Analgésicos y dolor crónico, ¿una mala combinación en el largo plazo?
Durante dos años, posteriores a una operación de cadera que no resultó tan bien como esperaba, el dolor recorría la pierna de Jim Heckler como descargas eléctricas. Varios médicos, dispuestos a ayudar a que él se sintiera mejor, le prescribieron varios calmantes.
"Me tomaba todo lo que me daban", dice Heckler un empresario de 47 años.
Sus médicos estaban de acuerdo con que su paciente tomara analgésicos a largo plazo, pero él no. Buscó al doctor Vijay Vad, un especialista en medicina deportiva en el Hospital for Special Surgery en Manhattan, donde vive Heckler, con la esperanza de encontrar un enfoque diferente.
Vad sugirió a Heckler que dejara de tomar los analgésicos lo más pronto posible, que perdiera peso, que hiciera ejercicios para la espalda, tomara clases de yoga , montara en bicicleta, se pusiera hielo frecuentemente, que tomara suplementos de aceite de pescado, glucosamina y condroitina.
Heckler bajó de 108 kilogramos a 94 kilogramos, hizo ejercicio, tomo los suplementos y aunque el dolor nunca desapareció, él comenta que ahora es lo bastante tolerable para no tener que tomar los analgésicos.
La experiencia de Heckler plantea una pregunta muy debatida entre los médicos: ¿Los pacientes deben tomar analgésicos en el largo plazo? La respuesta nunca había sido tan importante. De acuerdo a un nuevo informe del Instituto de Medicina de Estados Unidos , 116 millones de adultos estadounidenses tienen dolor crónico, un número mucho mayor que las estimaciones previas.
¿Un Percocet todos los días?
"Esto es realmente polémico", dice el doctor John T. Farrar, neurólogo que se especializa en dolor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania.
Por un lado hay médicos que como Vad hacen todo lo posible por evitar los analgésicos opioides como el Percocet o como el OxyContin. Él estima que solo el 5% de sus pacientes con dolor crónico toman estas píldoras todos los días.
"La mayoría de mis pacientes vienen con una gran cantidad de analgésicos, y yo soy el que hace la limpieza", expone.
Por el otro lado, hay médicos, muchos de ellos especialistas en medicina para el dolor, que creen que los calmantes se pueden utilizar de forma segura durante un periodo largo por pacientes con problemas como el dolor en la espalda baja.
Por ejemplo, dice Farrar, alrededor del 75% de sus pacientes con dolor crónico toman esos medicamentos. Los enfermos, cuyo dolor es tan fuerte que no pudieron ser tratados por otros doctores, algunas veces siguen con el medicamento durante años.
Vad asegura que evita los analgésicos por dos razones principales:
En primer lugar, pueden crear adicción. De acuerdo con el nuevo informe del Instituto de Medicina, en los estudios se muestra que alrededor del 3% de los pacientes con dolor crónico que regularmente toman opioides desarrollan abuso o adicción, y el 12% "un comportamiento aberrante relacionado con el medicamento".
La segunda razón es que los pacientes se vuelven insensibles a los medicamentos, así que necesitan dosis cada vez más grandes para combatir la misma cantidad de dolor. Con el tiempo, comenta, las píldoras fracasan en ocultar verdaderamente el dolor del paciente.
Por el otro lado, Farrar afirma que los narcóticos han funcionado bien para muchos de sus pacientes con dolor, siempre y cuando los utilicen con otros tratamientos, como terapia física y si los pacientes son monitoreados cuidadosamente para cualquier signo de adicción.
"Es evidente que hay pacientes que al ser tratados con calmantes a largo plazo han mejorado sus vidas. Pueden salir a la calle y hacer las cosas que quieren hacer", comenta. "Quitarles los opioides no mejorará sus vidas. Las hará peores".
Encontrando la raíz del dolor
Tomar un analgésico para el dolor sin tratar la causa del mismo es equivalente a tomar una pastilla por un dolor de muelas sin arreglar el diente, dice Joanne Messenger, una quiropráctica en Australia que escribe sobre el alivio al dolor.
"Los calmantes pueden ayudar con el dolor, pero si tienes una caries, eventualmente tendrás que arreglar ese diente", destaca.
El doctor Loren Fishman, un especialista en medicina de rehabilitación en Nueva York dice que ha tenido una gran cantidad de pacientes que acuden a él y han tomado analgésicos durante años sin conocer exactamente lo que está provocando su dolor.
"Sólo saben que les duele la espalda, o que les duele el estómago, pero eso es todo lo que pueden decir", dice.
Cuando él llega a la raíz del dolor y lo trata —o encuentra a otro médico que lo pueda tratar— casi siempre puede alejar a sus pacientes de los narcóticos.
"Puedo contar mis fracasos con una sola mano, y he estado ejerciendo durante 30 años".
Cinco consejos para enfrentar el dolor sin medicamentos
Si elegiste analgésicos para tu dolor crónico, Health Magazine tiene consejos para lidiar con los efectos secundarios, como el estreñimiento, las náuseas y la confusión.
Aquí mostramos otras cinco alternativas para usar en lugar de o al mismo tiempo que los analgésicos.
1. Ejercicio
A pesar de que parece contradictorio hacer ejercicio cuando se tiene dolor, muchos médicos dicen que a largo plazo puede ayudar. La American Academy of Orthopaedic Surgeons ofrece consejos para ejercitar con dolor en la espalda baja y la Arthritis Foundation tiene consejos para ejercitar con artritis.
2. Terapias alternativas
Los Institutos Nacionales de Salud , la American Pain Foundation y el Beth Israel Medical Center en Nueva York tienen sugerencias de terapias alternativas para tratar el dolor.
3. Dormir
Una falta de sueño REM te hace más sensible al dolor, dice Vad.
"Digamos que te cortaste el dedo y dormiste lo suficiente, es posible decir que tu dolor está en 4 en una escala de 1 a 10", dice. "Pero si no dormiste lo suficiente, se puede decir que estás en un 7 con la misma cortada".
La National Sleep Foundation tiene una explicación sobre como el dolor afecta al sueño.
4. Suplementos
En los estudios se indica cómo el aceite de pescado, la vitamina B, la glucosamina y la condroitina pueden ayudar con ciertos tipos de dolor, dice Vad.
5. Calor y frío
Los Institutos Nacionales de Salud sugieren poner hielo durante los primeros días de una lesión en la espalda y después cambiar a calor.