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Bella, encantadora, talentosa... ¿por qué todavía soy soltera?

Una escritora soltera cuestiona las voces que afirman que las mujeres solteras "intimidan" y "ahuyentan" a los hombres
sáb 28 agosto 2010 10:02 AM
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soltera mujer

Nota: Karin Anderson es profesora de psicología y consejera educativa de la Universidad de Concordia en Chicago. También es la autora de 'It Just Hasn't Happened Yet' (Simplemente no ha pasado todavía).

"¡Eres una chica tan bella! ¡No puedo entender por qué todavía eres soltera !"

"No entiendo lo que los hombres no ven en ti. ¡Eres todo un buen partido!"

"¿Cómo es que una mujer tan atractiva y brillante como tú no está casada?"

Me lo dicen todo el tiempo, esas aparentes preguntas inocentes, miradas perplejas de lástima y piropos que en realidad no lo son. Tan bella, tan encantadora, tan talentosa, ¿por qué todavía soy soltera ? Uno de los grandes misterios de la vida...

Y claro, las observaciones parecen benignas. En primera instancia, serían consideradas halagos.

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Una mirada más detallada, sin embargo, revela el mensaje secundario que está bajo la superficie: "Bueno, ciertamente pareces fabulosa, pero estás en tus cuarenta y eres soltera. ¿Por qué? Tal vez albergas una neurosis repelente a los hombres o eres tan obsesiva que los asustas a todos. ¡Algo debe estar pasando o de lo contrario estarías casada como cualquier mujer de 40 años!".

Con frecuencia la gente lo piensa, aunque no lo diga. Y bueno... en ocasiones sí lo dicen.

"Pues, eres muy exigente y quisquillosa".

"Probablemente intimidas a muchos hombres. Tal vez podrías bajarle el nivel a tus exigencias".

"Tienes que hacer un esfuerzo más grande. ¡Pero no los acoses! ¡Los hombres perciben la desesperación!"

Yo me encojo en hombros y me río de todo. ¿En serio? ¿En verdad estamos teniendo esta conversación? ¡Es el nuevo milenio! ¿Acaso las mujeres no quemaron sus sostenes en los años 60 para que pudiéramos superar ese pensamiento arcaico?

Pero bueno... lo admito. De vez en cuando los comentarios logran afectarme. Tal vez están en lo cierto. Es cierto que no he tenido una relación decente en años. Puedo estar haciendo las cosas mal sin siquiera darme cuenta...

Así que miro a mi alrededor, investigo un poco. Es momento de llegar al fondo de esto.

Lo que encuentro es bastante alarmante. Abundancia de mensajes de diversas fuentes proclaman que sí, estoy haciéndolo todo mal. Las películas de chicas describen a mujeres extrañas, heridas de amor que, después de metáforas pigmalionescas, emergen "arregladas" y finalmente aptas para el matrimonio.

Las revistas de mujeres advierten sobre las cosas prohibidas en las citas y las metidas de pata, mientras que los estantes en las secciones de autoayuda de las librerías están llenos de títulos como 'No puedes retener a un hombre: deja de sabotear tus relaciones', 'Diez cosas estúpidas que haces para espantar al príncipe azul', '¿Por qué los hombres aman a las cabronas?'.

Me hallo a mí misma empezando a derrumbarme. ¿A quién engaño? No puedo refutar este arsenal de información sobre por qué no salgo a citas. Supongo que están en lo correcto. ¡Es mi culpa ser soltera! Soy muy necesitada, muy independiente , muy loca, o muy solitaria. Muy sentimental, muy cerebral, muy pasiva o muy dominante. Muy algo.

Genial, ¿y ahora qué? Todo lo que tengo que hacer es identificar y corregir el defecto de personalidad (o los dos o tres) que repele a los buenos hombres, y entonces yo también encontraré al indicado, ¡así como todas mis amigas casadas!

Ahí es precisamente donde se desbarata toda la lógica.

Piénsenlo: Si las mujeres solteras poseen imperfecciones y excentricidades que nos previenen de hombres inconvenientes, entonces esos detalles de personalidad aparecerían de forma mucho menos frecuente en la población de mujeres casadas, ¿cierto? Seguro, cómo no.

Pregúntale a cualquier esposo, él te dirá. Las esposas muestran un amplio espectro de manías e idiosincrasias, así como el resto de nosotras.

Por lo demás, muchas de las felizmente casadas exhiben versiones extremas de las mismas características que supuestamente impiden mi éxito. Si mi naturaleza neurótica repele completamente a los hombres, ¿por qué mi vecina adicta al xanax tiene un marido, tres hijos y un garaje lleno de gel antibacterial para aliviar su desorden obsesivo compulsivo?

Si soy tan terriblemente controladora, ¿por qué mi hermana mandona y dominante llevó a su hombre ante un cura antes de cumplir 24 años?

Las teorías que afirman que los defectos explican nuestro estatus de solteras se resumen a meras conjeturas, en el mejor de los casos, y a absurdos en el peor.

En serio.

Sé que es lo que más desean: una fórmula o un algoritmo para cambiar lo que sea que impide el éxito de tu relación. Si todas estamos estropeadas, ¿por qué algunas de nosotras logran encontrar al indicado? ¿Cuál es su secreto?

Bueno, yo se los puedo decir. Me alegra darles a conocer esta información ultra secreta. ¿Están preparadas? Prepárense: ELLAS TUVIERON SUERTE. Y nosotras la tendremos algún día, simplemente es que no ha pasado aún.

Así es: no ha pasado aún. Las mujeres solteras no están mal de la cabeza (bueno, al menos no más que el resto del mundo), no necesitamos inscribirnos en seminarios de auto superación o pasar por ocho años de psicoanálisis. No hay nada más que debamos o podamos hacer y nada que tengamos que cambiar. Simplemente no ha pasado aún.

La próxima vez que alguien nos diga:

-       "¡Eres una chica tan bella! ¡No puedo entender por qué todavía eres soltera!"

-       "Simplemente no ha pasado aún"

-       "No entiendo lo que los hombres no ven en ti. ¡Eres todo un partido!"

-       "Simplemente no ha pasado aún"

-       "¿Cómo es que una mujer tan atractiva y brillante como tú no está casada?"

-       Todas juntas: "¡Simplemente no ha pasado aún!"

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