Drogar a los niños para calmarlos es riesgoso y podría constituir abuso

"Si los niños se vuelven muy complicados de manejar, dales un poco de medicina para la gripe". Es un chiste común –o consejo- que los padres comparten en la escuela o en páginas de Twitter y Facebook.
Una madre, Jill Smokler, dijo que ella no condena a las madres que medican a los niños: “No es el fin del mundo”.
“Es ciertamente mejor que llevarlo al extremo, pegarle al hijo o tirar puertas o realmente perder el control”, dijo.
Pero dar a los niños medicinas de uso común o con medicinas recetadas puede llevar consecuencias no deseadas, dijo el autor de una investigación publicada el jueves, que relaciona esa práctica con el abuso a menores.
La investigación, publicada en Journal of Pediatrics, encontró un promedio de 160 casos anuales en las que drogas farmacéuticas fueron usadas maliciosamente con menores.
“Creemos que el uso malicioso de fármacos puede ser una forma no reconocida –o un componente- de maltrato infantil”, escribió el pediatra Shan Yin.
Usando información del Sistema de Datos de Envenenamiento de Estados Unidos, Yin halló que los niños comúnmente recibían analgésicos, estimulantes o drogas callejeras, sedantes, hipnóticos, neurolépticos o medicamentos para la tos o la gripe.
Yin halló 1,439 casos desde el año 2000 al 2008. De esos, el 14 % resultó en heridas, y el 18 % de los niños murió. En más de la mitad de los casos había al menos una droga sedante; 17 de las 18 muertes fueron con sedantes. Yin dijo que es probable que la información de envenenamiento subestime el número real de casos.
Las circunstancias alrededor de las 18 muertes no fueron claras, dijo Yin. Él no tuvo acceso a las notas de los casos ni a los hallazgos legales. Cuatro de las muertes fueron reportadas como homicidios, tres resultaron en acciones legales contra la madre, dos fueron señaladas como altamente sospechosas y una incluía cocaína.
Tampoco es claro por qué a los niños se les dio antidepresivos, estimulantes y neurolépticos. Los motivos, dice Yin, pueden variar ampliamente, como padres abrumados con la carga de los niños, y buscan descanso, diversión o castigo.
“Cada vez que das un medicamento por cualquier otro propósito del que está explícitamente recetado, corres el riesgo de perjudicar al niño”, dijo.
Este año, una mujer de Massachusetts fue sentenciada a cadena perpetua después de haber sido hallada culpable por la muerte de su hija de 4 años, cuya sangre tenía un nivel letal de una droga para la hipertensión usada para sedar a niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Su esposo, que fue juzgado por separado, fue condenado por asesinato en primer grado, según NECN, afiliada de CNN. Los fiscales argumentaron que el padre había dado pastillas a la menor para silenciarla, o le ordenó a su esposa hacerlo.
En un caso de 2005, el propietario de una guardería de Montana fue condenado por la muerte de un bebé de un año, después de darle una dosis fatal de medicina para la tos, para dormirlo.
En casos extremos como esos, la ley determina si las acciones de los padres o de quien los cuida es criminal, dijo el doctor Lawrence Diller, que es pediatra especialista en conducta y desarrollo en Walnut Creek, California.
Pero en circunstancias más comunes, del día a día, los límites éticos son difusos.
“Hay situaciones ambiguas donde la línea está entre ayudar al niño legítimamente –la gran mayoría de casos- y las situaciones en que sedar al niño es una forma de abuso”, dijo Diller.
Los padres pueden dar un poco de medicamento para relajarlos y piensan que no los están afectando. Esto pasa en las familias en las que se sienten “abrumados o desesperados”, dijo.
Cada caso tiene elementos y motivos diferentes, así que es difícil generalizar si medicar deliberadamente a un niño es abuso, dijo James Hmurovich, presidente y director ejecutivo de Prevent Child Abuse America.
“Si es por una razón médica, eso es una cosa”, dijo Hmurovich. “Si porque las madres están al borde del colapso y el estrés se acumula y están cansadas, ahí no hay un buen uso de los medicamentos comunes".
Algunos padres usan drogas para calmar a sus hijos en los aviones.
Smokler le dio a su hija, que tenía un año y medio, un poco de Benadryl, esperando que durmiera durante el vuelo de dos horas. Le salió el tiro por la culata.
Benadryl, un antihistamínico usado para aliviar ojos irritados, estornudos y secreción nasal, tuvo un efecto vigorizador en su hija. La bebé corrió por los pasillos, habló tan fuerte como pudo, y saltó de arriba a abajo en su silla.
“Fue el peor de los casos”, dijo Smokler, de Baltimore, Maryland. “Esto es lo que me pasa por tratar de dopar a mi hija”.
Nunca lo volvió a intentar.
Smokler ha discutido sobre usar Benadryl en niños con sus amigos y dijo que podía ser visto como una forma de conseguir “tiempo para uno” de relajación, para leer un libro o para tener una cena silenciosa.
“Es un acto egoísta hacer eso”, dijo Smokler, que tiene un blog en Scary Mommy, en donde le da una mirada franca a la maternidad. “A veces lo necesitas. Es mejor que gritarle al niño cuando ya no aguantas más. Necesitas un descanso; es un mecanismo de supervivencia”.
Cynthia Dermody, editora de salud de un blog de madres, The Stir, dijo que en el mundo real y normal de la paternidad, los padres y madres bromean entre ellos sobre darle Benadryl a los hijos, pero normalmente no lo hacen.
“Admito que también lo contemplé, cuando mis hijos eran más chicos y no dormían bien… Nunca le daría a mis hijos un medicamento para un uso no médico, pero como una madre cansada y estresada, sí entiendo que eso se contemple”.
A veces los padres necesitan un descanso o quieren que sus hijos duerman un poco más, o que de hecho duerman un poco, concluyó.