Cómo educar a los hijos sobre respeto sexual en la era de la vulgaridad
Hoy en día, todo lo que tienes que hacer es prender la televisión o abrir una revista de chismes para ver el futuro de nuestra juventud, y permíteme decirte que no es agradable.
En la era de programas como Girls Gone Wild (Chicas poniéndose salvajes) y estrellas vulgares como Tila Tequila , ¿en dónde va a encontrar una mujer joven algún modelo positivo a seguir? Y ¿cómo van a respetar los hombres jóvenes a la sexualidad femenina si las mismas chicas parecen estar echando todas sus precauciones sexuales por la ventana ?
Desde el envío de mensajes de texto con contenido sexual (sexting), hasta la corriente dominante de la pornografía amateur, surge una nueva cultura de cortejo de mal gusto, uno en el que las mujeres no sólo participan , sino que llevan la batuta.
En uno de mis libros favoritos que hablan del tema, Female Chauvinist Pigs: Women and the Rise of Raunch Culture, (Chovinistas femeninas; el surgimiento de la cultura de la obscenidad) el periodista Ariel Levy alega que nuestro modelo cultural de la sexualidad femenina fomenta que las mujeres actúen para los hombres (como en clubs de strippers y la pornografía).
Jennifer Egan, en su crítica al libro publicada en el New York Times, dice que “las mujeres adoptaron a esta tendencia alterando cosmética y quirúrgicamente sus cuerpos , y algo más severo es que confunden el poder sexual con el poder real, por lo que aceptar esta forma caricaturesca de la sexualidad se vuelve, en su cabeza, una clase perversa de feminismo.
Pero, como dice Levy, cachondo y ‘libre’ no son sinónimos. Vale la pena preguntarnos si este mundo de bubis subido de tono que hemos hecho renacer refleja lo lejos que hemos llegado o lo mucho que nos falta por recorrer”.
La cosificación sexual de las mujeres no es nada nuevo. Incluso Cleopatra, una de las líderes más inteligentes y poderosas que el mundo ha conocido, es recordada en la historia por sus habilidades de seducción.
Pero hoy en día, los hombres no son los únicos que deshumanizan y perciben a las mujeres como objetos. De hecho, las mujeres se cosifican a ellas mismas, y con frecuencia lo hacen a otras mujeres también. Se ven a través de los ojos de los hombres, ya sea que se estén viendo en un espejo o en la pista de baile. La mirada masculina está por doquier.
Si no hubiera hombres mirando, no habría mujeres publicando imágenes de ellas semidesnudas en la web. Si no hubiera hombres mirando, no habría ninguna razón para que las mujeres ‘se volvieran salvajes’ en primer lugar.
A nivel superficial, tengo una ventaja como padre, pues mi esposa y yo tenemos dos hijos. “Los niños siempre serán niños”, dice el dicho popular. Solemos esperar, y con frecuencia justificar, su mal comportamiento. Eso significa que depende de las mujeres tener la seguridad y la autoestima de crear y proteger las barreras de su sexualidad.
Aunque sé que es importante enseñar a las niñas cómo proteger su propia sexualidad, también creo que debemos concentrarnos en los hombres, sin dejar que olviden su responsabilidad. Si las niñas están bajo la mirada masculina (en una situación real o en su interior), entonces necesitamos cambiar esa mirada . Los hombres necesitan aprender a ver a las mujeres de forma diferente. ¿Cómo?
- Comienza con tu propia relación. Casi desde el nacimiento, los niños imitan lo que ven en casa. Si tú y tu pareja no se tratan con respeto, podrás esperar lo mismo de tu hijo.
- Habla de sexo. La información está ahí, en los libros, en internet. No evites ‘la charla’; comiénzala. Es particularmente importante que el papá, otro modelo masculino a seguir, ayude a crear un sentido de respeto hacia las mujeres. Los padres no pueden adoptar un enfoque de ‘no hablar de nada malo’ en torno a la educación sexual.
- Ayuda a tus hijos a decodificar los medios. Muéstrales imágenes que cosifiquen a las mujeres y explícales por qué no reflejan con precisión la sexualidad femenina. No olvides hacer notar los modelos femeninos positivos, porque sí existen.
- Mantente al tanto de su mundo. Habla con los maestros de tus hijos y con otros padres para darte una idea de lo que pasa en su salón de clases. Deja que tu hijo se equivoque, porque tú cometiste tus errores. No puedes cerrarles la puerta al mundo, pero sí puedes ayudar a tus hijos a vivir en él.
Recuerda que no puedes evitar que un niño vea el mundo que le rodea, pero puedes cambiar la forma en la que lo ve. Lo que necesita ver es a todas las mujeres fuertes que conocen la diferencia entre la realidad y los reality shows.