Ser mamá debería ser un trabajo pagado, dice una líder sudafricana

Las mujeres que dejan sus carreras para quedarse en casa y criar a sus hijos deben recibir un salario, de acuerdo con una de las empresarias más influyentes de Sudáfrica.

Wendy Luhabe, quien en 1999 fue reconocida como una de las 50 empresarias más importantes del mundo por el Grupo Estrella de Estados Unidos, dice que las mamás que se quedan en casa deberían recibir el 10% de los ingresos de sus maridos.

"Un salario de mamá, como una forma de dar valor a la labor de educar a los niños, para que (ser madre) no sea una opción que las mujeres tomen con indignación", explica Luhabe.

Con una exitosa carrera en el ámbito corporativo de Sudáfrica, Luhabe también tiene una larga historia de promoción de la igualdad de género. En 1993 fundó la iniciativa de inversiones Women Investment Portfolio Holdings, que permitió a las mujeres pobres participar e invertir en algunas de las empresas más grandes de su país.

Luhabe, quien en 2006 comenzó su labor como Rectora de la Universidad de Johannesburgo, habló con Robyn Curnow de CNN, para compartir algunos de sus pensamientos sobre la mujer en el lugar de trabajo.

A continuación se muestra una versión editada de la entrevista.

CNN: ¿Qué es un líder de opinión?

Luhabe Wendy: Alguien que cambia las reglas del juego, que desafía el status quo. Un ejemplo de ello sería un pensamiento desafiante con el que he estado entretenida durante un tiempo: que las madres que optan por estar en su casa deben recibir un salario; el 10% de los ingresos de sus maridos debería ser atribuido o concedido a las madres.

CNN: ¿Un salario de mamá?

WL: Un salario de mamá, como una forma de dar valor a la labor de educar a los niños, para que no sea una opción que las mujeres tomen con resentimiento.

CNN: ¿Cree usted que el trabajo de las mujeres en el hogar está infravalorado?

WL: Es el principio subyacente, que está infravalorado y porque es subvalorado se convierte, para algunas mujeres, creo yo, en una opción que les provoca indignación. Y el dinero es la moneda que utilizamos para definir el valor de una contribución al mundo, ¿por qué no hacemos lo mismo para el trabajo de educación de los hijos, que creo que es, probablemente, la contribución más importante que el mundo debe valorar?

CNN: Por otro lado, ¿cuál es su evaluación de un número creciente de mujeres que optan por el trabajo y además tener niños? ¿Cree usted que las mujeres se están forzando demasiado, sobre todo las madres que trabajan?

WL: No creo que lo estén haciendo, solo creo que tenemos que crear un ambiente que permita a las mujeres tomar las decisiones que ellas quieren. Si las mujeres deciden tener hijos, deben ser capaces de tener la estructura de apoyo que necesitan para hacer eso con alegría, para que podamos educar a niños que estén sanos, porque el lado opuesto de esto es que tenemos niños que están creciendo sin sus padres.

CNN: Criados por niñeras.

WL: Son criados por niñeras y eso crea sus propios problemas en la sociedad, por lo que si tuviera que elegir yo elegiría una sociedad donde las mujeres toman la decisión de estar en casa para criar a sus hijos, porque saben que la contribución se valorará y, en segundo lugar, cuando regresen a trabajar no serán penalizadas por haber tomado algo de tiempo para ir a educar a sus hijos.

Es una idea que tiene que ser aceptada por la sociedad, no tanto por el beneficio de las mujeres, sino porque reconocemos que una sociedad donde los niños están bien educados, de preferencia por sus madres, sería crear una sociedad más sana, una sociedad más estable.

CNN: Mucha gente tal vez estaría de acuerdo con usted, dependiendo de dónde estén y quiénes son, pero muchos otros van a decir que esta idea es completamente absurda.

WL: Pero el mundo nunca ha cambiado por las personas que tienen ideas normales, el mundo siempre cambia por personas que tienen ideas absurdas.

CNN: Todos estos años después del fin del apartheid, ¿han mejorado las condiciones para las mujeres de Sudáfrica tanto como le gustaría?

WL: Permítame responder desde una perspectiva diferente: estamos viviendo lo que yo llamo una revolución —y algunas catástrofes— mientras estamos aquí sentados.

La revolución es impulsada por la tecnología, que está cambiando la forma en que nos comunicamos, porque expone las dificultades de las personas que están en la parte inferior de la pirámide, y da voz a los marginados.

Lo hemos visto con los cambios inesperados de régimen de Túnez , en Egipto , las elecciones en Sudán , y más recientemente, los disturbios en Londres . Cuando nos fijamos en eso, veo que los marginados ya no están dispuestos a permitir a los poderosos decidir sobre su futuro o dictar las circunstancias de su existencia.

Eso para mí es una invitación a las mujeres a ofrecer nuestra experiencia , nuestra sabiduría, nuestro liderazgo en un mundo que está lleno de bancarrota moral.

Se está convirtiendo en algo generalizado para todos los aspectos de nuestras vidas, con un vacío de liderazgo que está creciendo día a día. Y todas estas cosas, tanto la revolución de la tecnología y estas catástrofes, son una oportunidad para las mujeres de dar un paso adelante y asumir el liderazgo en un mundo que está desesperado por alguna dirección.