La falta de sueño en las personas estimula el hambre
La falta de sueño puede hacer que te sientas adormilado y torpe , pero eso no es todo: nuevas investigaciones revelan que también puede aumentar tu apetito.
Según un estudio, después de dormir durante sólo cuatro horas, la gente suele ingerir más calorías el día siguiente, en comparación con un día después de haber tenido una buena noche de sueño, publicó Health.com.
Esto fue particularmente cierto en el caso de las mujeres, quienes consumían un promedio de 329 calorías más cuando dormían poco que cuando descansaban bien. Por otro lado, los hombres sólo consumían 263 calorías más.
Dichos hallazgos podrían explicar la relación entre el sueño insuficiente y el sobrepeso , que se ha mostrado en estudios previos, dice la Dra. Marie Pierre St. Onge, investigadora asociada en el Centro de Investigación de Obesidad en la Universidad Columbia. "Este estudio muestra un posible efecto de causa", dijo a Health.
La gente con sobrepeso suele tener problemas de sueño, sobre todo apnea de sueño, un desorden respiratorio que causa despertares frecuentes, pero no queda claro si tienen sobrepeso debido a los problemas de sueño, o si sus problemas de sueño son el resultado de tener sobrepeso, de acuerdo con Health.
El estudio de St. Onge podría ser un paso más para responder la pregunta del huevo o la gallina, pues sólo incluyó a gente con peso normal, eliminando la influencia del sobrepeso u obesidad, dice la Dra. Gina Lundberg, profesora clínica de cardiología en la Facultad de Medicina en la Universidad Emory, en Atlanta.
Aún así, Lundberg advierte que la pequeña muestra del estudio imposibilita llegar a conclusiones firmes. Ella no participó en la investigación.
El estudio, que fue presentado este miércoles en una conferencia de la Asociación Estadounidense del Corazón, en Atlanta, incluyó a 13 voluntarios masculinos y 13 femeninos de entre 30 y 45 años de edad, todas personas de sueño saludable y de peso normal.
Cada uno de los participantes pasó dos periodos de seis días bajo supervisión cercana en un laboratorio de sueño. Durante el primer periodo pudieron dormir hasta 9 horas por noche, y durante el segundo sólo pudieron dormir 4 horas . No podían dejar el laboratorio, ni tampoco tenían permitido tomar siestas.
Durante los primeros cuatro días del estudio todos comieron una dieta fija de cereal y leche en la mañana y bocadillos congelados para la comida y la cena. Después, durante los últimos dos días del estudio, pudieron elegir lo que querían comer.
Todos podían salir a comprar alimentos, y la única restricción era que tenían que comprar comida con contenido nutricional bien señalado para que los investigadores pudieran medirlo apropiadamente.
Además de ingerir más calorías, los voluntarios parecían buscar alimentos altos en grasas y proteínas cuando no podían dormir. "El helado fue un favorito", explicó St. Onge a Health.
Tanto hombres como mujeres comían más alimentos ricos en proteínas cuando dormían poco, pero sólo ellas consumían más grasas. Mientras que los hombres consumían la misma cantidad de grasa sin importar cuánto durmieran; las mujeres consumían, en promedio, 31 gramos más de grasa después de dormir sólo cuatro horas.
Los participantes con sueño reducido simplemente buscaban una fuente de energía rápida para reanimarse, dice St. Onge, pero también podría ser que la falta de sueño limite la habilidad para tomar decisiones alimenticias saludables.
"Tiene un impacto en las restricciones cognitivas", dice. "Los alimentos altos en grasa son tentadores, y quizás la falta de sueño te impide restringirte, mientras que con sueño completo puedes resistirte con mayor facilidad".
Regularmente, comer 300 calorías más al día sumaría 14 kilos en un año, aumentando el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes y otras enfermedades crónicas asociadas al sobrepeso y a la obesidad.
El estudio ofrece "un elemento de información más de que la gente que duerme poco tiene más problemas de peso", agregó Lundberg en entrevista con Health. "Si comprendemos mejor este problema, estaremos mejor capacitados para resolverlo".
El estudio de St. Onge fue presentado en la Conferencia Anual de Nutrición, Actividad Física y Metabolismo de la Asociación Estadounidense del Corazón.