Los hermanos de niños con autismo, más propensos a padecer ese transtorno
Ya se sabe que los niños con hermanos mayores que padecen trastorno del espectro autista o TEA, tienen mayores riesgos para desarrollar esa condición, pero en un nuevo estudio en la revista Pediatrics se encontró que el riesgo es incluso mayor de lo que se creía.
“Esperábamos que los niveles fueran importantes, pero no tan altos como los que encontramos”, dice la doctora Sally Ozonoff, autora principal y vicepresidente de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento del UC M.I.N.D. Institute. “Sabemos muy bien que la genética es uno de los factores en el rompecabezas del autismo, pero existen otros factores que funcionan en la estructura genética para provocar esta condición que simplemente no conocemos”.
“El mensaje que quisiéramos dar con el estudio es que los médicos de atención primaria necesitan observar a los bebés con más atención cuando nacen en una familia con hijos con TEA”.
En el estudio, el más grande en su tipo, de acuerdo con Ozonoff, los investigadores monitorearon a 664 bebés, registrados con el Baby Siblings Research Consortium , y que tenían un hermano o hermana mayor con TEA. Ellos les dieron seguimiento a los pequeños desde la infancia hasta los 36 meses. En estudios anteriores, se estimó que el riesgo de recurrencia del TEA en los hermanos más pequeños estaba entre el 3% y el 10%.
Pero en este estudio, se encontró que el riesgo total era mucho más alto, del 18.7% y todavía mayor en familias con más de un hermano con autismo; alrededor del 32.2%.
“Esto no quiere decir que todas las familias que tienen un hijo con TEA tendrán un segundo hijo con el trastorno. Simplemente los riesgos son mayores”, señaló Ozonoff. “Y se debe tener en cuenta que encontramos que el 80% de los niños con hermanos mayores con TEA nunca desarrollaron ningún signo de autismo. Tan sólo es un indicador que deben tener en cuenta los padres y los médicos”.
Los bebés varones tuvieron un riesgo tres veces mayor que las niñas, el 26% contra el 9%. La edad de los padres, el sexo de los hermanos mayores y el orden de nacimiento no predicen esta condición, lo que significa que si el primer hijo en la familia no tiene TEA, y el segundo sí, el porcentaje de riesgo sigue siendo el mismo para el siguiente hijo.
“Creo que encontrarás que los padres con hijos que tienen TEA no se sorprenderán con estos resultados”, dice la doctora Alicia Halladay, directora de investigación de ciencias ambientales de Autism Speak, una organización de defensa que dirige al Baby Siblings Research Consortium. “Pero los datos soportan la importancia de monitorear desde su nacimiento a los bebés que tienen hermanos o hermanas mayores con TEA. Porque reconocer el autismo en una etapa temprana es clave para lograr un tratamiento exitoso para el niño”.
Los autores del estudio sugieren que sus descubrimientos también podrían tener un impacto en la observación genética y en las decisiones de planificación familiar cuando se trate de padres con hijos con TEA. El conocer los riesgos también podría llevar a observaciones e intervenciones más tempranas con los bebés nacidos en estas familias en particular.
“El estudio respalda lo que se dice en otra información, incluso más”, dice Ozonoff. “Pero quisiéramos que los profesionales de atención primaria estén más concientes de los riesgos para los bebés recién nacidos con hermanos con TEA, y de esa manera puedan realizar a los padres las preguntas pertinentes como '¿Te mira? ¿Aprende a señalar? ¿Aprende a sonreír?' Todos estos aspectos importantes para saber si un niño pequeño podría tener TEA”.