Protege a tus hijos de la superbacteria del SARM
Unos pocos meses antes de su segundo cumpleaños, un pequeño bulto del tamaño de un grano apareció en la pierna derecha de Audriana Willman. Sus padres, Andrew y Chelsea, notaron el absceso cuando la vestían.
"Ya habíamos pasado por esto en otras tres ocasiones, por lo que no nos preocupamos demasiado”, explica Chelsea, quien dice que había llevado a su hija al pediatra en varias ocasiones para tratar infecciones de la piel. Pero en esta ocasión, el pequeño absceso se convirtió en un problema más serio.
“Al día siguiente, ya no era un bulto. Su pierna estaba roja y extremadamente hinchada, apenas podía caminar. Sufría, y su fiebre subió a 39 grados”, recuerda su madre. “Durante la noche pasó de ser algo menor, a algo realmente malo”.
A las 10:30 de la mañana, llevó a Audriana al pediatra y fue hospitalizada. Los médicos descubrieron que había desarrollado el Staphylococcus aereus resistente a la meticilina, o SARM, una especie de estafilococo que no responde a los tratamientos comunes con antibióticos.
Este tipo de infección es un problema en los hospitales desde hace varios años, pero aproximadamente en el año 2000 comenzó a entrar de forma constante en la vida de personas saludables, especialmente niños, quienes normalmente no corren el riesgo de contraer la bacteria de rápido movimiento.
Las infecciones por SARM en aumento
"Todo el mundo corre el riesgo", dice el doctor Patrick Romano, autor principal de un nuevo informe donde se descubrió el número de niños hospitalizados con infecciones por SARM en Estados Unidos es más del doble desde el año 2000. "El SARM realmente comenzó como una bacteria que se veía en los hospitales entre los pacientes de alto riesgo. Pero durante la última década, vimos que se extendió a la población en general".
"El problema es que el SARM comenzó a afectar a personas que se encontraban completamente saludables", añade el doctor Jaime Fergie, autor de un estudio de 2005 en donde se concluyó que las infecciones en niños alcanzaron “proporciones de epidemia".
Las mutaciones en el organismo lo hicieron más virulento y más fácil de transmitir, dice. "Seguimos viendo infecciones más graves y potencialmente mortales que afectan a la sangre, a los pulmones, a los músculos e incluso a los huesos en niños anteriormente saludables”.
Proteger a tu hijo del SARM
"Tenemos que vivir con el hecho de que está ahí, a nuestro alrededor en la comunidad”, dice Romano. “Ahora, es cuestión de reconocer los primeros síntomas y tratarlos de forma temprana”.
Audriana Willams pasó tres días en el hospital y se recuperó sin complicaciones serias de su infección de SARM.
Con el regreso a clases de los niños, los pediatras aconsejan a los padres a conocer más acerca del SARM para asegurarse de que si su hijo contrae la infección, la puedan notar a tiempo, antes de que los síntomas se vuelvan graves.
5 cosas que los padres deben saber:
1. El sitio de la infección puede parecer una mordida de araña
“Algunas veces, los padres confunden (a la infección de SARM) con una mordedura de araña porque es muy intensa y aparece repentinamente”, dice Fergie, una pediatra especialista en enfermedades infecciosas del Driscoll Children’s Hospital en Corpus Christi, Texas.
“Si no viste una araña, no asumas que es una mordedura de araña. Si identificas un doloroso punto rojo con un poco de pus, es suficiente para preocuparse e ir al médico”, recomienda.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recopiló varias imágenes para tener una mejor idea de la apariencia de las infecciones por SARM.
2. La infección puede empezar como un grano y avanzar rápidamente
La doctora Jennifer Shu, pediatra de Atlanta, dice que los padres a menudo no se dan cuenta la rapidez con la puede progresar la infección.
“Esto es lo que sorprende más a los padres. Algo que parece un simple grano de repente está del tamaño de una moneda de moneda de cinco centavos”, explica Shu, y agrega que la bacteria se puede propagar en cuestión de horas. En una ocasión vio a un paciente que desarrolló más de 30 abscesos en dos o tres días.
3. Es frecuente la transmisión entre jóvenes atletas
Los atletas suelen compartir cosas como el equipo o las toallas. Los niños que participan en deportes de contacto inevitablemente reciben cortadas, raspones y rasguños, los que actúan como vías de entrada potenciales para las infecciones bacterianas serias.
La Asociación Nacional de Entrenadores Deportivos de Estados Unidos recomienda que después de una infección bacteriana, no se les debe permitir regresar a un partido hasta que completen un tratamiento de 72 horas con antibióticos y que la infección se haya agotado por completo.
4. El tratamiento para el SARM no siempre es la primera opción
Cuando un niño tiene una infección, los médicos no siempre comienzan con un medicamento que funcione en contra de la bacteria de SARM, dice Romano, profesor de pediatría de la Universidad de California.
En las comunidades que experimentan altos niveles de SARM, los pediatras tal vez automáticamente prescriben los medicamentos que combaten a las bacterias, pero podrían no elegirlos en las comunidades donde no hay un brote.
Si alguien en tu hogar u otro niño en la escuela de tus hijos presentó recientemente una infección de SARM, alerta al médico, ya que quizá valga la pena solicitar un antibiótico de un espectro más amplio.
Regresa con el pediatra lo más pronto posible durante las primeras 48 horas si no percibes una menor inflamación o enrojecimiento, o si la zona infectada se mantiene tibia, aconseja Romano.
5. Un baño con cloro y la limpieza adecuada puede ayudar a prevenir su propagación
Si tienes varios hijos, y uno de ellos desarrolló una infección por SARM, desearás que la propagación se mantenga al mínimo. Los expertos recomiendan mantener el área infectada cubierta con una venda hasta que sane.
Los Willman siguieron la recomendación de un especialista en enfermedades infecciosas y le dieron a su hija un baño con cloro un par de veces a la semana, utilizando alrededor de la mitad de una taza de cloro por cada 49 litros de agua. Existe la posibilidad de que la piel se irrite si la mezcla no se diluye adecuadamente, así que asegúrate de seguir las recomendaciones indicadas por el médico.
También querrás limpiar las superficies que tal vez tuvieron contacto con la infección.