Derramar la sal, superstición más arraigada en México sobre la mala suerte
Derramar la sal, romper un espejo y pasar debajo de una escalera son las supersticiones más populares y las que más atemorizan a los mexicanos, de acuerdo con una encuesta publicada por la empresa Consulta Mitofsky.
El 38% de los mexicanos cree en suerte (buena y mala), así como en que ésta puede ser causada; mientras que la mayoría de los entrevistados, el 60%, dice que no cree que ciertos eventos puedan traer consecuencias misteriosas, según el informe.
Las dos causas más populares de buena y mala suerte entre los mexicanos son la creencia en Dios (el 6.5%) y derramar sal (el 7.4%).
Los mexicanos se atribuyen la buena suerte a dogmas religiosos como la creencia en Dios, que se ubicó en el primer lugar de la lista de causantes positivos.
Los mexicanos también usan amuletos para atraer la buena fortuna: patas de conejo, tréboles de cuatro hojas, medallas, imágenes religiosas, herraduras, entre otras.
La mentalidad positiva, buenas actitudes y ser trabajador se ubican entre las cinco principales causas de la buena suerte. En contraste, el 0.6% de los encuestados dijo atribuirle la mala suerte al trabajo y otro el 0.6% al mal humor.
En cuestión de actos, los mexicanos creen que atravesarse con un gato negro (el 7%), romper un espejo (el 6%) y pasar debajo de una escalera (el 5.2) y ser negativos (el 2.1%) son causantes de mala suerte.
Además, el 2.3% de los encuestados cree que las envidias son de mala suerte, pero no se precisó en el estudio si se refieren a para quien la siente o para el causante de la envidia. Otros supuestos eventos y cosas negativas son alejarse de Dios, las lechuzas, y el culto a la Santa Muerte .
La encuesta, aplicada a 1,000 mexicanos, muestra que la creencia en supersticiones es mayor en mujeres (el 43%) que en hombres (el 33%) y que en la región Norte del país cuenta con los habitantes más supersticiosos, seguidos por el Bajío y al final de la lista se encuentra el Centro del país.
Los adultos de entre 30 y 49 años son los que más creen en supersticiones, seguidos por los jóvenes de 18 a 29 años y los que menos creen en estas eventos son los adultos mayores de 50 años, informó Consulta Mitofsky.