Pie Grande, Yetti y el <i>Chupacabras</i>, entre la fantasía y la realidad

¡Cuidado! Mide 3 metros de alto y es peludo. Pie Grande, también conocido como Sasquatch, es un monstruo simiesco cuya existencia nunca se ha comprobado.
Sin embargo, los reportes de avistamientos nunca se detienen: Tim Peeler, del condado de Cleveland, en Carolina del Norte, dice que vio al gigante y peludo humanoide con seis dedos perseguir a sus perros el 5 de junio. El jueves, una huella grande en lodo en el condado Burke, Carolina del Norte, incrementó la especulación sobre Pie Grande en Estados Unidos.
A lo largo de la historia de las sociedades humanas, variaciones de historias de una criatura mítica como la de Pie Grande han persistido. Puede haber una necesidad básica cultural para estos cuentos fantásticos, dice Tood Disotell, profesor de antropología de la Universidad de Nueva York.
Los monstruos representan aspectos oscuros de nuestros mundos subconscientes y pueden ser metáforas de los retos de la vida, dice Karen Sharf, una psicoterapeuta de Nueva York.
“Algunos monstruos dan miedo. Otros son amistosos. Algunas veces en películas o en mitos, nos volvemos amigos del monstruo, y es justo como nuestro mundo interior: hay monstruos, hay aspectos oscuros que tenemos que enfrentar”, dijo.
“Los humanos también tienen una fascinación con la división entre su especie y los animales, y Pie Grande crea un puente en ese espacio”, dice Jon Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin en Madison.
“Creer en estas criaturas y seguir sus rastros en el bosque es algo similar a una atracción en un parque de diversiones: son formas seguras de experimentar miedo”, dice Jacqueline Woolley, profesora de psicología de la Universidad de Texas en Austin.
Las personas todavía buscan evidencia del Monstruo del lago Ness de Escocia, que se dice fue visto por primera vez por vikingos en el siglo sexto. También se han reportado avistamientos de sirenas –uno en Israel el año pasado- y fantasmas: por ejemplo, todavía hay quienes creen en La Llorona, la mujer que se dice mató a los hijos que tuvo con el explorador Hernán Cortés.
Otras culturas también tienen monstruos populares legendarios que supuestamente han sido vistos pero cuya existencia nunca se ha probado. Al Chupacabras se le ha culpado por la muerte de varias cabras en México. La criatura hematófaga (que se alimenta de sangre) se dice que se parece a una mezcla entre un perro gigante y un lagarto, y que tiene ojos amenazantes. Una criatura parecida a un coyote en Blanco, Texas, creó un frenesí el año pasado pues algunos especularon que era un chupacabras.
Los humanos están siempre interesados en la confusa línea entre fantasía y realidad, dicen los psicólogos. Las personas también se quieren sentir como héroes: historias como la de David contra Goliat le ayudan a las personas a verse capaz de derrotar sus propios retos, incluso si su monstruo es su jefe o su suegra.
Científicos serios han estudiado la evidencia que los cazadores de Pie Grande han obtenido, pero nunca se ha hecho un descubrimiento sorprendente a partir de esas pruebas.
Disotell ha realizado análisis de ADN en más de 15 muestras a lo largo de los años a la sangre, heces, hueso, pelo y otros restos de presuntos monstruos. Las muestras han llegado de varios lugares en Estados Unidos, Canadá, y Nepal, donde se dice que reside el Abominable Hombre de las Nieves o Yeti.
“Se limita la credibilidad sólo con la sensación de que no puede haber una o dos de estas bestias estando ahí por decenas de miles de años; se necesita una población para que sea viable”, dijo.
La “evidencia” que él examinó fue, en realidad, material de osos, coyotes, humanos, cabras monteses y fuentes inorgánicas. Disotell analizó el ADN con el mismo rigor como lo hace con otras muestras en su laboratorio, que rutinariamente hace esos exámenes para ayudar a clasificar a las especies de primates alrededor del mundo.
Otro golpe a la existencia de Pie Grande y otros monstruos es la falta de fotos, particularmente en la era de las cámaras de celular, dice Disotell. Por supuesto, los creyentes tienen sus explicaciones: los avistamientos son impredecibles y fugaces, las bestias son nocturnas, y los testigos con frecuencia están confundidos y asustados, dice la Organización de Investigadores de Campo de Pie Grande.
El trabajo de desmentir la existencia de Pie Grande tiene un trasfondo serio, dice Disotell, en el sentido de que la pregunta de cómo identificar a una nueva especie todavía está abierta para el debate. Los primatólogos todavía debaten sobre qué chimpancés y monos deberían tener sus propias subespecies o estar en la misma categoría.
Pero es poco probable que todo un nuevo y gran mamífero esté por ahí, dice.
En Estados Unidos, ha habido muchos avistamientos y grupos dedicados a encontrar a Pie Grande. La Organización de Investigadores de Campo de Pie Grande tiene un mapa de dónde ha sido vista la criatura en Norte América.
Los hombre-lobos solían ser una fascinación mayor para las personas que buscaban criaturas sobrenaturales en la naturaleza, pero el enfoque cambió en los pasados dos siglos, dice Brian Regal, profesor asistente de la historia de la ciencia en la Universidad Kean en Union, Nueva Jersey.
La teoría de la evolución de Charles Darwin pudo haber puesto a los hombre-lobos en una posición aún más imposible porque son híbridos de dos especies muy diferentes: lobos y humanos, dice Regal. Pie Grande, de otro lado, parece más plausible como un primate teórico y no como una combinación entre el lobo y el humano, dice.
Tan ficticias como pueden ser estas criaturas, sirven a su propósito psicológicamente, dice Sharf.
“Necesitamos estas historias para que nos enseñen sobre los que vamos a enfrentarnos en la vida y cómo hacerlo”, dice Sharf.