Una dieta a base de vegetales evita que sufras de ataques cardiacos
Nota del editor: El doctor Sanjay Gupta analiza los signos, pruebas y cambios de estilo de vida que podrían hacer que los problemas cardiacos sean una cosa del pasado en The last heart attack, el sábado 27 de agosto a las 18:30 pm en CNN.
(CNN) — El doctor Caldwell Esselstyn Jr. no se convirtió en médico para cambiar los hábitos alimenticios de las personas. Antes de eso, era un cirujano general.
Pero al investigar el cáncer, se topó con un hecho que cambió su carrera: ciertas culturas de todo el mundo no sufren de enfermedades del corazón, la causa de muerte número uno en el mundo occidental .
Entonces la práctica de Esselstyn dio un giro dramático: de la realización de cirugías a la promoción de la nutrición. Durante más de 20 años, el médico de la Clínica de Cleveland ha intentado que los estadounidenses coman como los montañeses de Papúa Nueva Guinea, como los habitantes rurales de China, los africanos centrales y los indígenas Tarahumara de México.
Sigue su prescripción dietética, dice Esselstyn de 77 años de edad, y estarás “a prueba de un ataque al corazón”, independientemente de tus antecedentes familiares.
“Es una enfermedad originada por los alimentos, y nunca vamos a acabar con la epidemia con stents, con bypasses, con medicamentos, porque nada de eso trata la causa de la enfermedad”, dice Esselstyn.
La dieta Esselstyn es difícil de seguir para la mayoría de las personas, pues no incluye carne, huevos, productos lácteos ni aceites añadidos .
Esselstyn ha escrito un libro para difundir su idea: Prevent and Reverse Heart Disease The Revolutionary, Scientifically Proven, Nutrition-Based Cure (Prevenir y revertir las enfermedades del corazón. La cura revolucionaria, científicamente probada, basada en la nutrición), y ha dado conferencias por todo el mundo.
También aparece en un nuevo documental llamado Forks over knives. Esselstyn ha ganado algunos aliados de alto perfil, como el doctor T. Colin Campbell, coautor de The China study (El Estudio de China), y el doctor Terry Mason, director médico de los hospitales del condado de Cook en Chicago y excomisionado de salud de la ciudad.
“Nos hemos metido en un problema comiendo, y podemos salir de él comiendo”, dice Mason. Sin embargo, la prescripción de Esselstyn va en contra de la sabiduría convencional, que considera a la dieta solamente un factor en la prevención de las enfermedades cardiacas.
“La dieta por sí misma no va a ser la razón de que los ataques al corazón sean eliminados”, dice Nancy Brown, directora ejecutiva de la Asociación Americana del Corazón.
Otros factores importantes incluyen la actividad física, el colesterol, la presión arterial y el peso, dice. Las industrias de la carne , lácteos y huevos defienden los beneficios de sus alimentos ricos en proteínas, todos los cuales siguen las directrices dietéticas de MyPlate para una alimentación saludable, del Departamento de Agricultura estadounidense.
La dieta a base de vegetales de Esselstyn también va en contra de una cultura donde la carne se sirve en la mayoría de las comidas.
Incluso los médicos que ven beneficios en la dieta de Esselstyn podrían no recetarla a sus pacientes.
“Cualquier persona que es capaz de hacer esa dieta puede tener un éxito espectacular, el problema es que muchas personas no pueden o no quieren hacer estos cambios, por lo que en mi práctica, trato de ir paso a paso, un paso a la vez”, dice el doctor Erin Michos, un cardiólogo del Centro Ciccarone para la Prevención de Enfermedades del Corazón de la Universidad Johns Hopkins.
Para ayudar a los pacientes cardiacos y a otros a cambiar drásticamente su dieta, Esselstyn realiza un seminario mensual de cinco horas en el Instituto de Bienestar de la Clínica Cleveland para explicar la ciencia que hay detrás de la nutrición “a base de vegetales”.
Esselstyn comenzó el reclutamiento de pacientes en 1985 y dice que su dieta ha funcionado incluso en personas consideradas demasiado enfermas como para someterse a cirugía. También ha publicado resultados de un pequeño grupo de pacientes que muestran cómo su dieta ha detenido la progresión de la enfermedad cardiaca o reducido las obstrucciones en los vasos sanguíneos que conducen al corazón.
“Sabemos que si las personas están comiendo de esta manera no van a tener un ataque al corazón” dice Esselstyn, cuyo padre tuvo un ataque cardíaco a los 43 años.
Anthony Yen, un empresario que emigró de China y amaba los alimentos fritos, carnes y postres de la dieta estadounidense , adoptó el programa Esselstyn en 1987, después de someterse a una cirugía de bypass.
“Estoy vivo todavía gracias a esta dieta”, dice Yen, de 78 años.
Esselstyn dice que la gente no debe esperar a comenzar su dieta hasta que desarrolle síntomas de una enfermedad cardiaca, porque la mayoría de los ataques al corazón llegan sin previo aviso .
“La razón de que no esperes a tener enfermedades cardiacas para comer de esta manera es que, por desgracia, el primer síntoma de la enfermedad cardiaca puede ser la muerte súbita”, dice.
Esselstyn asegura que su dieta funciona, ya que mantiene el revestimiento de los vasos sanguíneos libre de la peligrosas placa de ampollas o burbujas cargadas de colesterol que causan ataques al corazón.
Dos décadas después de que Esselstyn comenzó a difundir el evangelio de su dieta basada en vegetales, la Asociación Americana del Corazón dice que 83 millones de estadounidenses tienen alguna forma de enfermedad cardiovascular y muchos de los factores de riesgo tradicionales de las enfermedades del corazón, tales como la obesidad, están en máximos históricos.
La asociación dice que el costo del tratamiento de las enfermedades cardiacas supera los 270,000 millones de dólares y prevé que se duplique en 2025.
En México el 30.8% de la población mayor de 20 años padece de hipertensión y el 26.5% de los adultos presenta altos niveles de colesterol en su organismo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.
Esselstyn, un miembro del equipo de remo que ganó el oro para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 1956, no es alguien que se dé por vencido fácilmente.
“Estamos en la cúspide de lo que podría ser una revolución absoluta en materia de salud; no depende de pastillas, de procedimientos u operaciones, sino del estilo de vida”, dice Esselstyn.