Scott Parazynski, un astronauta que alcanzó el Everest

Ha alcanzado la cumbre del Monte Everest, ha caminado en el espacio siete veces y ahora se dedica a la medicina.
Scott Parazynski ha visto el planeta desde alturas que la mayoría de las personas sólo pueden soñar. Ahora está de vuelta en el suelo para prestar su experiencia a la investigación terrestre en escalas relativamente pequeñas, como director médico y jefe de tecnología del Instituto de Investigación y Hospital Metodista en Houston.
"He ido del espacio exterior y al espacio interior, trabajando ahora en cosas que son de una naturaleza mucho menor, y más enfocada", dijo Parazynski a CNN, a principios de esta semana.
¿Cómo consigue alguien un currículum como éste?
Parazynski, que cumplirá 50 años este mes, comenzó desde joven a planear su aventura.
Tenía modelos de cohetes y pósters del espacio en las paredes. Su padre trabaja en el programa Apolo . "Yo pensaba, tengo que estar involucrado de alguna manera", relató.
Cuando tenía 5 o 6 años leyó acerca de los pioneros en escalar el Monte Everest. Comenzó a escalar a los 15 años y su pasión se convirtió en un interés que lo llevó a montañas más altas y más difíciles.
En cuanto a la medicina, nunca conoció a su abuelo médico, pero la manera en que otros miembros de su familia hablaban de él fue una inspiración. "Pensé que sería una buena manera de vivir una vida de servicio a los demás", dijo.
"No soy un tomador de riesgos, y eso podría ser una sorpresa. No soy temerario", dice. "Yo manejo el riesgo, y trato las cosas que hago con mucha seriedad".
Ir al espacio
Como miembro de la tripulación de un transbordador, Parazynski aprendió de todo. Era el oficial de equipo médico, pero tuvo responsabilidades como ingeniero de vuelo de un transbordador, líder de caminata espacial, trabajos de ensamblaje y mantenimiento, y operación de distintas cargas, brazos robóticos y mucho más.
Pasar el tiempo sobre el planeta ha cambiado la visión de Parazynski sobre todas las cosas , desde las relaciones hasta los esfuerzos de conservación.
"Puedes ver cuán hermoso, frágil y único es nuestro planeta, en la totalidad del universo, y quieres hacer todo lo posible para defender los esfuerzos de conservación".
Escalar la montaña más alta
En el campo base del Everest, a 5,330 metros, pero aún 3.2 kilómetros debajo de la cumbre, la mayoría de la gente acaba por dar la vuelta. Pero si lo haces como un proceso paso a paso, se convierte en un reto manejable, dice Parazynski. Tener metas tangibles en el camino puede ayudar a llegar al premio final.
La primera vez que intentó subir el Everest se despertó con un dolor de espalda insoportable, tras haber pasado ya dos meses en la montaña. Se obligó a regresar y bajar para realizarse una cirugía para extraer un fragmento de disco que estaba presionando las raíces nerviosas.
Un año más tarde, lo intentó de nuevo, aterrado. "Hasta el día que llegué a la cumbre, no estaba del todo convencido de qué sucedería".
Fue uno de los mayores retos de su vida, y piensa en ello cada día. "Me da mucha fuerza en todas las otras cosas en mi vida", dice.
La vida después de la NASA y el Everest
Cuando Parazynski se retiró de la NASA, en 2009, fue a trabajar para una importante firma aeroespacial y se mantuvo involucrado en el programa espacial.
Sin embargo, pensó en volver a la medicina, cuando asistió al encuentro TEDMED , en octubre de 2010. En esta reunión de algunas de las mentes más interesantes y creativas en el campo hoy en día, Parazynski empezó a pensar en formas que podrían contribuir a la innovación médica.
En su nuevo papel en Houston, está involucrado en el desarrollo de dispositivos médicos, tecnologías de diagnóstico, tecnologías farmacéuticas, e incluso dispositivos nanomédicos. Analiza tecnologías para hacer más eficiente la práctica médica.
"Lo que más me interesa en este momento, en realidad, es llevar a mi hijo, a quien realmente le gusta caminar y escalar, y compartir las montañas con él. Ese es el próximo capítulo en mi vida de aventura".
El futuro de los viajes espaciales
"Tengo la esperanza de que mantengamos el financiamiento de la Estación Espacial Internacional y luego desarrollemos un plan a largo plazo que deje a Estados Unidos y la NASA en un papel de liderazgo en exploración", dijo.
Parazynski dice que es un firme creyente de un programa híbrido de misiones espaciales robóticas y humanas. Los seres humanos son enviados al espacio para tomar decisiones en tiempo real y hacer las observaciones que, al menos por el momento, la tecnología no puede hacer sólo con robots.
Enviar humanos a Marte, lo cual Parazynski espera que suceda mientras él viva, es un esfuerzo tan costoso que no acontecerá a través de la iniciativa privada, y no tendría sentido financieramente, dijo.
La iniciativa privada va a estar enfocada en el turismo, que cada vez es menos costoso (aunque sigue siendo inaccesible para la mayoría). El precio es de aproximadamente 200,000 por persona, lo que probablemente pronto se reduzca a 50,000 dólares por la oportunidad de llegar a 161 kilómetros de altura.
Con el tiempo, los vuelos espaciales comerciales podrían convertirse en una forma de viajes internacionales rápidos: un traslado de Filadelfia a Tokio en 45 minutos, por ejemplo.
¿Irá Parazynski de nuevo al espacio?
"Entre más veo la evolución de la industria y el aumento de las oportunidades, hay una posibilidad bastante decente de que vaya a volver", dijo. "El deseo sigue ahí".