado, un joven y saludable atleta tolerará fluctuaciones de presión arterial mejor que alguien que esté en una situación severa, dijo Hannenberg.
Así como los procedimientos quirúrgicos, la anestesia puede causar un infarto, un ataque cardíaco y la muerte. Tales complicaciones son más probables en la gente que tiene problemas médicos serios, y los ancianos. Durante las dos décadas pasadas, los anestesistas han progresado significativamente reduciendo muchos de los riesgos, dijo el doctor.
Un chico de 6 años de Richmond, Virginia, recientemente falleció al caer en un paro cardiaco durante un procedimiento dental de rutina en el que se involucraba la anestesia, reportó un afiliado de la WTVR a CNN.
Weiher tuvo que tener cirugías posteriores, incluyendo una operación en el otro ojo, y una histerectomía, y sus experiencias fueron aterradoras. Todavía toma medicamentos para el desorden postraumático como consecuencia de su experiencia “consciente” de su anestesia.