Los tatuajes, un modo para que pacientes con VIH acepten la enfermedad
A finales de 2005, cuando Michael Lee Howard se enteró de que era VIH positivo , se sentía sucio en su propia piel, y temía infectar a otras personas cuando apenas tenía una cortada en la mano.
Ahora, luce un par de tatuajes en sus muñecas: un símbolo de riesgo biológico en la derecha y un símbolo de radiación en la izquierda.
Hacerse esos tatuajes le ayudó en su viaje hacia la autoaceptación.
“Es una marca de lo que soy , y debo estar cómodo con eso, estar a gusto con lo que soy”, dijo Howard, de 37 años, que vive en Portland, Oregon.
Howard es una de las muchas personas que viven con VIH que han elegido hacerse tatuajes para representar cómo viven con la enfermedad. Dicen que estos los ayudan a comenzar las conversaciones, a reducir el estigma y sirven como recordatorio de cómo vivir con el virus que ha cambiado sus vidas.
Tatuajes como el de símbolo de riesgo biológico de Howard son especialmente frecuentes en hombres que tienen sexo con hombres, la subpoblación que lleva la mayor carga de nuevas infecciones por VIH en Estados Unidos. Los hombres que tienen sexo con hombres representaron el 61% o 29,300 de las nuevas infecciones por VIH en 2009, dijeron la semana pasada funcionarios federales de salud.
Y aunque el número de nuevos casos de VIH se ha mantenido estable en la población general, las nuevas infecciones aumentaron entre los hombres jóvenes, afroamericanos gay y bisexuales de 2006 a 2009 .
Fue también entre los hombres que tenían sexo con otros hombres que los médicos estadounidenses se dieron cuenta por primera vez, en 1981, que existía una enfermedad nunca antes vista que podía destruir el sistema inmunológico. La enfermedad llegó a ser conocida como virus de inmunodeficiencia humana o VIH.
La identificación y la conciencia
Los orígenes de los tatuajes relacionados con el VIH no son claros, pero muchos hombres gay reconocen el símbolo de riesgo biológico como una relación con el VIH, dijo David Dempsey, director clínico del Alexian Brothers Buenaventura House en Chicago y The Harbor, en Waukegan, Illinois, ambas instalaciones de vivienda de transición para personas VIH positivas que se recuperan de la dependencia hacia el alcohol y las sustancias.
“Es para que los demás sepan que ellos son VIH positivos, para que no tengan que decirlo”, dijo. En situaciones de sexo anónimo, se puede indicar el estado de las posibles parejas y, en ese sentido, puede ayudar con la prevención, porque el sexo sin protección con una persona con VIH puede transmitir la enfermedad, dijo.
Para las personas con VIH, ver a alguien con un símbolo de riesgo biológico es un signo de que ésta es otra persona viviendo con la enfermedad que puede proporcionar apoyo, dijo Conley, como un “código de identificación secreto”.
Hay tatuajes de VIH menos crípticos, también. Dempsey tiene un tatuaje de una cinta color rojo de Sida en el pecho, que él eligió, incluso antes de ser VIH-positivo (la organización Visual AIDS, por sus siglas en inglés, creó el símbolo de la cinta en 1991). Dempsey ha sido un trabajador social de la comunidad con VIH desde hace 11 años, y quería mostrar su solidaridad con las personas que viven con la enfermedad, así como crear conciencia.
En 1986, cuando el Sida estaba empezando a ser reconocido como una enfermedad mortal transmitida por vía sexual y por el uso de drogas intravenosas, el autor conservador William F. Buckley Jr. sugirió que las personas VIH positivas deberían hacerse tatuajes para proteger a otros. Escribió en The New York Times que “toda persona diagnosticada con sida debería ser tatuada en la parte superior del antebrazo, para proteger a los usuarios comunes de agujas, y en las nalgas, para impedir la victimización de otros homosexuales”.
Algunas personas VIH positivas pueden haberse hecho los tatuajes como resistencia ante el artículo de Buckley, dijo Richard Sawdon Smith, profesor de fotografía y de culturas de Sida en la Universidad London South Bank en Reino Unido, y que ha sido VIH positivo desde 1994. Esta no es una razón muy citada entre las personas con tatuajes hoy en día, aunque muchas de las personas que contrajeron el VIH en los años 80 y que pudieron haberse hecho los tatuajes han muerto desde entonces.
Otra teoría es que ciertos activistas de la organización Coalición del Sida para desatar el poder (ACT UP por sus siglas en inglés) lucían tatuajes de riesgo biológico en sus manifestaciones masivas en los últimos años de la década de los años 80 y a principios de los años 90, pero su fundador Larry Kramer dijo que no ha oído hablar de estos tatuajes o de la participación de la organización en la práctica.
Los tatuajes relacionados con símbolos de VIH han estado en circulación por lo menos desde que Nick Colella comenzó en Chicago la firma Tatooing y Piercing Company en 1994.
Los símbolos de peligro biológico y las cintas son sólo algunas de las representaciones del estado de VIH-positivo que ha tatuado Colella, dijo. Su negocio prospera anualmente en el Festival del Orgullo de Chicago.
“La gente simboliza la felicidad, la tristeza, la sexualidad, todo, con tatuajes. Es todo lo bueno, todo lo malo, todo de todo”, dijo.
Algunas personas se tatúan motivos relacionados con el VIH inmediatamente después de descubrir un resultado positivo. Conley esperó sólo tres días después de su diagnóstico en 2009 para hacerse su tatuaje.
Conley, sociólogo de profesión, conoce a otras 45 o 60 personas en los foros en línea que tienen tatuajes con un símbolo de riesgo biológico o un escorpión, otro signo del VIH en la comunidad gay. La cola del escorpión alude al virus, dijo.
La aceptación del diagnóstico
Howard se enteró de que la señal de peligro biológico era un símbolo para la comunidad gay con VIH a través de internet. El diseño de la radiación, sin embargo, fue su propia idea. Él la eligió porque en los cómics, cuando los superhéroes reciben radiación, su vida “comienza desde cero”, dijo.
Eso es lo que Howard sentía que necesitaba: renacer. Contraer el VIH había sido un impacto total . Había salido brevemente con un hombre que dijo que no tenía enfermedades de transmisión sexual, pero más tarde Howard descubrió que el hombre era VIH positivo y le había contagiado el virus.
“Después de mi diagnóstico me dije: 'Bueno, bueno, no tengo nada que perder'”.
Mostrar al mundo su estatus a través de los tatuajes fue como salir por segunda vez del clóset para Howard. Y las respuestas de los demás acerca de éstos han sido abrumadoramente positivas. Ya que sus tatuajes son tan prominentes, le preguntan a Howard sobre ellos todo el tiempo. Le dan la oportunidad de dialogar acerca de vivir con VIH, con todos, desde los viajantes en el tren ligero hasta su jefe.
Hablar acerca de ello
La apertura hacia ese tipo de conversaciones es la razón por la que Chad Hendry, de 32 años, se hizo un atrevido tatuaje con Colella en julio. Es un lazo rojo del sida con las palabras “En este día comenzó mi nueva vida” y la fecha de su diagnóstico: 30/12/09.
Una camiseta roja de una campaña contra el VIH le dio la idea de que quería un tatuaje relacionado con su estado. La gente ve la camisa y hace preguntas sobre cómo es vivir con el virus ; con un tatuaje, Hendry podría tener ese nivel de compromiso de todo el tiempo.
“Es la misma razón por la que soy muy elocuente al respecto: porque creo que va a hacer el camino un poco más fácil para alguien más”, dijo.
Pero algunos miembros de su familia no aceptaron del todo el tatuaje, se preguntaban por qué tenía que ser tan prominente en su cuello. La gente en los trenes parece siempre estarlo mirando.
Sin embargo, Hendry ama su tatuaje. Él no se avergüenza de tener el VIH, de hecho, siente que es una de las mejores cosas que le ha sucedido, porque lo hizo alejarse de las drogas y tiene una mejor perspectiva de la vida.