Las mujeres altas son más propensas a desarrollar cáncer
Entre más alta es una mujer, mayor es su riesgo de desarrollar uno de 10 diferentes tipos de cáncer, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista The Lancet.
Los investigadores siguieron a 1.3 millones de mujeres de mediana edad en Reino Unido desde hace varios años, y encontraron que el riesgo de cáncer aumentó aproximadamente 16% por cada 10 centímetros o 4 pulgadas de mayor altura.
Pero queda la pregunta: ¿por qué?
Según Jane Green, epidemióloga clínica de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio, el grupo más alto –mujeres de 1.79 metros o más– era 37% más propenso a desarrollar cáncer que el grupo más bajo – mujeres de 1.52 metros o menos– independientemente de factores como edad, nivel socioeconómico, índice de masa corporal y cantidad de actividad física.
Se registraron 97,376 casos de cáncer reportados entre mujeres, y los aumentos de altura relacionados fueron mayores en los siguientes tipos: colon, melanoma maligno, mama , endometrio, riñón, sistema nervioso central, linfoma no Hodgkin y leucemia .
El estudio no investigó qué cuestión específica de la altura condujo al aumento del riesgo, pero la investigación se suma a otros estudios que han encontrado una relación entre el cáncer y la altura. Los autores del estudio no están seguro de qué es exactamente lo aumenta el riesgo de cáncer, pero creen que hay varias teorías que justifican más investigación.
Por un lado, los autores proponen que “las personas más altas tienen más células, y por lo tanto una mayor oportunidad de mutaciones que conduzcan a una transformación maligna”.
Otro posible culpable: los niveles de hormonas resultantes de factores de crecimiento similares a la insulina, tanto en la infancia como en la vida adulta.
“Las hormonas del crecimiento aumentan el crecimiento celular y la tasa de división, e inhiben la muerte celular”, explicó Green en un correo electrónico. “Ambos factores pueden ser relevantes para el cáncer, ya sea directamente o tal vez sólo por el aumento del número de divisiones celulares durante el cual las mutaciones pueden ocurrir en el ADN de la célula”.
Un estudio publicado a principios de este año por investigadores en Ecuador encontró que una condición que impide el crecimiento de los ecuatorianos muy bajos, al mismo tiempo reduce el riesgo de cáncer y diabetes entre esa población. Los pacientes en este estudio exhibieron una mutación específica en el gen receptor de la hormona del crecimiento.
Según los expertos de la Sociedad Americana del Cáncer, las personas altas no deben alarmarse por estos resultados.
“La razón biológica subyacente para el riesgo ligeramente mayor entre las personas más altas no se conoce”, explica Eric Jacobs, director estratégico de farmacoepidemiología. “Nadie tratará de ser más bajo para reducir el riesgo de cáncer, y los resultados actuales no significan que la gente alta necesite de pruebas de detección de cáncer adicionales”, explica Jacobs.
De hecho, el estudio encontró que el tabaquismo era un factor de riesgo mucho más fuerte . En los fumadores actuales, los tipos de cáncer relacionados con el tabaquismo no estuvieron tan fuertemente relacionados con la altura, lo cual Jacobs afirma que pone de relieve la enorme importancia del papel que el fumar juega en el riesgo de cáncer.
“La conclusión es que la gente baja y alta puede reducir su riesgo de desarrollar y morir de cáncer al no fumar, manteniendo un peso saludable, y sometiéndose a las pruebas de detección de cáncer recomendadas ”, dice.
Los autores también señalan que se necesita más investigación, ya que ciertas poblaciones continúan creciendo en estatura. La altura promedio de las personas en Europa se ha incrementado en alrededor de 1 centímetro (0.39 pulgadas) por década durante el siglo 20, dicen los autores del estudio.
De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades estadounidenses, entre 1960 y 2002, el promedio de altura de un hombre adulto en Estados Unidos aumentó de poco más de 1.78 metros a 1.79 metros, mientras que la altura promedio de una mujer aumentó de poco más de 1.61 metros a 1.64 metros.
“El aumento de la estatura de los adultos durante el siglo pasado podría, por lo tanto, haber resultado en un aumento en la incidencia de cáncer de alrededor de 10 a 15% por encima de lo esperado”, informaron los autores.