Pensar en la mortalidad nos hace tomar conciencia de la vida
Los humanos tenemos un instinto de conservación, un impulso natural para sobrevivir. Pero también tenemos conciencia de que llegará un día en que todos esos esfuerzos fracasarán, y vamos a morir.
"La muerte se cierne en algún lugar de la distancia", dijo el doctor John Wynn, director médico de Psiquiatría del Cáncer en el Instituto Sueco de Cáncer de Seattle, Washington. "Se nos empuja a preguntarnos: ¿Qué estoy haciendo con mi tiempo?"
La expósición de Wynn sobre qué significa la muerte para nosotros fue una de las últimas en presentarse en el TEDMED 2011. Ella obligó a la reflexión sobre la mortalidad en el final de una semana en que muchas presentaciones entusiastas se enfocaron a mostrar las tecnologías destinadas a combatir las enfermedades y así prolongar la vida.
"La vida se basa en evitar la simple verdad, es inevitable que te vas a morir", dijo.
Los niños tienden a tomar conciencia de la muerte alrededor de los siete años de edad, dijo Wynn. Estas son habilidades que llevarán con ellos a lo largo de sus vidas, y les ayudarán a continuar su vida propia, incluso después de que sus padres mueren.
Tenemos que preguntarnos cómo y dónde vamos a gastar nuestro tiempo y nuestra energía, y calcular cuidadosamente los sacrificios que hacemos, expuso Wynn.
No es del todo malo, dijo. Nuestra sociedad crece porque hemos encontrado la manera de hacer frente a la conciencia de que no vamos a vivir para siempre: estamos obligados a ser creativos, colaborar con los demás y ser dueños de nuestro medio ambiente. El miedo a la muerte puede impulsarnos a construir cosas, conectarnos con otros y crear armonía.
"Hacer caso omiso de la mortalidad pone el significado de nuestras vidas en peligro", dijo.