El estrés que enfrentamos durante la infancia se queda con nosotros
Nota del editor: Rajita Sihna es directora del Centro para el Estrés de Yale y nos habla de las adversidades durante la infancia y sus efectos a lo largo de nuestra vida.
(CNN)— Las adversidades que enfrentamos cuando somos niños serán una herida permanente en nuestra vida.
Rajita Sihna habla sobre el tema en una entrevista con CNN. Compartimos algunas de sus respuestas:
CNN: ¿Qué pasa con las adversidades durante la infancia?
Rajita Sinha: El estrés y los sistemas de motivación en el cerebro son muy susceptibles para el aprendizaje y la adaptación. Cuando somos niños empezamos a adaptarnos a nuestro entorno y aprendemos cosas de él. Si por cualquier motivo un niño tiene una sensación permanente de adversidad durante su infancia, su cerebro responderá a ese tipo de dificultades y se volverá más sensible al estrés. Tendrá una predisposición para reaccionar con más fuerza que otra persona que no experimentó esa cantidad de experiencias de confusión. Por lo tanto, hasta cierto punto, siempre tendrá un alto nivel de estrés.
CNN: ¿De qué tipo de adversidades hablamos?
RS: El conflicto con los padres, el abuso físico y emocional, ser testigos de la violencia, la pérdida de un padre, lidiar con el trastorno mental o la adicción de uno de los padres. También está el divorcio. Pero eso no significa que todos los divorcios entrarán en esta categoría. Depende de cómo se maneje . Pero en general, el divorcio se relaciona con los trastornos que conducen al estrés y también con la conducta adictiva.
CNN: ¿Qué pasa con el bullying?
RS: Personalmente no he visto los datos, pero puede ser uno de los tipos de factores de estrés que conducen a los riesgos.
CNN: Si nuestro sistema de estrés es tan adaptable, entonces ¿por qué no se adapta a los niveles más altos de estrés? ¿qué pasó con esa frase que dice: lo que no te mata te hace más fuerte?
CNN: Esa es una pregunta válida. El camino del estrés se desarrolla durante la infancia. El sistema del estrés necesita tiempo para crecer y ser completamente funcional. Lo mismo pasa con el sistema de recompensa, el camino hacia el placer que responde a los alimentos con un alto contenido de azúcar y de grasa. Así que tienes razón, somos uno de los animales que se adaptan mejor, pero su desarrollo también requiere de más tiempo y es durante ese periodo cuando queremos proteger a nuestros niños. Y lamentablemente se empieza a erosionar, ya que los niños tienen que vivir con cualquier tipo de adversidades. Por supuesto, hay factores de protección.
CNN: ¿Qué factores de protección?
RS: Uno de los factores de protección más robustos —y que viene de nuestros ancestros— es que somos seres sociales . El número uno es el apoyo social y familiar.
En segundo lugar está la educación, que es un componente clave en el desarrollo del cerebro. Mientras los niños tengan más retos en los entornos protegidos, como en la escuela, que les permitan aprender a tomar buenas decisiones y elecciones y a pensar de manera abstracta, se podrán adaptar mejor a las adversidades.
También está el optimismo que le da forma a la personalidad y la autorregulación emocional. Estos son los tipos de apoyo que tienen que surgir del entorno familiar y escolar.
Y también están los factores de resistencia. ¿El entorno del niño está enriquecido?, ¿tiene otro tipo de estímulos que lo ayuden a crecer mental y físicamente?, ¿hay oportunidades para el ejercicio y el desarrollo físico, que ayudarán a la neurogénesis (en términos simples, al crecimiento de las neuronas)?
CNN: ¿Cuándo son más vulnerables los niños?
RS: No minimizo el efecto de las adversidades a cualquier edad. Pero me preocuparía más por los adolescentes, porque en ese momento es cuando los chicos tienen más probabilidades de alejarse de sus padres y de aislarse. Pero eso no quiere decir que cuando los niños son más pequeños haya menos motivos para preocuparse.
Las cosas pasan. Las familias se enfrentarán a las adversidades. Pero si los padres, los maestros y otros adultos ayudan a guiar a los niños al hablar sobre sus traumas y les proporcionan las habilidades de adaptación, entonces esos niños se inclinarán más hacia la protección y a la resistencia que hacia el riesgo.