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Los familiares de pacientes con Alzheimer batallan contra el olvido

Pérdida de memoria e incapacidad para relacionarse con el ambiente son los principales problemas a los que deben enfrentarse los enfermos
mié 21 septiembre 2011 11:54 AM
Depresion
Alzheimer Depresion

Al principio, las consecuencias del padecimiento no eran tan notorias, parecía que sólo olvidaba algunas cosas. Dolores Ortega, quien había leído la Biblia todas las noches durante años, dejó de recordar lo que este libro decía y comenzó a leerlo sólo por el placer de leer.

Hace ocho años, la abuela de Canek Kañetas, fue diagnosticada con Alzheimer. El progreso de la enfermedad provoca que en ocasiones, la mujer de 88 años, olvide nombres y caras de su familia. "Yo, por estar cerca de ella, era un rostro y nombre habitual, me veía y me reconocía, pero mi hermano Pedro, quien vive en Monterrey desde hace años, se convirtió en un extraño".

De hecho, ya no sabe en qué época vive. A veces se siente niña, luego una mujer de 30 años, y de repente el pasado se hizo más vivo que el presente. "Busca a su mamá o a su papá, confunde a personas vivas con gente muerta. Me da miedo pensar que me confunde y cuando me sonríe, no me sonríe a mí, sino a un fantasma", dice Canek.

El Alzheimer es una enfermedad crónico-degenerativa que altera las funciones mentales superiores , como son la memoria, abstracción, concentración, capacidad de juicio y de relacionarse. Es una de las múltiples demencias que existen; es progresiva e irreversible. No tiene cura, pero si se detecta en sus primeras etapas se pueden tratar los impactos de la enfermedad, dice Celina Flores, geriatra gerontóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En el mundo hay 18 millones de personas con Alzheimer y para 2025 se estima que el número casi se duplicará, hasta alcanzar los 34 millones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría de los casos se presentarán en países en desarrollo debido al envejecimiento de su población. Actualmente, más de 50% de las personas que padecen este mal viven en estas naciones.

La OMS indica que ambos sexos tienen el mismo riesgo de padecer Alzheimer.

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En México afecta a 8% de los adultos mayores de 65 años, según la Federación Mexicana de Alzheimer. "Entre 600,000 y 700,000 personas padecen esta enfermedad en nuestro país y la mayoría son mujeres, pues su esperanza de vida es mayor, 78 contra 72 años de los varones", comenta Nora Eneyda de la Garza de Acevedo, presidenta de esta organización.

Olvidos que provocan bromas y chistes

La falta de atención pertinente a este padecimiento es un problema de educación, dice Rosalinda Guevara, especialista de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Pues se debe entender la problemática para atender el padecimiento y tratar de apoyar a los enfermos a nivel cognitivo y sentimental.

Las fallas de memoria, la desorientación y el desconocimiento de personas, animales o cosas eran atribuidas a que las personas estaban chocheando —palabra de origen maya: chocho significa anciano—, detalla la encargada del programa de atención domiciliaria del paciente crónico del Hospital General de zona 2-A del IMSS, Celina Flores.

"De hecho, como sociedad, nos burlamos y hacemos chistes en relación a esta enfermedad, sin darnos cuenta del impacto que tienen el padecimiento y sus consecuencias a nivel personal y familiar.

 "A nuestros adultos mayores los relegamos (y) no percibimos que eso les causa un deterioro irreversible en su cerebro, pues queda inactivo por largos periodos. La memoria es selectiva, por tanto, si observamos que el abuelo está desarrollando Alzheimer, hay que apoyarlo para realizar diversas actividades que estimulen su cerebro. Éstas deben ser enriquecedoras desde el punto de vista sensorial: escuchar música, leer, una mayor convivencia familiar y social", apunta la Secretaria General de la Facultad de Medicina de la UNAM, Rosalinda Guevara.

Celina Flores destaca que uno de los ejercicios mentales más completos es cantar: "Es una actividad compleja que requiere recordar letra, música, seguir un ritmo y evocar emociones. Es el ejercicio más sencillo y que todos podemos hacer, incluso estando solos".

En la Facultad de Medicina de la UNAM desarrollaron una prueba de olores para detectar la enfermedad en una etapa temprana . "Encontramos que uno de los primeros síntomas que presenta un enfermo es la pérdida de la sensibilidad olfatoria. Aunque éste es uno de los sentidos más primitivos, tiene conexiones con el sistema límbico que está relacionado con las emociones", explica Guevara.

De difícil diagnóstico

Aunque se han establecido cuatro factores de riesgo: la edad avanzada, infecciones virales, intoxicación por aluminio y defectos genéticos; y se han detectado dos tipos de Alzheimer: el ideopático, donde el origen del padecimiento no está definido y afecta a 95% de los enfermos y el genético, encontrado el cromosoma 17, el diagnóstico siempre es tardío resalta la doctora Flores.

El Alzheimer sólo se identifica contundentemente a través del estudio del tejido cerebral, lo cual únicamente puede hacerse post mórtem, en una necropsia. Ahí se analizan los depósitos de la proteína betaminoide y la presencia de neurofibrillas en el cerebro, explica la geriatra Flores.

En pacientes vivos, el diagnóstico se realiza cuando el abuelo se hizo del baño en la sala o salió por el periódico y no regresó. "Como sociedad no percibimos los cambios tan sutiles que se dan en la primera fase de la enfermedad como las fallas de memoria, la desorientación temporo-espacial y que no recuerda para que son las cosas, dice Flores.

Incluso los médicos pueden considerar que esas actitudes son parte de la edad. Por tanto, dice, debemos ser más perceptivos para detectar este problema a tiempo.

"Una vez que empieza la demencia no para, cuando ésta progresa es tan impresionante que al paciente se le olvida moverse, comer, tragar agua y alimento lo que ocasiona que su cuerpo se deteriore al grado de morir por desnutrición, desgaste o complicaciones infecciosas o deshidratación".

Sobre su abuela, Canek Kañetas recuerda : "En una ocasión una persona llegó a visitarla, ella le sonrío y le dedicó unas cariñosas palabras, pero imprecisas. Esa persona se dio cuenta y le dijo: '¿No te acuerdas de mí, verdad, Lolita?'. Al verse expuesta, mi abuela confesó: 'No sé quién eres', se llevó la mano al corazón y agregó: 'Pero sé que estás aquí'".

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