Las nuevas alergias pueden 'aparecer' en cualquier momento de la vida
Después de mudarse de Nueva York a Virginia Beach hace cinco años, Jennifer Herzog empezó a notar algo raro cada vez que salía de las tiendas de abarrotes.
Sus manos y antebrazos se sentían calientes, se veían rojos y estaban hinchados. Después de un tiempo, identificó lo que causaba la irritación: las bolsas de plástico.
“Hay algunas bolsas de plástico que lo hacen y otras que no. Pero casi todas las bolsas son bastante malas”, dice Herzog.
También identificó otros irritantes: comenzó a tener una respuesta similar con las fragancias. Cuando abraza a otra persona que utiliza ciertos perfumes o colonias, su rostro se enrojece y se hincha.
Las reacciones a fragancias que se manifiestan en la piel son comunes, pero tener una reacción a productos terminados de plástico como las bolsas es algo muy raro, aunque sí existen registros.
“Hay un montón de químicos en los plásticos que pueden causar alergias, principalmente cuando son materias primas y productos no terminados. Pero es muy difícil que los químicos en los productos terminados penetren en la piel y desencadenen una alergia, debido a que están unidos con gran fuerza”, dice Fowler, quien es coautor de un libro médico sobre dermatitis e inflamación de la piel.
Entonces probablemente los productos terminados no son el verdadero problema.
La reacción a los plásticos como la de Herzog puede tener que ver más con los residuos del proceso de fabricación que el propio plástico, dice el experto en ciencias de materiales, Andrew Dent.
“Hay aditivos que facilitan el proceso de las bolsas de plástico y que los fabricantes colocan en las superficie. Ese también podría ser el problema”, dice Dent, vicepresidente de investigación de materiales en Material ConneXion.
Otras personas pueden reaccionar con hinchazón y enrojecimiento a las bolsas de plástico, pero no necesariamente tienen una alergia.
El padecimiento llamado urticaria dermográfica, en donde la piel se inflama por rascarse o frotarse, es muy común, explica Fowler. Para quienes tienen ese padecimiento, cargar bolsas pesadas de la tienda puede ser suficiente para provocar una reacción.
Sin embargo, Herzog desarrolló alergias a algunos químicos en los plásticos y en perfumes y alergenos estacionales como el polen . Su médico le explicó que las alergias a casi cualquier cosa se pueden desarrollar en cualquier momento.
“No entiendo cómo salió de la nada, porque nunca, nunca tuve problemas”, dice Herzog. Y ahora se pregunta si las cosas se pueden poner aún peor para ella o las personas que conoce.
Es una idea que confronta no sólo con su vida personal, sino también en el trabajo, en el servicio de organización de eventos y catering que tiene para grupos de niños y preadolescentes. A pesar de tener 28 años, Herzog tiene la suficiente experiencia en la industria de alimentos y bebidas como para haber presenciado un aumento dramático en el número de niños con sensibilidad a algunos alimentos , dice.
Se pregunta si las personas en general son cada vez más sensibles a padecer alergias.
“Es sorprendente cuántas alergias tienen estos niños. Es una locura. Preparamos más comidas especiales que comidas regulares. Lo que es extraño, porque cuando atendemos eventos de adultos, probablemente existen una o dos alergias. Ahora los cocineros se vuelven expertos en esto”.
Las observaciones de Herzog tienen algún respaldo en los estudios médicos revisadas por especialistas
En las últimas cifras —de hace dos años— que son resultado de las encuestas realizadas a 40,000 niños en Estados Unidos se reveló que el 8% de los menores de 18 años son alérgicos a algún alimento.
Eso es el doble de la cantidad estimada por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), usando datos recopilados en 2007.
La doctora Ruchi Gupta, quien dirigió el estudio que descubrió la cifra del 8%, dice que probablemente sea un número conservador, en parte porque su equipo eliminó los informes de padres cuando los síntomas sonaban más como una intolerancia a algún alimento como el gluten o a la lactosa, que como una verdadera alergia a los alimentos.
A pesar de que Gupta y la CDC utilizaron encuestas de los padres para crear sus estimaciones, los registros en los hospitales muestran una tendencia en aumento similar.
En los hospitales de Estados Unidos se dio de alta a unos 4,135 niños con un diagnóstico de alergias a los alimentos entre los años 2001 y 2003. A partir del periodo de 2004 a 2006, la cifra anual promedio aumentó a 9,537, de acuerdo con el CDC.
Es difícil determinar si la intolerancia a los alimentos como la lactosa o el gluten también tiene un crecimiento, en parte porque a menudo no se diagnostican. A medida que los miembros de la comunidad médica intentan entender el problema y lo que se puede hacer al respecto, los negocios se tienen que adaptar y acomodar.
“Es una cuestión de vida y muerte, especialmente con los niños. Hace seis o siete años, sólo decías, lo siento, es demasiado riesgo. Sugeriría que traigan algo con ellos, o que no vengan. Ahora, es una forma normal de hacer negocios. Se diseñan menús completos alrededor de eso, dice Jennifer Delaye, presidente de la Asociación Internacional de Catering.