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La nostalgia al estar lejos de casa es normal y hay que lidiar con ella

¿Planeas independizarte? ¿Tus hijos se van a estudiar a otra ciudad? Los especialistas sugieren cómo tener una separación exitosa
mié 25 agosto 2010 04:59 PM
nostalgia
homesick nostalgia

Cambiar de ciudad para estudiar la preparatoria, la universidad, o un posgrado; pasar un semestre en el extranjero; casarse; aceptar una oferta de trabajo en otra ciudad; ir a buscar empleo a otro país o simplemente independizarse, son eventos que pueden hacerle ilusión a cualquiera, pero también provocar un sentimiento de sólo poder pensar en lo que dejamos atrás.

Este mes, cuando miles de estudiantes van a sus universidades a empezar otro año académico, muchos están dejando sus casas, y algunos lo hacen por primera vez.

Mientras que las rutinas son reemplazadas por nuevas actividades académicas y sociales y un hogar lleno de extraños, la nostalgia o morriña –extrañar a la familia, amigos o los platillos de la abuela- aparece.

La nostalgia de casa no es nada nuevo. Es mencionada en Éxodo, el libro del Antiguo Testamento y en la Odisea de Homero; le pasa a prácticamente todo el mundo que se va de su hogar, a los atletas y artistas también.

Pero sólo desde hace poco se ha tenido una conciencia sobre lo que es ese sentimiento –un desorden con síntomas identificables- y qué lo causa.

En un artículo escrito por Chris Thurber y Edward Walton publicado en Pediatrics -la revista de la Academia Estadounidense de Pediatría- la nostalgia es definida como “la angustia y el deterioro emocional causado por una separación anticipada o actual de la casa y de objetos y sujetos de apego, como los padres”.

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Los que sufren de esta condición sienten ansiedad, tristeza, nerviosismo, y más claramente, preocupación obsesiva por el recuerdo del hogar, dijo Thruber.

También puede afectarnos la sensación de que nuestros seres queridos siguen adelante sin nosotros: los amigos se casan y tienen hijos, sin que nosotros estemos ahí.

Pero no necesariamente tiene que ser nostalgia de la casa. Y tampoco necesariamente es una enfermedad, dicen los expertos.

El sentimiento tiene su origen en la necesidad de amor, la protección y la seguridad, sentimientos asociados al hogar, dijo Josh Klapow, un psicólogo clínico y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Alabama. Cuando estas cualidades no están presentes en el nuevo ambiente, empezamos a extrañarlas, y por ende extrañamos la casa materna.

Es un sentimiento que llega en oleadas, dice Klapow: “Muy pocas emociones se quedan todo el tiempo, sólo van y vienen”, dijo. Pero cuando la nostalgia ataca, tanto niños como adultos están desprevenidos, agregó.

Según Thurber, los síntomas son iguales en todas las edades y entre hombres y mujeres. Pero la edad sí puede jugar un papel a la hora de enfrentar la nostalgia.

A los 8 años, los niños no tienen pensamientos operacionales formados ni pensamiento hipotético, dice Thurber, así que estar lejos de la casa por un mes parece como toda una eternidad. Pero es más probable que un joven de 18 años pueda trasladar eso a un espacio de tiempo manejable.

“Haces comparaciones en tu mente: eso significa que si uno lava la ropa una vez a la semana, lo hará cuatro veces. Eso cambia y mientras el concepto del tiempo se vuelve más sofisticado, también lo hace la calidad de la forma en que lo enfrenta la gente”, dice el investigador.

Y la experiencia también sirve. La experiencia de sentir nostalgia es lo único, agrega, que puede prepararlo a uno contra otra experiencia así.

La separación ayuda a tomar fuerzas. En vez de hablar cada cinco minutos por todos los medios tecnológicos, dice Klpapow, los padres deberían establecer un momento definido, una vez a la semana, para hablar con sus hijos que se han ido a estudiar. Así ellos harán relaciones por su cuenta y ganarán independencia.

¿Se puede prevenir la nostalgia?

“No del todo”, dice Thurber, a pesar del título de su estudio: Prevenir y tratar la nostalgia de casa.

“Pero lo que se puede hacer es cambiar su intensidad”, afirma. Hay que practicar estando fuera de casa, recomienda Thurber, y familiarizándose con el nuevo ambiente para reducir la ansiedad y el impacto.

Nos da nostalgia de casa “porque hay cosas que amamos”, dice Thurber. “Es el bio-producto de la fuerza de nuestro apego. Si no hubiera nada en el mundo a lo que estuviéramos apegados, entonces no nos haría falta nada cuando nos vamos”.

Los consejos que Thurber da a los padres de chicos que se van de casa son:

  • Evitar expresar ansiedad. En vez de decirle al hijo cuánto lo extrañan, expresen optimismo por la nueva experiencia.
  • Escriban en lugar de llamar. El contacto telefónico saca a flote los sentimientos de tristeza, pero escribir hace reflexionar.
  • Encontrar un amigo. Motiven a sus hijos a que encuentren amigos. Ayuda a la transición.
  • No cedan. Ir por su hijo porque está nostálgico sólo le impedirá familiarizarse con el nuevo lugar.

Para quienes sienten nostalgia:

  • Mantente ocupado. Participar en actividades de la universidad ayuda a olvidarse de los sentimientos de nostalgia y a hacer nuevos amigos.
  • Establece una rutina personal.
  • Haz algo que te haga sentir cerca de casa, como escribir una carta o ver una foto familiar.
  • Habla con alguien. Busca a personas que entiendan por lo que estás pasando o estén sintiendo lo mismo. Es un apoyo.
  • El tiempo vuela. Piensa que el tiempo en realidad es corto, y así se pasará más rápido.

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