Reos estadounidenses amansan sus propios instintos domando mustangs
Justo como los hombres que los entrenan, estos caballos solían ser libres. Estos mustangs podían vagar a lo largo de los campos del viejo oeste estadounidense, y los hombres eran libres de ir y venir a su antojo. Ahora, ambos están cautivos en el Centro Correccional del Norte de Nevada.
Si no fuera por el uniforme azul de la prisión, se podría confundir a estos hombres con cualquier ranchero. La correccional tiene un programa en el cual internos como James Redmon son empleados para domar a potros salvajes que han sido reunidos por el Buró de Administración de Tierras (BLM, por sus siglas en inglés).
“Esto es lo último que me imaginé haciendo cuando vine a prisión”, dice Redmon. Pero un programa como este en Nevada no es una sorpresa, ya que el estado es hogar de más caballos salvajes que cualquier otro en Estados Unidos.
En el oeste estadounidense, el BLM tiene la obligación de cuidar y administrar casi 40,000 burros y caballos salvajes que merodean por un territorio de 10.5 millones de hectáreas. El BLM insiste en que ha reducido el número de las manadas porque la tierra no puede mantener al inmenso número de caballos.
Este año, la meta es retirar a 12,000 mustangs salvajes del área. La mayoría de los animales serán adoptados en instalaciones del BLM; el resto irá a instalaciones de mantenimiento de largo plazo.
Alrededor de 80 caballos recientemente atrapados serán entrenados por los internos de la prisión. Aunque la práctica de captura es polémica, muchos activistas a favor de los caballos salvajes apoyan el programa de la correccional.
“Creo que es una gran idea, estoy realmente feliz de que lo estén haciendo”, dijo la cantante country y presidenta de la Fundación Let 'em Run (Déjenlos correr), Lacy J. Dalton.
Hablar con el guardia Jack Palmer no deja duda de que los internos seguirán con el trabajo de domar a estos mustangs salvajes porque este programa no sólo controla a los caballos.
“En mi opinión, es uno de los mejores programas que tiene el Departamento de Prisiones , dijo Palmer. “Enseña a estos hombres ética de trabajo. Muchos llegan a la prisión, y simplemente no tienen una ética de trabajo”.
El reo Thomas Smittle, preso por malversación, está de acuerdo con eso. “Este programa me forzó a verme a mí mismo; realmente tuve que crecer para ser capaz de tener éxito en él”.
Domar a un caballo no es fácil. Toma a los internos cerca de cuatro meses de entrenamiento diario, no sólo para montarlo sino para que responda a órdenes.
“La parte más difícil es el primer contacto ... Hacer que ese caballo venga a ti y se pare a tu lado y deje que lo acaricies”, dice el gerente del programa, Hank Curry.
“Estoy orgulloso de ambos, de los hombres y de los caballos”, dijo Curry.
Redmon no niega que el programa lo ha cambiado.
“ No tenía nada de paciencia cuando llegué aquí. Tenía un temperamento tan duro, que fue que lo que me puso en prisión en primer lugar”, dice Redmon, quien debe cumplir una sentencia de un año por asalto con un arma letal .
Redmon dice que los caballos le están haciendo “mucho bien”. Mientras entrena a su segundo mustang salvaje, sigue trabajando en su paciencia.
Quizá una estrofa de Dalton pueda explicar por qué estos programas son tan exitosos: “Allá afuera, escuchas todo el tiempo que un vaquero dice: 'El exterior de un caballo es bueno para el interior de un hombre'”.