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Las mujeres se sienten más culpables cuando suena su Blackberry

Una encuesta descubrió que las mujeres sienten mayor angustia que los hombres cuando son contactadas en casa por cuestiones laborales
mar 22 marzo 2011 12:38 PM
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Son las 18:05 horas y estás a punto de apagar la computadora cuando recibes un correo electrónico de tu jefe. Como cuidas tu calidad de vida, decides no quedarte a responderlo y revisarlo camino a casa.

Tu jefe necesita el informe de ventas de 2010, que preparaste en diciembre pasado. Afortunadamente tienes una copia en tu correo -tu jefe se rehusa a buscar los mensajes que le envías, y hace que tú los busques y se los reenvíes-, así que llegas a casa, prendes la computadora, encuentras el informe y lo reenvías. Para entonces, una compañera te mandó un correo para confirmar que tú irás a la junta de mañana, y no ella.

Le respondes y recuerdas que te faltó hacer un ajuste a la presentación, así que en lugar de esperar hasta mañana, la abres, la corriges y te la reenvías,.

Para cuando te das cuenta, son las 20:00 horas,  momento de poner orden en la casa , y te das cuenta que desde las 6:00 has estado dedicada a asuntos del trabajo. Entre tanto, te aseguraste de que tu hijo terminara la tarea, escuchaste sus aventuras escolares, limpiaste la cocina, le preparaste la cena y aún así sientes que realmente no estuviste con él.

Un nuevo estudio sugiere que, pese a estar bajo la misma cantidad de presión laboral, las mujeres sienten 40% más angustia que los hombres cuando la vida familiar es frecuentemente interrumpida por asuntos del trabajo a través de distintos dispositivos electrónicos, informó Health.com.

De hecho, cuando son contactadas en casa por asuntos laborales, las mujeres se sienten culpables acerca de ello en una frecuencia dos veces superior a la de los hombres, incluso si las comunicaciones no interfieren realmente con la vida familiar.

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La encuesta, que incluyó a más de 1,000 trabajadores en Estados Unidos fue publicada este mes en el Journal of Health and Social Behavior.

Los investigadores se sorprendieron por las maneras diferentes en que   hombres y mujeres respondieron emocionalmente  a este tipo de mensajes, incluso aunque eran igualmente expertos en manejar el hogar y el trabajo , dijo el autor principal Paul Glavin, de Universidad de Toronto.

Una hipótesis empleada por los investigadores para explicar la causa de esta culpabilidad, que genera en angustia, es que mientras los roles laborales de la mujer han cambiado dramáticamente , muchas aún mantienen –tal vez inconscientemente– la visión de que la prioridad de la mujer es estar en casa con sus hijos, dijo Glavin a Health.

“Falta todavía algún trecho para que podamos ver una equidad en las expectativas acerca del trabajo y la familia”.

Leslie Connor, psicóloga asentada en Wilmington, Delaware, concuerda.

“Más mujeres de mi generación tuvieron madres que se quedaban en casa ”, dijo Connor, de 54 años, citada por Health. “Tu modelo a seguir pasaba por ti a la parada del autobús y tenía la comida puesta en la mesa. Eso se agrega a la culpabilidad si piensas que no estás haciendo por tus hijos lo que tu madre hizo por ti”.

Connor recomienda que los hombres y las mujeres fijen límites acerca del trabajo y el hogar, como revisar el correo electrónico no más de una vez en una hora.

Además, las mujeres necesitan ser realistas acerca del balance entre trabajo y hogar, porque la culpabilidad a menudo viene con expectativas poco realistas, como creer que tienes que hacer más cuando ya estás haciendo lo suficiente.

“Lo que puedes hacer es participar tanto como puedas cuando estás en casa”, dice Connor. “Siéntate en el piso y haz un rompecabezas con tu hijo”.

Además recomienda dejar la BlackBerry en otro cuarto para limitar las interrupciones. “Está ligado al bienestar”, dice. “Estos sentimientos negativos afectan la salud mental, y el estrés tiene implicaciones para la salud física ”.

La encuesta incluyó a 1,042 trabajadores estadounidenses, que en su mayoría eran personas blancas casadas con hijos y con un promedio de 40 años de edad. 

A cada participante se le pedía describir su trabajo y vida familiar: con cuánta frecuencia les contactaban fuera de horario laboral por causas del trabajo; si el contacto causaba conflictos con sus responsabilidades familiares, y cuán a menudo recibían más trabajo del que podían terminar en una jornada de ocho horas .

Los investigadores también midieron la angustia psicológica al preguntarles con cuánta frecuencia se sentían culpables y si tenían problemas para mantener su mente libre de asuntos laborales.

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