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El amor puede cambiar nuestras vidas, pero no siempre como esperamos

El romance de las relaciones puede convertirse en un agente de cambio, pero debemos estar dispuestos a arriesgarnos y sacrificarnos
dom 13 febrero 2011 07:37 PM
Salir de la rutina
pareja Salir de la rutina

La doctora Ethel Person, célebre psicoanalista y profesora de la Universidad de Columbia, es una mujer de cabello castaño con ojos cálidos y un aire de absoluta confianza. Si el amor es un campo de batalla, ella es una general de cinco estrellas, afirma el sitio Oprah.com.

Su misión es ayudar a la gente a comprender cómo el amor puede cambiar nuestras vidas, aunque no necesariamente en la forma que esperamos.

“Creo que el amor romántico es uno de los grandes agentes de cambio ”, dice Person en la entrevista hecha por Oprah.com desde su sala con vista a Central Park.

Ethel Person también explica que no está de acuerdo en que consideremos como tiempo perdido a las relaciones que no funcionaron. “La gente no debería juzgar un amor fracasado como experiencias fracasadas, sino como parte del proceso de crecimiento. No tiene que terminar bien para que pueda ser considerado una de las experiencias de vida más valiosas ”.

Pero intentemos decirle eso a la Cenicienta. La mayoría de la gente aún se aferra a la idea de que el amor debe tener un final feliz .

Cuando una relación se acaba, las personas sienten que se les despojó de su futuro. Si nunca se han enamorado, se aterrorizan al pensar que tal vez nunca podrán hacerlo.

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La gente puede amar más de una vez”, asegura Person a Oprah.com. “Y el amor ocurre a gente de todas las edades, porque la vida interna de una persona cambia, así como las oportunidades que se nos presentan. No considero que el amor sea algo que debas encontrar antes de cumplir 30 años para tacharlo de la lista”.

Cuando eres terapeuta, dice, la gente llega contigo angustiada por algún amor que se volvió amargo o para hablar de un matrimonio que salió mal. Algunas personas temen nunca ser capaces de permitirse amar a alguien.

La razón suele estar oculta en la infancia, en algún temor de querer algo o de alguna desaprobación parental. No es que el padre no quiera al niño, sino que ese padre no ve la belleza potencial de su alma y no puede darle cierto apoyo de algún tipo”.

También influye en las relaciones el sentimiento de identidad e independencia. ¿Podemos experimentar la fusión con otra persona y aún así disfrutar de la esencia del romance?

“De hecho, todo el amor tiene una dinámica interna entre la unión y el estar solo; entre la independencia y la separación. Creo que eso se necesita para que un amor florezca, y debe haber intereses independientes que puedan compartirse, así como intereses en común.

“Una persona lo describió bien al hablar de sus padres. Dijo que estaban mirando en la misma dirección, en vez de mirar siempre en los ojos del otro. La pasión física intensa crece y se desgasta. Una vez que la tuviste, siempre puede regresar, pero lo que te mantiene a flote es tener algunos intereses que puedan compartir y hacer juntos”.

Person acepta que dentro de la dinámica de las relaciones están también las discusiones, “pero hay que elegir las batallas” . Además confesó que ella misma es absolutamente capaz de pelear a muerte sobre el color de la pintura de un baño.

“En cualquier relación buena hay explosiones de ira y desacuerdos (...) pero eso se vuelve parte del trayecto. Tenemos la capacidad de reparar relaciones. Es como tener un rasguño que sana”.

En otras palabras, nuestro capital psicológico crea mecanismos de cura de la misma forma en la que funciona nuestro cuerpo. " Debes estar suficientemente convencido en la fuerza de la unión como para ponerte en riesgo . Debes ser capaz de resultar afectado”.

Ese es el tipo de riesgo que aprueba Ethel Person:

“La gente es muy distinta en su capacidad de superación. Necesitan saber en el fondo de su cabeza que si no funciona no será el fin del mundo. Las personas por las que siento lástima son quienes nunca han tomado el riesgo; no por las que que han tomado el riesgo y perdido dos veces seguidas”, concluye.

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