Las mujeres se casan con hombres con menos dinero y preparación académica

Si las citas amorosas son cuestión de cifras, las solteras deberían considerar esto: un estudio del Centro de Investigación Pew realizado este año señaló un incremento en las mujeres de entre 30 y 34 años que ganan más dinero que sus esposos.
Las mujeres ganaron más dinero que los hombres en el 22% de las parejas encuestadas en 2007, en comparación con el 4% en 1970. Mientras que los hombres ganan más dinero en general y ocupan más puestos gerenciales, las mujeres están obteniendo mayores ganancias.
“El abasto de hombres ha cambiado”, dijo D’Vera Cohn, escritora del proyecto de Tendencias Sociales y Demográficas del Centro de Investigación Pew. “El número de hombres universitarios no está creciendo tan rápido como el de mujeres”.
También hay un cambio de género en el ámbito educativo; las mujeres representan casi el 60% de los estudiantes de grados avanzados en rubros como medicina, derecho, negocios y programas de posgrados, según informó el Censo de Estados Unidos en abril.
Los investigadores descubrieron que los logros educacionales tienen mayor prioridad que nunca entre las parejas. Los sitios populares de citas en línea como Match.com y eHarmony señalan que los romances ocurren ocasionalmente entre mujeres profesionistas con títulos universitarios y hombres que tienen títulos más bajos o sueldos menores. Pero sigue existiendo un estigma entre los hombres que ganan menos. Algunas mujeres profesionistas dicen que no están dispuestas a “casarse por menos”.
Pero Leah MacIsaac-Ruff, una mujer de 45 años que trabaja 11 horas al día como vicepresidenta tecnológica en una compañía en Wall Street, no lo ve de esta forma. Tiene un título universitario, y también su esposo, Doug, de 43 años, que vive de pasear perros.
MacIsaac-Ruff puede ser la que se gana el pan, pero la opción laboral de su esposo le parece refrescante.
“Si yo me casara con una personalidad de tipo A y nos sentáramos lado a lado en nuestras computadoras por las tardes, yo creo que me moriría”, dijo. “Creo que sería una relación fría, y lo último que quiero es irme a casa con un banquero inversionista”.
A pesar de su disparidad laboral, la pareja comparte el gusto por la ópera y el teatro. Cuando van a eventos corporativos, a ella no le avergüenza que la gente le pregunte sobre la profesión de su esposo, sino todo lo contrario, a las personas les intriga que su profesión de pasear perros.
“No me importa para nada que ella gane más dinero que yo”, dijo su esposo una mañana, mientras se preparaba para pasear a 15 perros. “No podría estar más orgulloso de lo que ella ha hecho en el mundo de los negocios”.
Varios expertos en matrimonios y en asuntos familiares señalaron que la recesión ha alterado algunas de las expectativas de género tradicionales.
Durante la recesión se perdieron cerca de 4.7 millones de empleos ocupados por hombres, según las cifras de abril de la Oficina de Estadísticas Laborales. El informe señaló que dos millones de mujeres perdieron su empleo, dejando así a más mujeres a cargo del sustento de sus familias.
Sobre todo entre la generación del milenio, la gente tiende menos a quejarse de las mujeres que ganan más y tienen mayores grados académicos, dijo Nicole Johnson, vocera de la Asociación Nacional de Mujeres Profesionistas. Su organización representa a 150,000 mujeres, la mayoría en puestos ejecutivos.
“En un punto, el estereotipo era que un hombre se sentiría inferior que una mujer que estaba en un punto laboral superior al suyo”, dijo Johnson. “Creo que eso ha cambiado un poco, donde ya no existen esas expectativas de quién debería estar por encima de quién”.
Las mujeres educadas y profesionistas expuestas a hombres que trabajan en puestos con sueldos inferiores tienden a salir con ellos, dijo Amadu Jacky Kaba, profesor de sociología en la Universidad Seton Hall en Nueva Jersey. “Cuando ven a la persona que recoge la basura o a otras personas con empleos de niveles más bajos, confían en ellos”, dijo Kaba.
Robin Coates, de 45 años, residente de Alabama, comenzó una relación con su novio, Sam, de 39, quien se dedica a la instalación de pisos. Descubrió que la relación era compleja. Coates trabaja como directora creativa y es licenciada. Ella también gana más que su novio, quien abandonó sus estudios empezando la preparatoria.
“Hace muchos años dijo que no era el hombre para mí, que yo debía salir con alguien de traje y corbata”, dijo. Coates dice que han salido por ocho años y planean casarse pronto.
Salir con un hombre que gana menos dinero o tiene menos grados educativos puede ser difícil, dijo Whitney Casey, experta en citas en Match.com, el sitio de citas en línea para solteros. Dijo que las diferencias pueden funcionar si las dos partes tienen objetivos y valores similares.
“También hay beneficios”, dijo. “Puede abrir su mundo y convertirlos en una persona mejor formada”.
NOTA DEL EDITOR: En una versión anterior de esta historia incluye ejemplos que han sido eliminados debido a que contenían errores.