Investigadores canadienses proponen cerrar escuelas para evitar influenza
En junio del 2009, una nueva cepa de la influenza H1N1 se esparció, como incendio en un bosque, en el oeste de Canadá, igual que en docenas de países alrededor del mundo. Pero en unas pocas semanas desapareció casi por completo en territorio canadiense, un nuevo estudio explica una razón posible: las vacaciones de verano.
Investigadores de la Universidad McMaster compararon las fechas en que las escuelas de la región salieron de vacaciones con la incidencia de casos de H1N1 en Alberta y tras análisis estadísticos encontraron que el cierre de las escuelas redujo la transmisión de la influenza entre los niños en más de 50%.
Eso, a su vez, redujo la transmisión de la enfermedad entre el resto de la población. Estos resultados publicados en los Anales de Medicina Interna refuerzan la idea de que cerrar las escuelas podría reducir un brote peligroso de influenza.
Muchos expertos en salud pública creen que esta acción puede reducir el contagio, pero hasta ahora había poca evidencia, de acuerdo con el autor del estudio, David Earn.
"Ha habido mucho trabajo para ver si hay un efecto (del cierre de escuelas). Todo mundo piensa que debe funcionar, pero una cosa es pensarlo y otra demostrarlo".
Los resultados, escribió en la conclusión de su investigación, son una "evidencia convincente".