Los novios chinos, dispuestos a pagar fotos especiales antes de casarse
En occidente, el Día de San Valentín se celebra el 14 de febrero, pero las parejas chinas festejan su amor durante el Festival Qixi, que este año cae el 6 de agosto, que promete ser un día de muchas bodas en todo el país.
Las parejas en China dispuestas a entrelazarse tienen una preparación extra para llevar a cabo su unión: tomar fotos románticas de la boda varios meses antes de que ésta ocurra.
"Este año, el Festival de Qixi es en fin de semana, cosa que en años recientes no había sido", cuenta Mei Zi, quien junto con su marido dirige Lanmi Wedding Dress & Makeup, una tienda de fotos preboda en Beijing. Como la fecha no interferirá con sus trabajos, asegura, muchas parejas planean grandes bodas.
Aunque también se toman fotos el día de su boda, las más apreciadas son las de días previos; los enamorados se retratan en posturas románticas, entre exuberantes telones de fondo "fotoshopeados" a la perfección.
Mei comentó que las parejas tienen que pagar mucho dinero en esas sesiones fotográficas. En Beijing pagan hasta 10,000 yuanes (aproximadamente 1,550 dólares) por entre 50 y 80 fotos, y los novios en muchas ocasiones tienen que reservar el estudio con una anticipación de medio año.
A pesar del costo y lo fastidioso de la situación, aproximadamente el 90% de quienes están por casarse encuentra la forma de hacerlo. La tradición, originada en Taiwán como una práctica común entre la clase rica, se ha expandido.
La práctica es muy similar en la región campirana de Shandong, donde Huang Qin ayuda a su marido a dirigir otra tienda de foto para parejas.
"Incluso cuando la familia del hombre no puede costearlas, ellos están dispuestos a pagar las fotos previas a la boda", explica Huang.
"Queremos tener fotos especiales de nosotros, de modo que después de que haya tenido niños y me ponga gorda, pueda recordar lo guapa que era entonces", confiesa Zheng Nannan, una joven cliente de Mei Zei, quien tenía en las manos sus fotos prenupciales tomadas hace unas pocas semanas, con miras a su boda, en octubre.
Uno de los momentos más especiales para Zheng fue tomarse fotos a sí misma y a su futuro marido con la ropa del otro. Cuando se le cuestionó Zhang Hao (el novio) si se sintió extraño portando el vestido de novia de su prometida, respondió que, por el contrario, este era uno de los mejores momentos de su vida.
"La época cuando se es más encantador es cuando uno se casa", dijo Zhang Hao. "Así que utilizando esa ropa y maquillaje, uno quiere parecer lo más hermoso posible".
Aunque las fotos preboda sean una tradición claramente asiática, la mayor parte de las parejas no elije un sitio tradicional para las sesiones; prefieren "una sensación moderna".
Chen Yan, otra cliente de Mei Zi, comenta que las imágenes que más le gustan son en las que ella y su marido hacen cosas juntos, lo que las hace más memorables; fueron retratados interactuando naturalmente, y Chen cree que apreciará más estas fotos por eso. "De aquel modo recordaré lo que hacía con mi marido".
En la gran mayoría de las bodas chinas, la pareja no conoce a todos sus invitados a la fiesta, puesto que muchos son amigos de la familia. Por lo tanto, dice Zheng, buenas fotos de boda, con historias adjuntas a las mismas, ofrece tanto a la pareja como a los invitados algo digno de recordar.
"Esto permite a la gente que usted no conoce el que entienden su amor" asegura.