La menor exposición al sol puede aumentar el riesgo de un derrame cerebral
Las personas que viven en zonas con una menor cantidad de luz solar pueden tener un riesgo mayor de sufrir un derrame cerebral, de acuerdo con los resultados que presentaron en la Conferencia Internacional sobre Derrame Cerebral, que se realizó en Nueva Orleans esta semana.
Las enfermedades cerebrovasculares ocurren cuando se corta el flujo de la sangre y el oxígeno hacia el cerebro debido a un coagulo de sangre o a que se revienta un vaso sanguíneo. Los derrames cerebrales son la cuarta causa de muerte en Estados Unidos y la principal causa de discapacidad, de acuerdo con la Asociación Estadounidense contra el Derrame Cerebral.
Lo que distingue a este estudio, explicó la profesora Leslie A. McClure, especialista en bioestadística de la Universidad de Alabama en Birmingham, es que su equipo utilizó datos de un satélite de la NASA y de los monitores en tierra para determinar la exposición a la luz solar y a la temperatura y cómo se relacionaban con el riesgo de los participantes del estudio a tener un derrame cerebral.
Cuando se compararon los diferentes factores, McClure encontró que las personas que tienen menos de la mitad de exposición al Sol incrementaban en un 60% el riesgo de un derrame cerebral. El estudio también confirmó otros resultados anteriores de que la exposición a temperaturas calientes y frías se relacionaba con una mayor incidencia de una enfermedad cerebrovascular.
Los investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham utilizaron datos del proyecto REGARDS (Reasons for Geographic Racial Differences in Stroke o razones para las diferencias geográficas y raciales en un derrame cerebral), un estudio de largo plazo que incluye a más de 30,000 participantes caucásicos y afroamericanos, de 45 años o más. El estudio lo financia el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
McClure señala que se necesita más investigación para confirmar los resultados del estudio, y para determinar por qué la exposición al Sol parece relacionarse con un menor riego para sufrir un derrame cerebral.
Tiene la hipótesis de que la vitamina D, que se produce cuando nuestro cuerpo tiene exposición a la luz solar, podría ser una explicación para esta relación. Los estudios previos relacionaron niveles más bajos de vitamina D con el riesgo de tener un derrame cerebral o un ataque cardiaco.
McClure también detalló que “la exposición moderada pero segura al Sol” podría ser parte de una ecuación para prevenir los derrames cerebrales, junto con la modificación de los factores conocidos de riesgo como el hábito de fumar, la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta, la inactividad física y los altos niveles de colesterol.