Un campamento exclusivo para hombres entrena a padres primerizos
Su postura erguida y peinado relamido lo delatan: Steve Venable es un veterano que ya ha estado antes en un campo de entrenamiento.
Pero hoy es distinto, está entrenando a sus novatos para la que quizá sea la misión más emocionante de su vida: la paternidad.
Uno por uno, un ejército de hombres próximos a ser padres se anotaron en la clase de Venable en el Hospital Northside cerca de Atlanta, con la esperanza de obtener algo de la sabiduría del exsoldado que se convirtió en instructor del campo de entrenamiento para papás.
Stephen Goodnough es uno de los participantes que llegó 20 minutos antes y está evidentemente tenso. Su bebé nacerá en menos de un mes.
“Nunca he cuidado a un niño, así que probablemente por eso he estado nervioso”, dijo.
Goodnough tiene la cuna, el cuarto del bebé, los biberones y los baberos. Pero no tiene ni idea sobre qué hacer en realidad con el bebé.
“No es como si fueran herramientas. Ellos no vienen con manuales de instrucciones. Se trata de un niño, una vida humana... Sales del hospital, y eso es todo”, dijo Goodnough, gerente de Mercadotecnia de NAPA Auto Parts.
Goodnough forma parte de los cerca de 300,000 futuros padres que han acudido al Campamento de entrenamiento para nuevos padres (Boot Camp for New Dads), un programa que ahora se imparte en 45 estados, así como en Gran Bretaña, Canadá, Italia y Japón.
El curso comenzó en 1990 cerca de una base de la Marina en California, y ha crecido a pesar de la disminución de la asistencia a clases de parto en todo el país, a medida que más padres recurren a internet.
Los campamentos de entrenamiento se realizan actualmente en todas partes, desde comunidades acomodadas hasta barrios de bajos ingresos, e incluso en una cárcel de Ohio.
“Yo diría que es más importante en comunidades de bajos ingresos. Los modelos tienen un mayor impacto”, dijo Greg Bishop, fundador del Campamento de Entrenamiento para nuevos padres.
En tres horas, los hombres en este curso aprenden sobre “resolución de problemas y diagnóstico”, incluida la forma de envolver y calmar a un bebé que llora, cambiar un pañal sucio y cómo tratar a la madre durante y después del embarazo .
El bebé Bob Meecham está programado para nacer el 29 de enero, pero la ansiedad ya es evidente.
“Sé que es lo que me asusta más. Estoy más asustado de despertar a las cuatro de la mañana, y que el bebé no pueda dejar de llorar durante dos horas. ¿Qué se hace?”
Con 10 hombres alrededor de una alfombra de colores brillantes y una manta en el suelo, Venable dirige el curso.
Su asistente el día de hoy es Anabella, de un mes de edad, hija del recién graduado del campo de entrenamiento John Riley.
En cuestión de minutos, Anabella pasó de estar sonriente y tranquila a irritable y gritona.
“Tienes unos buenos pulmones”, dijo Venable mientras la acostaba en una manta.
Después de algunos movimientos veloces con la tela, Venable recogió a la bebé bien envuelta y la abrazó a su lado, paralelamente a su pecho.
“Shhh”, dijo en voz alta hacia su mejilla.
Menos de seis segundos más tarde, el llanto de Anabella se silenció mientras era arrullada en los robustos brazos de Venable.
“¡Es como magia!”, exclamó un novato.
Además de demostraciones prácticas y el entrenamiento, en esta sala, ningún tema está fuera de los límites. Mujeres de más de 60 centímetros de alto no están permitidas, por lo que los hombres pueden compartir libremente sus preocupaciones; en particular acerca de cómo lidiar con sus compañeras.
“Esta clase fue mi idea porque yo quería algo que me ayudara a aprender a lidiar con ella, que está pasando por muchas cosas", dijo Meecham, haciendo eco de las preocupaciones de otros maridos acerca de sus esposas.
Venable aborda una variedad de temas relacionados con la madre, incluyendo cómo ayudar durante el parto, cómo identificar las señales de la depresión posparto y cómo ganar su confianza como cuidador.
“El mayor desafío que el padre tiene es establecer la credibilidad suficiente como para que mamá ceda el control . Si no tienes las habilidades manuales, y no conoces las señales (del bebé)... va a ser muy difícil llegar a cualquier tipo de acuerdo y tener algún tipo de credibilidad. Los que no tienen esas habilidades tienden a ser tratados como padres secundarios. Se sentirán como al margen”, dijo Venable.
Otros temas que los hombres frecuentemente reservan para el campo de entrenamiento incluyen el sexo, el malestar de cambiar los pañales y las finanzas.
Venable, quien pasó cuatro años en la Infantería de Marina, se encuentra entre una red de padres experimentados que se han graduado en el campo de entrenamiento para padres y han regresado como instructores.
“Cuando miras a los militares, ellos observan conjuntos de habilidades críticas. Una vez que aprenden cuáles son esas habilidades, practican, practican y practican hasta que son perfectos”.
Dijo que lo mismo se aplica para calmar a un bebé que llora al envolverlo en una cobija para imitar la sensación dentro del útero.
Riley, el padre de Anabella, dijo que él también regresó al campo de entrenamiento para ayudar a pagar por lo que aprendió.
“Fue una gran ayuda para mí, sabía que si la traía, ayudaría a todos los demás”, dijo el dueño de una empresa de búsqueda de ejecutivos.
Dijo que no esperaba convertirse en un padre tan colaborativo, ya que pensaba que se decicaría a trabajar, mientras su esposa se hacía cargo de la mayoría de los asuntos del bebé.
“Una vez que tuve a la bebé, cambió completamente mi perspectiva de todo. Me encanta, ella es muy divertida. Es más trabajo de lo que esperaba, pero cuando miro su rostro, alivia todos mis problemas”.