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Los papás también se deprimen antes y después del parto

Cerca de un 10 por ciento de los padres padecen depresión prenatal y posparto, según un estudio de la Asociación Médica de Estados Unidos
mié 19 mayo 2010 09:10 AM
La depresión posparto en hombres es menos atendida
GET. Recien nacido La depresión posparto en hombres es menos atendida

Matthew y su esposa estaban emocionados con el nacimiento de su hija en enero de 2008, tanto, que el orgulloso padre tomó un permiso laboral de un mes para pasar tiempo con su esposa e hija.

Casi seis semanas después del nacimiento del bebé, Matthew, de 35 años, quien pidió que no se usara su nombre real, descubrió que quería dormir todo el tiempo. Dejó de emocionarse con sus actividades recreativas y llegó al punto en el que ya ni siquiera quería salir a cenar con su esposa. Después de seis años en el ejército, siempre estuvo orgulloso de su fortaleza mental, pero con un recién nacido se la pasaba todo el día pensando en huir y contemplaba el suicidio.

"La gente en la historia pudo haber pensado que los había poseído un demonio, y así es como me sentía”, dijo el padre que reside en California. “No tenía ningún control sobre eso”.

A pesar de haber tomado un año de terapia, Matthew nunca supo cómo llamar a estos intensos sentimientos hasta que comenzó a escuchar historias de mujeres que sufrían de depresión posparto.

De hecho, la depresión posparto en padres novatos es un fenómeno real, y es más común de lo que se pensaba, según un estudio publicado el martes en el Diario de la Asociación Médica de Estados Unidos. Cerca del 10% de los hombres padecen depresión prenatal y posparto, según el estudio. Investigaciones anteriores habían estimado que el 5% lo padecía, dijo el autor del estudio, James Paulson, del departamento de pediatría de la Facultad de Medicina del Este de Virginia.

"No se busca ni detecta lo suficiente en las mujeres, y diría que en la práctica, (la depresión en padres novatos) es virtualmente desconocida”, dijo Paulson. “La mayoría de los clínicos y la mayoría de las mamás y los papás no saben que hay un incremento en el riesgo de que los padres sufran de depresión”.

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La depresión en los padres tiene implicaciones potencialmente negativas para la familia y para el desarrollo, comportamiento y salud emocional del niño, dijo.

El estudio de Paulson también descubrió que la depresión en los papás tiende a asociarse con la depresión de las mamás: cuando las mamás estaban más deprimidas, también los papás. Pero se requiere una mayor investigación para determinar cómo se relacionan, pues no está comprobado que el humor de un padre afecte al del otro.

Los investigadores realizaron un análisis de 43 estudios sobre depresión documentada en padres entre el primer trimestre y el primer año después de que nace un niño, entre enero de 1980 y octubre de 2009. La información recaudada fue de más de 28,000 participantes.

Los estudios descubrieron que hasta el 25% de los padres nuevos padecían depresión entre los tres y seis meses después del nacimiento. Aunque sus análisis no determinaron las causas, Paulson dijo que especula que se debe a que las ausencias del trabajo terminan cerca de los tres meses, y los padres necesitan renegociar la forma de cuidar al recién nacido. Los horarios de sueño también pueden cambiar en este periodo, dijo.

Las tasas de depresión en padres fueron más altas en Estados Unidos, en cerca del 14%, que en el extranjero, en cerca del 8%, según el estudio. La información de los países analizados en este estudio fue principalmente de países desarrollados, dijo Paulson.

Las razones de las diferencias nacionales son desconocidas, pero la teoría de Paulson es que Estados Unidos tiene políticas de permisos laborales más estrictas en comparación con algunos países europeos.

También dijo que “en Estados Unidos hay un problema conocido con los hombres que buscan ayuda para tratar la depresión y un estigma documentado con respecto a la salud mental”.

El nuevo análisis tiene sus limitaciones; como se tomó de una serie de estudios con distintas metodologías y distintas formas de informar y medir la depresión, los autores no pueden señalar la prevalencia de la depresión en algún rango de tiempo específico. Además, el análisis extenso podría incluir las tendencias inherentes en los estudios que unió.

A pesar de estos inconvenientes, los hallazgos señalan claramente hacia una necesidad de aumentar los esfuerzos por detectar depresión en padres que esperan hijos, dijo el autor del estudio. La conexión entre la depresión de los padres sugiere que la depresión en un padre debería provocar atención clínica al otro, dijo el autor.

"Asimismo, los esfuerzos de prevención e intervención para la depresión en los padres deberían enfocarse en la familia y en la pareja más que en el individuo”, dijo el estudio, que no comparó las tasas de depresión entre hombres de varios grupos de edades pero no contempló a los padres adolescentes, dijo Paulson.

"La tristeza por el bebé" en cualquier padre es un sentimiento normal por algunas semanas, pero la depresión posparto dura más tiempo y presenta síntomas más severos.

La tristeza, la ansiedad, y los sentimientos de que nada importa son algunas de las señales de depresión en hombres. Algunas observaciones señalan que los hombres los experimentan más en forma de ira, irritabilidad y abandono que como tristeza, que es más frecuente entre mujeres.

Pero no hay investigaciones suficientes que concluyan que estas diferencias suelen existir entre madres y padres deprimidos, dijo Paulson.

El primer paso para tratar el problema es que la pareja y los médicos reconozcan que los padres novatos corren un riesgo mayor de padecer depresión, y puedan ayudarlos así a obtener un tratamiento apropiado, dijo Paulson. Esto puede incluir psicoterapia y medicamentos.

"En realidad, hacer que un padre llegue al punto de hablar con un doctor sobre el problema es el mayor reto”, dijo. “Cuando los padres están en la consulta, creo que tienen mejores posibilidades de obtener una mejor ayuda para su depresión”.

Matthew dejó la terapia después de un año por motivos económicos, pero en ese momento ya comenzaba a recuperarse. También hacía ejercicio cinco días a la semana, era voluntario en su iglesia y se obligaba a hacer planes sociales.

Dijo que sus sentimientos negativos aparecen de vez en cuando, y le aterra que la depresión regrese si él y su esposa tienen otro hijo. Pero algo muy valioso que logró gracias a la terapia es la confianza que ganó de ser padre.

“Me ayudó enormemente, sólo el hecho de pensar que sí tengo las destrezas, y pasar más tiempo a solas con mi hija, darme cuenta de que puedo hacerlo sin deshacerme, sin arruinar su vida”, dijo.

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