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La familia y los amigos pueden cambiar la forma en la que escribimos

Con el paso de los años la forma de escribir cambia, debido a experiencias personales, falta de práctica y uso de la tecnología
mié 10 agosto 2011 01:46 PM
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Cuando Erica Olson cursaba el octavo grado, ella y su mejor amiga compartían todo: ropa, zapatos, rumores, incluso la manera de escribir. 

La pareja era inseparable y pasaron meses practicando firmas idénticas y dibujando caritas sonrientes en los márgenes de sus tareas. Pero cuando se distanciaron durante la preparatoria, Olson decidió que era tiempo de un cambio.

“No quería que mi forma de escribir se viera como la de ella”, explica Olson. “Quería que fuera más redonda y llena de vida, como escribían las chicas más populares de la escuela. Para lograrlo, me di a la tarea de cambiar completamente mi forma de escribir".

Sólo después de meses de práctica, Olson finalmente quedó satisfecha con los resultados.

“Para empezar, me tomó mucho tiempo escribir con este estilo, pero en cuanto me empecé a acostumbrar, lo podía hacer casi tan rápido como lo hacía con mi estilo anterior. Realmente no he cambiado mi forma de escrbir desde entonces” dice.

Historias como la de Olson no son raras. Ya sea que escribamos en redonda, cursiva o una combinación de ambas, nuestra escritura a mano es mucho más que un vehículo de comunicación. Es una representación visual de nuestra personalidad: de quiénes somos, qué aprendimos y quiénes queremos ser. Y es esta profunda conexión psicológica, indican los expertos, lo que hace que la escritura a mano sea tan personal y susceptible a la influencia externa.

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“La escritura a mano cambia conforme pasa el tiempo, e incluso los cambios día a día son muy comunes”, dice la psicóloga clínica Christina Rummell. “La manera como escribimos a menudo puede ser un sutil indicador de nuestra personalidad, así que la compulsión de cambiar la manera como lo hacemos es muy normal”.

Los niños zurdos son particularmente susceptibles a cambiar su estilo de escritura cuando sus padres se preocupan por la forma en cómo se adaptarán a un mundo diseñado para personas diestras. Sunny Jamil era sólo un niño que empezaba a caminar cuando sus abuelos notaron que recogía los objetos con la mano izquierda. Pero en lugar de alentarlo a usar su mano derecha como otros miembros de su familia, ellos acogieron esa característica.

“Recogí un lápiz con mi mano izquierda cuando era un niño”, dice Jamil. “Mi abuela materna desanimó a los que deseaban que se me enseñara a hacerlo con la mano derecha. Ella puede ser la influencia más importante para mis métodos de escritura”.

Pero el ser zurdo también viene con muchas dificultades. A los padres de Jamil les tomó varios meses enseñarle a escribir sin manchar el papel con su mano. Años después, Jamil dice que a pesar de su mejoría, aún sigue en la búsqueda de la técnica de escritura perfecta.

“Desde que comencé a sostener un lápiz, mis mayores amigos me dijeron que mi escritura era agradable a la vista”, dice Jamil. “Por el otro lado, tengo una visión autocrítica en donde veo que está bien y que siempre la puedo mejorar. Mi objetivo secreto y casi imposible de lograr es poder perfeccionarla a tal grado en donde yo pueda duplicar cada letra/palabra y que se vea igual cada vez”.

La familia y los amigos no son los únicos factores que pueden despertar un cambio abrupto en la escritura a mano. Mientras la tecnología continúa eliminando la necesidad de la comunicación escrita, los expertos dicen que la escritura a mano puede cambiar simplemente por la falta de práctica.

“Debido a que ya no escribimos tanto, no es raro que la escritura a mano cambie al paso de los años”, dice Rummell. “Puede ser difícil de mantenerla en forma sin la práctica”.

Lisa Jones, una contadora de Perry, Michigan, está de acuerdo en que el uso de su computadora cambió su escritura.

“Mi padre nos enseñó a escribir antes de entrar a la escuela y fue muy insistente en tener una buena escritura cursiva y script”, dice. “Mi escritura a mano decayó por el uso de mi computadora al pasar los años”.

Pero a pesar de esta relación entre la escritura y la cultura, todavía están los que dicen que su escritura a mano sigue sin tener una influencia. Carmen Espina, profesora universitaria de Guaynabo, Puerto Rico, dice que ella está feliz con su escritura a mano y nunca ha intentado cambiarla.

“Pienso rápido y escribo rápido”, dice. “Cuando escribo, quiero describir todo lo más detallado posible. No puedo decir que alguien influyó en mi escritura. Escribo para mí y no intento que otros lo entiendan”.

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